Una pareja residente en Zaragoza ha abandonado a una niña india que tenían en adopción tras descubrir que su edad no son 7 años, como les comunicaron en la organización con la que tramitaron la adopción, sino 13. Ahora la menor se encuentra ahora bajo tutela de los servicios sociales aragoneses.
De hecho, la pareja española se puso en contacto por correo electrónico con la asociación CARA para denunciar que descubrieron que la niña tiene al menos 13 años de edad y no 7, como aparecía en los papeles de la agencia de adopción Udaan, situada en el estado central indio de Madhya Pradesh.
No se puede abandonar a un niño porque no te guste como tiene el pelo o lo que sea. Pero que esperáis bobos cuando hacéis las cosas sin sentido y vais a buscar un niño «exótico» como si comprarais un loro, sin más, mamarrachos.
Qué asco de gente, juegan a ser progres y no se dan cuenta de que un niño no es un perro. Es espeluznante pensar que programas como el de los “Vientres de alquiler” puedan poner a miles de niños en manos de irresponsables.
Es paradójico que por abandonar un perro te cae una fuerte multa, mientras que por abandonar a una pobre niña indefensa no pasa nada. Cuando en España se inicia un proceso de adopción, una de las cuestiones es la idoneidad de cada familia respecto a la edad del menor. Hay muchas veces que unos padres son rechazados porque son muy jóvenes o muy mayores para la menor. Esta familia no estaría preparada para una niña de esa edad. Por otra parte, nadie critica a las autoridades que permitieron esta mentira.
Me parece lamentable que la noticia se centre en el supuesto «abandono» y no en la pésima gestión de las autoridades indias y de la agencia de adopción que son los verdaderos culpables de este gravísimo problema. Los indios probablemente le cambiaron la edad por error o por darle salida. Y la agencia acepta sin más lo que le dicen sin verificarlo, hasta el punto de entregar a la niña a sus padres adoptivos.
Qué pasa, pareja. Habéis querido escoger a la carta y os sentís defraudados, pobrecitos. Y yo me pregunto: ¿cuáles serán las secuelas que le queden a esta pobre chica de doce o trece años al sentirse, después de adoptada, rechazada y tirada a la calle porque no es tan joven como esperaban estos dos capullos.
La verdad sea dicha, se debe y se tiene que poner más control en este tipo de adopciones, pues al final, la única que va a sufrir las posibles consecuencias psíquicas será la pequeña y no tanto irresponsable como anda suelto por ahí, abandonando a una ser humano como se abandona un perro en la carretera.
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