Este Santuario, esta Basílica Menor, conforma un elevado, excelente y valioso conjunto, constituido por arte, historia, monumentalidad, naturaleza, religión y devoción.
Decía Miguel Delibes que la infancia es la etapa de la vida que más añoramos todos, y tenía mucha razón, porque durante ella, las vivencias -tristes o alegres– se quedan grabadas para siempre, en la mente absorbente de niños y adolescentes. Personalmente, guardo gratos recuerdos de mi infancia, de Noalejo, mi pueblo y de esa década dichosa de los años cincuenta. Uno de los hechos que mejor recuerdo, es la Fiesta de la Virgen de la Cabeza; es decir, la Romería a la Ermita del Cerro del Cabezo en Sierra Morena, término de Andújar.
En casi todos los pueblos, desde Colomera – cuna del pastor, al que se le apareció la Virgen – hasta Andújar, incluidos los de la provincia de Jaén, parte de la de Granada y otras muchas, había Cofradías que, durante tres días, viajaban al Santuario para celebrar y disfrutar con la fiesta de la Virgen de la Cabeza. Partían desde sus respectivas poblaciones, para pernoctar en Andújar y, desde allí, se trasladaban andando, en caballerías o carruajes, al Cerro, pasando el sábado y domingo, rezando, cantando y bailando, junto a la Ermita. El viaje lo hacían como mejor podían, es decir, subidos en la caja de los camiones del pueblo; pero, eso sí, también había dos clases: los que iban de pie y los que iban sentados en silla propia. Por extraño y peligroso, que hoy nos pueda resultar, entonces no veían peligro alguno, era el viaje soñado, el sueño paseado, el goce logrado, etc. Estamos hablando de la Romería más antigua de España, con más de ochocientos años de antigüedad.
El viernes, sobre las diez de la mañana, antes de iniciar el viaje, con gran alegría y enorme entusiasmo, toda la gente se concentraba en la plaza del pueblo y comenzaba la fiesta. El acto estaba presidido por el párroco y el hermano mayor de la Cofradía, junto con el resto de cofrades y romeros; todos ellos, elegantemente vestidos para la ocasión; con sus trajes y corbatas impecables, porque sólo se los ponían, una o dos ocasiones al año. El colorido de banderas y estandartes, las alabanzas, los aplausos, los vítores, etc. a la imagen de la Virgen, contenida en un estandarte, junto con el sonido de los tambores, que retumbaba en todo el pueblo y el repique de campanas, elevaban la percepción y creaban un ambiente emocionante, excelso, casi de delirio. Tras varios actos religiosos, llegaba el momento que más nos gustaba a los niños: ver enarbolar y tremolar las banderas. La mayor de ellas, de gran tamaño, pasaba ondeando, con mucha fuerza, casi rozando nuestros rostros y causándonos unas sensaciones inolvidables.
En los años 2020 y 2021, confinados por la pandemia y gracias a Canal Sur, tuvimos la oportunidad de ver y oír las misas celebradas por el anterior Obispo de Jaén, Don Amadeo Rodríguez, en ese bellísimo Santuario de la Virgen de la Cabeza, en plena Sierra Morena. Como ya sabemos, el cristianismo en sus mensajes y parajes evangélicos, da sentido y significado religioso a los elementos más destacados de la naturaleza (el sol, la luz, el agua, el árbol, la tierra, la montaña, etc.); todo ello muy presente en esta Ermita de la Virgen de la Cabeza, patrona de Andújar. Consecuentemente, podemos afirmar que este Santuario, esta Basílica Menor, conforma un elevado, excelente y valioso conjunto, constituido por arte, historia, monumentalidad, naturaleza, religión y devoción, que, por su atracción y belleza, emite una intensa llamada estética y no permite la indiferencia del observante.
Igualmente podríamos decir que la Virgen, supo elegir bien donde aparecerse. Su Santuario, parece que ha brotado allí, que ha nacido de la tierra, por su acertado emplazamiento, por su integración plena en el paisaje y por su armonía con el entorno natural, montañoso y vegetal, que le rodea. Las alturas, los montes y las montañas nos elevan sobre el espacio circundante, sobre la pequeñez del mundo y nos invita a ascender en nuestros pensamientos, a elevar nuestros sentimientos, despegando lo material, recalando en lo espiritual y convergiendo en lo importante: la grandeza del universo, el infinito valor de la vida y la hermandad de la humanidad. Pero, si el exterior es esplendido, no es menos el interior: su arte, sus imágenes, su orfebrería, su luminosidad, su suntuosidad, etc. junto con la homilía, el canto y la música del coro, produjeron en los asistentes y seguidores televisivos, una alegría y una emoción altamente alentadoras.
Este año, ha sido apoteósico y con asistencia masiva; Canal Sur, se ha volcado con la fiesta, rodando desde la Ermita, por las faldas del Cerro, casi llegando hasta el fondo y remojándose en las aguas dóciles del rio Jándula. Ha vuelto la procesión, el reencuentro con la Morenita y pequeñita, el contacto directo con Ella, la emoción y el goce de contemplarla, elevada sobre la esplanada del Cabezo, abrazar y besar su manto La celebración eucarística, presidida por el actual obispo de Jaén, Don Sebastián Chico, ha contribuido a la grandeza del día y a la difusión del mensaje cristiano. ¡Qué necesaria es la espiritualidad, en estos tiempos tan tensos!
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Catedrático y escritor
Comentarios
4 respuestas a «Antonio Luis García: «La romería de la Virgen de la Cabeza en Andújar: Alegría, devoción y emoción infinitas»»
Don Antonio Luis García. Ni una coma le pondría y menos aún quitaría de este rato de romería que me ha hecho vivir.
No sé si su tratamiento literario, no sé si su relato, la naturaleza descrita o esa hermosa ermita que alberga a la siempre Madre. Pero en terminando de leerle pareciame haber estado en la salida del templo cuando la Dama Divina con su mirada ilumina campos, sierra y barrancos de tan significativa serranía y, no me diga, Don Antonio, que a Vd. no le golpea fuerte el corazón cuando al mismo tiempo que asoma a la puerta la Reina, todas las campanas repican con su peculiar sonido, lanzando catarata de notas allá lejos de la horizontal linea donde rebotan sus ecos.
Emotivo, exitante, cristiano y encogedor de corazones al son de los badajos con sus cataratas de sones y la Virgen dominando y su Amor derramando sobre sus hijos allí reunidos.
Francamente bello el acto, su escrito y sentimiento en él volcado.
En hora buena Don Antonio. Un saludo
Muchas gracias, amigo Gregorio, por su interés, su grato comentario y las emociones compartidas, basadas en la belleza, en la mística y en la naturaleza de ese lugar privilegiado de Sierra Morena.
Un saludo
Me ha sido muy grato encontrar estas evocaciones juveniles de don Antonio García. Con afecto ha sabido buscar, en el fondo de su alma, los buenos posos que en un tiempo pasado dejaron asentados las gentes de su pueblo y de una romería. No cabe duda que «las circunstancias» de don Antonio le fueron moralmente favorables y ahora él rinde pleitesía a las mismas.
Gracias, de nuevo, estimado escritor por compartir tan generosamente tus interioridades.
Muchas gracias, amigo Antonio, ya en la primera frase del artículo utilizo el concepto de «mente absorbente» enunciado por la gran pedagoga María Montessori. Pero, por lo que se deduce de su comentario, parece que se ha cumplido conmigo mismo. Durante la infancia y menos en aquella época, no éramos conscientes de nada, pero sí éramos sensibles a las emociones y a las convicciones morales y públicas del momento. Tampoco nos dábamos cuenta de las diferencias sociales; estábamos en la misma escuela, con los mismos maestro y el mismo libro, la enciclopedia ALVAREZ, etc. A partir de la adolescencia todo empezó a cambiar y mucho más cuando llegamos a la Facultad de Filosofía, ya en la juventud. Muchas gracias Un saludo