Como el marinero que no pudiera sustraerse al canto de las sirenas y cortara una a una las cuerdas que lo atan al mástil del barco y se dejara arrastrar hasta la orilla. Igual que en el XII canto de la Odisea, como si el mismísimo Ulises en su regreso a Ítaca, ordenara detener su nave y que le soltasen a él también, para deleitarse con la voz de Victoria Cruz, aún a sabiendas de que sería arrojado a los brazos de la certera muerte, escuchando esos fados que hablan de amor; ese amor que trasmitió Minha Lua en el teatro Isabel la Católica de Granada en su “Homenaje a Amália Rodrigues” la famosa fadista portuguesa, que con su imagen en el fondo del escenario, pareciera emocionada y sorprendida, contemplando el espectáculo.
La inmensa musicalidad y dulzura de Victoria; su sempiterna sonrisa celta, consiguieron embelesar a la tripulación del barco del teatro en una suerte de hechizo musical absolutamente memorable. No cabe duda de que es una de las voces más potentes en el mundo del fado, aquí y más allá de nuestras fronteras. Interpretó, Amor de mel, amor de fel, Barco negro, Abandono, Fadinho serrano, Estranha forma de vida, Meu amor, meu amor, entre otras canciones.
Gabriel Pancorbo aportó con su magisterio, al que ya nos tiene acostumbrados, la melancolía a las notas de la guitarra y nos transportó a los arrabales portugueses, a las cantinas de vino, tabaco y olor a salitre y a ese desgarro hecho llanto interno, noche arriba. El virtuosismo de Ricardo J. Martins en la guitarra portuguesa, que vino especialmente de nuestro hermano país, para este concierto, redondeó la noche con un espectáculo rotundo, compacto, de altísima talla artística en el que las notas mágicas de ambas guitarras y la voz de sirena de Victoria, extasiaron al público, totalmente entregado.
Terminó el espectáculo con la intervención al chelo de Alessandra Giovanolli. En el tema Só á noitinha, bailaron con su arte habitual, la conocida pareja de tango, Débora Godoy y Carlos Guevara.
La participación de Minha Lua en el Festival Internacional de Música y Danza de Granada, en las Noches en los Jardines del Alcázar de Sevilla, en el Festival de Música Clásica Serenates d´Estiu, Mallorca; en la Sala Galileo de Madrid y su gira europea, Lisboa, París, Toulouse, Bordeaux, Montpellier, Avignon, Marsella, Florencia, Roma, Ginebra, Berlín y la gira americana por New York, Chicago, Toronto, Montreal, Buenos Aires, Rio de Janeiro, Sao Paulo, o Salvador de Bahía, avalan la ya larga trayectoria de este grupo, que conviene seguir de cerca.
Esa noche pudimos ver, como el marinero embriagado por el dulce canto de las ninfas, mucha gente desatándose del mástil, chorando o amor de dor, como dice el fado.
Texto y foto portada:
José María Cotarelo Asturias,
escritor, poeta, crítico,
articulista y dramaturgo