Que el ser humano es el principal enemigo para él mismo, es algo que siempre hemos sabido, pero que seamos desagradecidos, intolerantes e incluso un tanto insensibles ante el dolor ajeno. Yo, por mi condición de paciente oncológico sé muy bien lo que digo y sé perfectamente que situaciones en las que más se necesita una mirada, una sonrisa o una palabra son habituales en nuestro tratamiento.
Pero los años y la memoria selectiva que tengo, me hacen recordar el año 2016, no hace tanto, en las que Granada iba a ser expoliada, maltratada y desquiciada, por el gusto y deseo de la Sultana Andaluza, Sra. Susana Díaz que le salió de su arco del triunfo el fusionar los dos hospitales.
El caos vivido como paciente en aquellas fechas fue terrible, pues nunca sabía dónde me iban hacer el TAC, los análisis, las distintas pruebas para poder tratar mi cáncer.
Surgió un médico de urgencias, que tuvo las agallas y los arrestos para sacar a la calle hasta cien mil personas, sí han leído bien 100.000, cuando en Granada es difícil movernos por cualquier cosa que no sea algo que nos afecte directamente. Lógicamente, los conflictos y problemas fueron creciendo a medida que la Junta de Andalucía seguía erre que erre y los granadinos dijimos basta, hasta aquí hemos llegado.
Se paró la dichosa fusión hospitalaria y el médico de urgencias, artífice del milagro entró en una espiral de juicios y denuncias, ocasionadas por sus maneras y formas de llamar al pan pan y al vino vino. Los juzgados estaban siempre llenos de seguidores para dar ánimos y agradecer su labor al frente de la sanidad.
Pero el destino es cruel en algunas ocasiones y el médico de urgencias resultó afecto de esta enfermedad que padecemos uno de cada cuatro españoles. Nadie de las autoridades ha dicho o hecho nada por él. Pero a pesar de su enfermedad, le echa cojones al asunto y ha creado la Unidad Guapo para tratar a los pacientes oncológicos mediante el ejercicio principalmente. Sin un euro de ayuda pública y ahí está luchando contra vientos y mareas.
Yo, como paciente mayor y enfermo de cáncer he escrito estas líneas de agradecimiento por todo lo logrado hasta ahora y por la lucha continua que lleva a cabo y sin recibir nada a cambio.
Lo único que recibo es su mirada y algún que otro saludo cada vez que de tarde en tarde coincidimos. Así que he visto esta tribuna de IDEAL EN CLASE, para decir “Gracias Dr. Jesús Candel Fábregas”.
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