Que sí…
Que estamos de acuerdo en que todo evento cultural que se haga en nuestra ciudad suma, en que necesitamos de muestras con las que reivindicar los grandes nombres que dieron a Granada un puesto preferente en la Historia del Arte y que, por tanto, siempre será buen momento para acordarnos del gran pintor y escultor que fue José Risueño.
Pero que no…
Que no es comprensible que una institución cultural pública, financiada con dinero de todos, organice exposiciones (por pequeñas que sean) de manera unilateral y sin proceder de forma eficiente con las labores de documentación que es propia de los especialistas. Porque el Museo de Bellas Artes no puede convocar la conmemoración del tricentenario del fallecimiento de Risueño en un año en que no es y debido a que alguien no ha hecho bien su trabajo.
Porque Risueño, no murió en la fecha obsoleta de 1721, sino como demostró y publicó en su tesis doctoral, allá por 1972, don Domingo Sánchez-Mesa (maestro de tantas generaciones de historiadores/as del arte), Risueño recibió cristiana sepultura en la Iglesia de Santa Ana un 6 de noviembre de 1732, hace justo 289 años.
Y, aunque siempre será bueno traer su maestría a colación, además será justo hacerlo desde el respeto y el rigor que tamaña figura merece.
JOSÉ ANTONIO DÍAZ GÓMEZ
Dpto. de Historia del Arte de la Universidad de Granada
Ver información sobre la exposición aludida:
- Una muestra homenajea al artista José Risueño en el 300 aniversario de su muerte
- José Risueño, 300 años después
Para saber más: