El 6 de octubre del 2021 un nuevo facial para la serie básica checa con temática de coches, en esta ocasión se trata de uno de los primeros vehículos de la historia de la manufactura checa: el modelo WIKOV 7/28, se trata de un valor acifrado para la correspondencia nacional. Aquí sí debemos señalar una excelente calidad en diseño y puesta en escena, además el matasellado sí que dejará una huella visible a primera vista sobre la estampilla porque el fondo blanco facilita su visión y al mismo tiempo enmarca este bello modelo de coche de la etapa clásica; algo que no sucede con la emisión dedicada a los ases de la raqueta. El diseño lo realizó Jiri Rames formato horizontal de 30×23 mm, impreso en offset multicolor en hojas de 40 piezas y dos millones de efectos en esta primera impresión. Las series básicas suelen reimprimirse a medida que se agotan en las oficinas del correo.
El timbre recoge un modelo Wikov 7/28 Sport o automóvil de turismo que se fabricaba en 1918 [en ese año Checoslovaquia lograba su independencia tras desintegrarse el Imperio Austro-Húngaro, país que también se desharía con la llegada de la Revolución de Terciopelo, cuando Eslovaquia se escinde en una nueva república] por la compañía Wichterle y Kovarik –de ahí nace la palabra que da nombre al modelo-. Años después esa factoría cambiaría su denominación a Prostejovské továrny na Stroje Wichterle a Kovárik s.a. hasta que la historia se encargó de barrerla de la industria checa. Esa empresa se dedicó, esencialmente, a la fabricación de maquinaria agrícola aunque en determinados momentos hizo sus pinitos en el más lucrativo, pero también más competitivo, mundo de los automóviles.
Entre 1922 y 1925 hubo varios prototipos que fueron catalogados I a V. Sería en 1925 cuando comenzó a fabricarse en masa el modelo filatelizado catalogado por la empresa como 7/28. Señalar que de acuerdo con el desarrollo automovilístico de aquellos años primigenios en la industria automovilística checa, los Wikov dieron excelente prestaciones y sus constructores descubrieron excelentes soluciones técnicas para los vehículos que ponían en el mercado [si aman el mundo del motor, hay un grupo alemán que regularmente publica FILAMOBIL, recogen no sólo el presente, sino la historia de cualquier modelo que haya visto la luz: temáticamente uno de los mejores ejemplos de recopilación histórica y filatélica relacionada con las cuatro ruedas].
En la industria checa este coche destacaba por su motor y componentes, esencialmente su chasis. El modelo se adaptaba perfectamente al cuerpo del conductor y le daba unas comodidades que acabó perfilando al futuro comprador, éste disfrutaba de la comodidad del vehículo o si lo prefieren de una elegancia refinada que imprimía carácter [hoy diríamos glamour] a su propietario, dándole un porte aristocrático, algo bastante normal para la época, la vulgarización del automóvil aún estaba por llegar; entonces, poseer un coche, era realmente un lujo si comparamos con el XXI, todo un siglo de progreso y/o sometimiento a las cuatro ruedas porque hay gente que no tiene para comer, pero tiene para salir en coche aunque sea para comprar tabaco.
En la actualidad un coche lo puede tener cualquiera y los gobiernos de medio mundo forrándose con los impuesto que los vehículos [o sea los propietarios, soportan]. Uno se imagina que las carreteras quedarán, en el futuro, como el ejemplo de la insensatez del ser humano ¿será por eso que los sátrapas no dejan de enviarnos plagas? Igual creen que sólo ellos son los que tienen derecho a respirar, el imperio monopolístico de las grandes corporaciones y las nuevas tecnologías hace girar al mundo siguiendo unos intereses que no son precisamente los de la gran mayoría y, sin embargo, cada día les ingresamos miles de millones en sus cuentas corrientes. Y cuando falla la red, como hace pocos meses, todo el mundo paseando como un “zombi” porque se ha quedado sin su ración de juego electrónico. Para ver cosas hay que estar vivos, decía mi madre. Y cuánta razón tenía.
Juan Franco Crespo
Maestro de Primaria, licenciado en Geografía
y estudios de doctorado en Historia de América.
Colaborador regular, desde los años 70, con publicaciones especializadas
del mundo de las comunicaciones y diferentes emisoras de radio internacionales.