Algunas de las órdenes o decretos se han publicado en los respectivos boletines en pleno verano, encontrándose el profesorado y equipos directivos con ellos a la vuelta en septiembre. Así algunos IES se fueron sin saber si tendrían o no FP Básica, ahora la ven negada o concedida. Es cierto que ha existido una imposibilidad de tiempo para elaboración y aprobación de las respectivas normativas autonómicas. De hecho, las que más han querido correr no lo han podido publicar el currículo de Primaria hasta el 20 de junio (Aragón). En otras, como en Galicia, la urgencia en la aplicación lleva a “chapuzas” como la siguiente: el 14 de agosto se publica en su boletín la orden que regula la implantación de la Lomce en Primaria, sin tener aprobados los decretos respectivos del currículo. Los colegios tuvieron que decidir si mantener o no los libros de texto, cuando aún no conocían cómo iba a quedar el currículo. Ante las críticas levantadas, 24 horas antes de que comience el curso, aparecen las 682 páginas del currículo en el boletín.
Con este contexto, cinco Comunidades (Cataluña, Andalucía, País Vasco, Asturias y Canarias) han alegado falta de tiempo para no cambiar el currículo este curso y, de este modo, minimizar el impacto. En el caso andaluz, que conozco más de cerca, hasta tanto sean publicados el Decreto y las Órdenes de desarrollo que regulen las enseñanzas de la Educación Primaria en Andalucía (se calcula para enero), ahora en fase de discusión pública e informes de los órganos respectivos, cada centro docente mantendrá la ordenación curricular contemplada en su Proyecto educativo. Por eso, excepto pequeños cambios (evaluar de modo diferenciado Ciencias de la Naturaleza y Sociales, o Valores Sociales y Cívicos, como alternativa a Religión), este curso funcionará de modo similar al anterior. La evaluación externa de tercero no podrá ser publicada, tipo clasificatorio. En Andalucía o el País Vasco, para la nueva asignatura de Ciencias Sociales y Naturales, se continuará empleando el libro de Conocimiento del Medio, pero a efectos de calificación los profesores darán dos notas diferentes. En Madrid, dependerá de los colegios: pueden decidir emplear el nuevo libro o continuar con el antiguo para completarlo con otros materiales.
La rebelión que se ha producido contra el cambio de libros de texto representa, por si faltaba, el fracaso de la LOMCE. Ya es grave que, ante la implantación este curso de la Ley en 1º, 3º y 5º de Primaria, así como en 1º de FP Básica, doce autonomías –además, siete de ellas del PP– hayan decidido mantener los libros de texto de la LOE, sin sustituirlos por los nuevos. Un periódico como “El Mundo”, favorable a la LOMCE, ante este desgobierno, llegaba a titular un editorial (19/07/14): “Ni las autonomías del PP aplican la LOMCE”. El Ministerio, impasible, lo ha aceptado, buscando justificaciones en la supuesta mayor autonomía de los centros o en una plataforma web que van a elaborar. Además, en las comunidades que optan por cambiar los libros, las respectivas asociaciones de padres y madres están pidiendo a las familias que no compren nuevos libros. El presidente de la Asociación Nacional de Editores de Libros declaraba: “El ministro tiene un problema de liderazgo y no le siguen ni las comunidades del PP. ¡esto es un caos!”. No es extraño que en el último barómetro del CIS (julio 2014), José Ignacio Wert haya sido el político con peor valoración de la democracia (1,37), que empeora incluso sus bajas valoraciones anteriores. En fin, incomprensible su permanencia, a menos que se practique la teoría leninista de “cuanto peor, mejor”.
Alguna parte del profesorado, que no tiene por qué compartir las posturas de las Administraciones, con toda razón, pueden sentirse utilizado (aplicar una reforma, por ejemplo, sin currículo ni libros). Pero educar, entrar cada mañana en el colegio y en el aula, comprometerse con la educación de los jóvenes a su cargo, requiere certidumbre, seguridad en lo que se hace. Sin embargo, nuestras profesoras y profesores se enfrentan al curso más cargado de incertidumbres que ha habido.
(*) ANTONIO BOLIVAR. Catedrático de Didáctica y Organización Escolar. Universidad de Granada
– Descargar PDF de este artículo publicado en la revista ESCUELA, Nº 4031 (18/09/2014)