Al ser profesora de Formación Profesional, las clases de María García-Saúco Hijano suelen versar sobre competencias técnicas: contabilidad, comunicación y atención al cliente, facturación, etc.
Pero siempre que puede, aprovecha para potenciar las soft skills de #misalumnoslosmejores. Dentro de estas cualidades estaría la empatía y, por tanto, también la solidaridad. En muchas ocasiones realizan actividades tales como meriendas/desayunos solidarios, repartir bufandas o café caliente en invierno a las personas sin techo y sus chicos se vuelcan en todas ellas. Ya sabemos que el alumnado suele ser una caja de sorpresas y, en su caso, en muchas ocasiones, esas sorpresas son para bien.
Hace ya bastantes años, un grupo de alumnos quiso algo motivador para el último examen. Este comentario lo trajeron a colación, porque María les da normalmente un dado de la suerte, unas “píldoras mágicas” que les dan calma, suerte o concentración en los momentos previos al control, pero al decirle aquello, creyó que podía hacer algo especial.
Pensó en crear unas “notas solidarias” donde su esfuerzo tendría la recompensa. Los sobresalientes se materializarían en una donación para una ONG.
Así, en la primera ocasión, la donación fue para Educo, con su plan de verano de Beca comedor. Si de manera individual conseguían el sobresaliente, lograban una comida para un niño, pero si todos tenían un nueve o más conseguirían una beca completa para dar de comer a un niño durante un mes.
Cuando la profesora, vio las caras del alumnado, se notaba y verbalizaban la importancia de tener el diez en ese último examen, porque su buena nota iba a ayudar a alguien. Muchos de ellos le dijeron que, si al final no conseguían la nota, querían poner su parte. A partir de ese momento, las notas de grado superior mejoraron, siendo seis ya los años de andadura en relación a esta iniciativa.
El año pasado, en plena pandemia, después de hacer el examen, algunos no estaban seguros de poder conseguir la nota que la profe había establecido (en este caso fue un ocho y medio). Un alumno preguntó que si para poder conseguir la donación completa debían de tener todos esa nota o valdría con la media.
Aquella pregunta hizo que la docente realizara un experimento social con su alumnado. Les preguntó si estarían dispuestos a renunciar a parte de su nota y cederla a un compañero para que todos tuvieran la puntuación indicada.
Como os podéis imaginar, bajo ningún concepto, la enseñante iba a realizar tal distribución de las puntuaciones, pero sí quería saber cómo reaccionarían.
Su sorpresa fue realmente grande, ya que el 88 % de la clase estaba de acuerdo si con ello conseguían la donación completa. De verdad pensaba que solo una o dos personas estarían dispuestas, ya que muchas se jugaban tener como nota final el sobresaliente.
Orgullo es la palabra que más veces pronuncia María al describir el sentimiento que tiene hacia sus pupilos.
Si os ha gustado la iniciativa, no dudéis en replicarla.
La sociedad necesita actuaciones como la aquí hoy abordada.
¡Qué mis deseos no caigan en saco roto!
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‘Mejor docente de España, 2020. Educa Abanca’
Categoría: ESO-Bachillerato.