Begoña Gómez, la esposa del Presidente en funciones Pedro Sánchez, aparca el feminismo para dar de comer a los peces en el G-20, mientras su marido se reúne con los otros mandatarios. El papel de las mujeres y primeras damas en las cumbres internacionales sigue generando mucho debate. La última imagen de la polémica, la de las esposas y el esposo de Theresa May dando de comer a los peces en el estanque del Templo Tofuku-ji en Kioto durante la cumbre del G-20 que se celebró el fin de semana en Japón.
Cómo no, entre ellas se encontraba Begoña Gómez, la mujer de Pedro Sánchez, que volvió a acompañar al presidente en un viaje internacional, algo que no hacía desde la visita oficial a Cuba en noviembre de 2018 y ya se echaba en falta, pues sabido es sus ganas de salir en las fotos.
El caso de Begoña Gómez ha levantado ampollas, ya que sus imágenes en Japón son un curioso contraste con las de la manifestación feminista del pasado 8 de marzo en Madrid. Entonces la mujer de Pedro Sánchez se unió a varias ministras del gobierno socialista para gritar proclamas contra el fin patriarcado y resaltar, entre otras cosas, el papel de la mujer en el mundo laboral. Sabido es la vara de medir que tiene la izquierda y el PSOE en particular en este nuestro país. Pero en esta ocasión, Begoña dejó aparcado su trabajo en el Instituto de Empresa para acompañar a su marido y tan solo dejarse ver con un numeroso grupo de «mujeres de».
Y ahí las tienes, con sus vestiditos, sus taconcitos y sus braguitas o tanguitas de Christian Dior. Y seguramente expertas en complacer a su particular napoleón cuando vuelve de la guerra. Como bien dice el refrán…“Dos que duermen en el mismo colchón se vuelven de la misma opinión». Dos inútiles a los que la varita mágica les tocó un día y viven una luna de miel inesperada y que nunca quieren que termine y que todos pagamos y seguiremos pagando muchos años. Incluido el falcón para ir de conciertos de rock.
Aunque no lo parezca, la Sra. Begoña Gómez está haciendo una cosa bastante socialista, distribuir migajas entre los más desfavorecidos que en este caso son los peces. Luego habrá una buena comida con todo tipo de delicatesen y se la comerán ellas. Lo gordo no se distribuye.
Y así continua la vida de este nuestro país, feminismo para los peces.
(P.D.: Este texto fue escrito a principios de julio de 2019)
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