El próximo día 31 de diciembre, se conmemora en la vieja estación de tren de Baza el trigésimo séptimo aniversario de la partida del último tren de dicha estación bastetana rumbo hacia Granada. Con ello, se culminaba el proyecto de expolio y latrocinio perpetrado por el gobierno socialista del momento: el cierre de la línea de ferrocarril Guadix-Baza-Lorca integrada la misma dentro de la conexión ferroviaria Granada-Murcia. Quince días antes, es decir, el 16 de diciembre, se recuerda el 127º aniversario de la llegada del ferrocarril a la pedanía del Hijate (Almería), a la villa de Caniles y la ciudad de Baza.
Fueron prácticamente noventa años los que estuvo esta línea de ferrocarril en funcionamiento (16-12-1894 ‒ 31-12-1984). Una línea de ferrocarril que, en su mayor parte, se construyó para responder a los intereses capitalistas británicos que radicaban en esta región del sureste peninsular: mineral de hierro y fibra de esparto, es decir, el objeto principal de ésta sería ejercer como una vía de evacuación a puerto en el embarcadero de “El Hornillo” de Águilas (Murcia). Pero aprovechando que la línea pasaba por las comarcas de Guadix, Baza, Almanzora y Lorca, pues también se utilizó, obviamente y como es de toda lógica, para el transporte de pasajeros.
No pretendo escribir un artículo sobre la historia ferroviaria en el oriente andaluz –eso ya lo he escrito en otras ocasiones y publicado en estas mismas páginas‒ pero lo que sí pretendo al escribir este artículo es concienciar de la importancia que para estas comarcas del oriente andaluz tiene la reapertura de dicha línea de ferrocarril. En un siglo y cuarto hemos asistido a cómo la prosperidad económica, el progreso industrial y el desarrollo social invadieron a estas comarcas con la fábrica azucarera “Nuestra Señora de las Mercedes” de Caniles, los negocios de esparto y de mineral de hierro, más lo aportado a la economía local y comarcal por las industrias tradicionales como la alfarería, almazaras, herrería y fragua… Todo esto que hemos apuntado produjo que en las comarcas de Guadix, Baza y Almanzora –precisamente aquellas que estaban unidas por dicha vía ferroviaria‒ se diera el mayor auge económico e industrial que esta zona andaluza ha experimentado a lo largo de su milenaria historia.
Sin embargo, poco a poco, debido a las erradas decisiones gubernamentales, que fueron tomadas con premeditación, alevosía y diurnidad, y que resultaron ser nefastas y muy perjudiciales, esta tierra fue condenada a formar parte de lo que, no hace mucho tiempo, denominé “la Andalucía vaciada”. Una de ellas, fue la clausura del ingenio azucarero canilero en 1974; otra, diez años después, el cierre de la línea de ferrocarril Guadix-Baza-Lorca con el consecuente aislamiento ferroviario que provocó a Andalucía oriental puesto que, a día de hoy, no existe conexión ferroviaria con Murcia y el Levante peninsular. El negocio del esparto, que estaba en manos de la familia Mac Murray –recuerdo que de ella sólo queda una calle con su nombre en Águilas‒, también claudicó debido a los altos costes que originaba a la industria papelera británica.
Y, por supuesto, a lo largo de todas estas décadas, sobre todo, acentuándose en la de los años 60 del s. XX, la emigración producida por el éxodo rural de las localidades que conformaban las comarcas más rurales y agrarias de Andalucía hacia, fundamentalmente, la Cataluña industrial. No obstante, también debemos de tener en cuenta la emigración anterior a ésta, que se dio a comienzos del s. XX, hacia países latinoamericanos como Argentina, Uruguay, Chile, México o Venezuela; y que en la España de los 60, esa España del SEAT 600, de la tv en blanco y negro, y de las primeras lavadoras; también se dio otro considerable flujo migratorio español hacia Francia, Suiza, Alemania, Países Bajos… Países donde se precisaba abundante mano de obra barata que, por lo general, no era cualificada, para trabajar en las fábricas alemanas –aquello que bien quedó reflejado en nuestro ya clásico cine español con películas como “Vente para Alemania Pepe”, protagonizada por nuestro recordado Alfredo Landa‒ o para cultivar los campos franceses.
Pues todo esto que he relatado ‒a muy groso modo‒ es lo que ha provocado que, cada día que pasa, las localidades de la Andalucía rural se estén despoblando, es decir, vaciando poco a poco. A ello debemos de añadir el altísimo índice de paro, las bajas tasas de natalidad y la constante tasa de mortalidad que, a pesar de la alta esperanza media de vida, va provocando una desproporcionalidad entre el número de nacidos en un año y el de fallecidos en el mismo. Así como la disminución poblacional producida por la migración de población joven sobradamente cualificada y formada a otros lugares, nacionales o internacionales, y así poder ejercer dignamente aquellas profesiones para las que se han formado en la Universidad Pública Española.
Añadamos también la más que preocupante falta de inversiones públicas en grandes proyectos de calado e infraestructuras tan necesarias como imprescindibles para salir del subdesarrollo en el que, poco a poco, nos han sumergido: línea de ferrocarril, autovía del mármol que discurra por el valle del Almanzora (Almería), autovía de Cúllar-Huéscar-Caravaca de la Cruz (Murcia). Sin embargo, lamentable y bochornosamente, no dejamos de ver la falta de entendimiento entre los actuales gobiernos, autonómico (PP y C’s) y central (PSOE y Unidas PODEMOS) para hacer que estos proyectos tan necesarios sean una sólida realidad cuanto antes.
Según el gabinete de comunicación del consistorio bastetano “no hace muchos días, se ha hecho pública la adjudicación del contrato de servicios para la redacción del estudio informativo del corredor ferroviario Lorca-Guadix que tiene como objeto elegir la alternativa óptima para establecer una conexión ferroviaria entre Lorca, Baza y Guadix. El plazo de ejecución del contrato es de veinticuatro meses y el presupuesto de adjudicación del contrato asciende a 979.194,48 euros (…) supone un punto de partida hacia la conversión en realidad de una reivindicación histórica y esencial para el desarrollo de Baza y la comarca.” Sin lugar a dudas, una noticia muy positiva, que vuelve a otorgar un hálito de esperanza, para nuestra más que justa reivindicación.
En definitiva, la reapertura de la línea de ferrocarril Guadix-Baza-Lorca es esencial e indispensable para comenzar a llenar de población, riqueza y oportunidades “la Andalucía vaciada”. Por consiguiente, debemos concienciarnos que este tren es una oportunidad inigualable para apearnos en la estación de los sueños y subirnos al mismo expreso rumbo hacia la del futuro. Reivindiquémoslo porque de este tren, en buena medida, depende que una gran parte de nuestra Andalucía se quede vacía para siempre o comience a llenarse de nuevo. ¡No perdamos nuestro tren! aún estamos a tiempo.
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(CENTRO DE ESTUDIOS
HISTÓRICOS DE GRANADA Y SU REINO)