El ministerio de Educación está elaborando un borrador de modificación al Real Decreto 276/2007, que regula el acceso a la función pública docente. El borrador pretende regularizar este acceso para los años 2022, 2023 y 2024.
Con ello, se atiende un requerimiento de Bruselas: reducir la tasa de temporalidad de la función pública docente al 8%, cuando actualmente está en el 25%. Para resolver este problema, creado previamente, se está pactando una chapuza entre sindicatos, ministerio y autonomías.
Según establece el tercer borrador, porque cada cierto tiempo aparece uno nuevo, la oposición a docente suprimirá la parte práctica, la prueba no será eliminatoria y permitirá a interinos pasar a fijos sin examen. Mientras que en otros países los cuerpos docentes están compuestos por profesionales rigurosamente seleccionados y muy bien preparados, en el nuestro optamos por abaratar las pruebas de acceso para cumplir con el requerimiento de Bruselas. Pero ¿no saben que, de esa forma, vulneran el principio de igualdad de oportunidades? Porque, ya me dirán si con el nuevo sistema tiene la misma oportunidad de conseguir plaza un profesor interino con varios años de servicio que un opositor libre con muchos años de preparación teórica y práctica, pero que no ha tenido la oportunidad de trabajar como interino.
Examinemos más detenidamente el borrador. Según se recoge en él, la fase de oposición constará de una única prueba estructurada en dos partes que no tendrán carácter eliminatorio, aunque en la nota final deberá obtenerse al menos 5 puntos para acceder a la fase de concurso. La primera parte consistirá en el desarrollo de un tema y la segunda será la presentación de una unidad didáctica. De este modo, se elimina la parte práctica, tan importante para demostrar las capacidades de los candidatos.
En la fase de concurso, se valorarán la experiencia previa (siete puntos), la formación académica (dos puntos) y otros méritos (un punto). Con respecto a los interinos, el borrador establece que el proceso consistirá en un concurso de méritos que será distinto al del resto de aspirantes. La experiencia previa se valorará con siete puntos como máximo, la formación académica hasta tres, y otros méritos, un máximo de cinco.
Está claro que el sistema vulnera el principio de igualdad de oportunidades. Como afirma el colectivo Docentes por la Justicia en su artículo “Por la igualdad de oportunidades”, publicado en IDEAL EN CLASE el martes 18 de enero, “este sistema de acceso perjudica gravemente a centenares de aspirantes e interinos con pocos años de servicio, pues reduce drásticamente las posibilidades de adquirir una plaza en las próximas convocatorias 2022,2023 y 2024. Estas nuevas reglas de juego son discriminatorias para muchos aspirantes, que llevan años, preparándose para poder afrontar un proceso selectivo que, ya de por sí, es difícil”
Con este texto quiero manifestar mi adhesión a tal colectivo. Y, como siempre he dicho, la mejora de la educación no se consigue de esa forma. El cuerpo de docentes debe estar ocupado por los mejores, como ocurre en otros países de nuestro entorno. El borrador del decreto no persigue este fin. Es urgente que hagan otra propuesta. En caso contrario, lo mejor será que directamente adjudiquen la plaza a los profesores interinos que componen ese 25% de todo el profesorado, hasta reducir la tasa al 8%. Así, los candidatos por oposición libre podrían dedicar su tiempo y esfuerzo a otras tareas o a la preparación de oposiciones a otros Cuerpos de la Administración Pública. Yo haría la siguiente propuesta para el borrador:
Fase de oposición
La prueba tendrá carácter eliminatorio y la parte práctica no se elimina. Fase de concurso:
- Experiencia previa: un máximo de 3 puntos
- Formación académica: un máximo de 6 puntos
- Otros méritos: un máximo de 1 punto
Así, de esta forma, sería una prueba más justa y completa y, además, los candidatos por oposición libre y los profesores interinos estarían más igualados en cuánto a la probabilidad de obtener plaza.
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docente jubilado
Comentarios
Una respuesta a «José Vaquero Sánchez: «Acceso a cuerpos docentes»»
Buenos días. Voy a exponer una serie de puntos que su artículo obvia y que usted sustituye por otros que no se ajustan a la realidad.
No se vulnera ningún principio de igualdad, mérito y capacidad por varias razones: la Constitución dice igualdad pero igualdad entre iguales, no entre desiguales, y los opositores nuevos y los interinos no somos iguales ante el examen si siguiera el modelo de oposiciones de las últimas convocatorias, donde primaba el saber temas como un loro que en el aula no vas a usar en muchos casos con prácticos infumables que no saben resolver ni los miembros del tribunal y con todas las plazas a turno libre.
Además, por ley quien ya está dentro debe quedarse, y si hay sitio, ir entrando la gente nueva. Por ello se ha separado las plazas de reposición de las plazas del concurso extraordinario, para que cada tipo de opositores compita sólo con los que sí están en igualdad de condiciones con ellos y por su cupo de plazas y, al mismo tiempo, tratar de hacer justicia (no del todo, pero así está) con la gente ya aprobada de convocatorias anteriores que no tiene plaza todavía porque no salieron todas las plazas que tenían que salir en su día (la tasa de reposición debe salir como muy tarde cada tres años).
No vale el ejemplo europeo porque allí prima la parte de demostrar que se sabe dar clase, no prima saberse de memoria el temario ni prácticos infumables como aquí.Un temario que en España ni siquiera está unificado en el caso de los docentes, ya que viene sólo con títulos que cada editorial y academia desarrolla como quiere. Y por supuesto, alli no dejan que personas muy válidas estén quince o más años de interinos haciendo perfectamente su trabajo y sin plaza para dárselas a personas que no han pisado un aula y que todavía, si consiguen plaza, tienen que demostrar si valen o no y saben aplicar los conocimientos y los méritos académicos que tienen para compensar su falta de experiencia. No es «quítate tu para poner yo».
Este es un modelo transitorio hasta 2024, y luego ya veremos si se vuelve a lo anterior, que no es mejor sino todo lo contrario.
Yo ni soy nuevo ni soy veterano, pero a cada uno lo que le corresponde y ni me quejaba cuando era nuevo, ni me quejo ahora. Muchas veces se ha intentado cambiar el sistema decimonónico de acceso a la docencia que tenemos y se ha fracasado. Por lo tanto, ahora si tenemos que aceptar las reglas del juego, lo hacemos todos, no quejarnos porque no nos conviene o callarnos si nos conviene. Nadie está contento pero si esto a alguien le parece injusto, también era injusto lo otro pero a la gente nueva le favorecía y se callaba. Ya hubo otra transitoria hace quince años y no hubo tanto lloro como ahora en los medios.