En un solemne y concurrido acto celebrado el pasado lunes 6 de junio en el Paraninfo de la Facultad de Derecho de la Universidad de Granada, tuvo lugar el ingreso en recepción pública en la Academia de Buenas Letras de Granada como Académico Honorario del profesor Pedro Cerezo Galán, Académico de la RACMYP y catedrático de Filosofía de la UGR durante más de cuatro decenios.
En su Discurso bajo el título de “Variaciones del mito de Antígona en la España del siglo XX: S. Espriu, J. Bergamín y M. Zambrano”, el nuevo académico, centró su disertación en la obra y la figura Antígona —tragedia escrita por Sófocles entre el 442 y 443ª.C., en un contexto siniestro que anticipa la fratricida guerra del Peloponeso entre Atenas y la coalición de Esparta Corinto. Tras aludir a la trágica peripecia mítica de la familia de los Labácidas y específicamente a la figura de Antígona, la “doncella celeste”, como la calificara Hegel, nos presenta a la protagonista y heroína “que avanza resuelta con el alba para dar sepultura a su hermano Polinices, muerto en guerra civil fratricida, desafiando así la orden del gobernador Creonte de dejarlo insepulto por haber sido traidor a la patria”.
Con la toma de conciencia del trágico relato de la figura de Antígona y de su peripecia vital nos “vienen a la memoria”, señala el Profesor Cerezo, “los millones de muertos abandonados por los campos y cunetas en las innumerables guerras inciviles y los otros incontables enterrados vivos por discrepar del poder dominante, ya sea religioso o político”. Ningún tema podría haberse elegido de tanta e infausta actualidad como el que contiene y dramatiza el mítico relato sofocleo: la sangrienta y devastadora invasión rusa de Ucrania —-con cientos y cientos de Antígonas, muriendo injustamente y rebelándose heroicamente contra el Poder inclemente y asesino del opresor— actualiza trágicamente este mito “que ha atravesado la historia cultural de Occidente en variaciones múltiples, literarias, musicales, pictóricas, fílmicas y ha sido recreado y comentado literaria, filosófica y teológicamente”.
El acierto de la temática elegida por el profesor Cerezo se manifiesta sobre todo, por la conexión que establece entre la clásica Antígona —escrita por Sófocles, en un contexto siniestro que anticipa la fratricida guerra del Peloponeso entre Atenas y la coalición de Esparta Corinto—. y las tres versiones o variaciones hispánicas del Mito, que surgen a partir de la segunda mitad del siglo XX en la literatura dramática española, creadas por poetas, escritores y pensadores tan prestigiosos como Salvador Espriu (Antígona, de 1939) José Bergamín (La sangre de Antígona de 1956) y María Zambrano (La tumba de Antígona, de 1967). Tres versiones que, analizadas con la pasión y la lucidez habitual del profesor, escritor y filósofo Pedro Cerezo, y “pese a sus diferencias, se mantienen en fidelidad a lo esencial del mito que es el conflicto con la vieja ley ancestral del terror y de la muerte”.
Contestación Sultana Wahnón
La Contestación al aludido Discurso de ingreso, corrió a cargo de la Académica numeraria, y también catedrática de la UGR, Sultana Wahnón, quien una vez expresadas su admiración y alta estima de la obra literaria y filosófica del nuevo académico, con lucidez y agudeza, supo valorar la originalidad y profundidad que la disertación del Profesor Cerezo Galáno aportó subrayando especialmente la finalidad e intencionalidad mostrada por el ponente “la de revalorizar la cultura española mostrándola incardinada en general devenir de la cultura europea”. En su Discurso de ingreso, señala Sultana Wahnón, el autor nos ha hablado ciertamente de un antiguo mito de origen, pero no a partir de los originarios textos helénicos, sino de las versiones realizadas por tres escritores españoles del siglo XX. Con ello se llena un vacío o laguna de uno de los libros más relevantes del comparatismo literario del siglo XX, Antígonas, de Georg Steiner, a quien, en su recorrido por la multitud de versiones de todo tipo (desde las literarias a filosóficas o musicales) del mito, al parecer se le olvidó la existencia de esas tres magníficas “Variaciones” españolas del Mito clásico. “Nada”, concluye la académica, “podría haber sido más desazonador —a la vez que estimulante— para un intelectual que, como Pedro Cerezo ha hecho del reconocimiento y la valoración de la cultura española uno de sus principales campos de batalla”. La lección impartida en su discurso por el profesor Cerezo hace justicia –frente al olvido o desconocimiento de Steiner— a tres de las reescrituras españolas del mito de Antígona, tan relevantes como las coetáneas de Jean Anouilh o de Bertold Brecht, incorporándolas con todo merecimiento a la historia del Mito de Antígona.
Con su bellísimo discurso Pedro Cerezo parece, no obstante, coincidir con G. Steiner en una cosa: la verdad de que muy poco hemos agregado los occidentales modernos, herederos directos del legado cultural griego, a esas presencias seminales que nos transmitió la Hélade: “Nuestros trabajos son los de Heracles. Nuestras revelaciones miran a Prometeo […]. Aún antes de Joyce nuestras peregrinaciones y odiseas eran las de Ulises. El exasperado dolor de las mujeres troyanas expresan nuestras lamentaciones sobre la guerra. Edipo y Narciso sirven para dignificar y definir nuestros complejos”.
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Catedrático de Filosofía