Nesilea Roca sigue recomendando lecturas para los Días D. En concreto, con motivo de la celebración, el lunes, 30 de enero, del DIA ESCOLAR de la PAZ y la NO VIOLENCIA, en su Facebook recomienda los siguientes:
«Se celebra el próximo día 30 de enero y su objetivo es la educación en y para la tolerancia, la solidaridad, la concordia, el respeto a los Derechos Humanos, la no violencia y la paz. En este día, los colegios y centros se convierten en instrumentos de paz y entendimiento entre personas de distinta formación, raza, cultura y religión. Es una jornada no gubernamental fundada en España en 1964, que se celebra el treinta de enero por ser el aniversario de la muerte de Gandhi. Finalmente, fue reconocido como Día Internacional por la UNESCO en 1993, referido en este caso a la paz mundial (que se celebra el 21 de septiembre).
El logo de la paz es un círculo dentro del cual hay unas líneas que representan las letras D y N (desarme nuclear) en el lenguaje semáforo: se utilizan los brazos y banderas para enviar mensajes visuales a larga distancia. El símbolo que la representa es una paloma blanca, símbolo muy antiguo que representa la paz y la reconciliación. Los valores que promueve la paz son, entre otros, la reflexión y el diálogo para evitar conflictos, la construcción de relaciones afectuosas y creativas, el respeto a la vida, la libertad, la justicia, la solidaridad, la honestidad, el apoyo mutuo, la tolerancia y la igualdad entre hombres y mujeres.
“Mucha gente pequeña, en lugares pequeños, haciendo cosas pequeñas, puede cambiar el mundo” (Eduardo Galeano).
Cuando hablamos de paz en el ámbito escolar también se hace referencia a la no violencia en los centros educativos, o lo que es lo mismo, el acoso escolar. Este se produce cuando un niño o adolescente es agredido física y psíquica mente de manera reiterada y continuada por un alumno o un grupo de alumnos y que afecta a cuatro ámbitos de la persona: físico, emocional, verbal y a través de las redes sociales. Una forma de prevención desde el núcleo familiar es educando en valores como los referidos para la paz, lo que incrementa la autoestima, la confianza, la seguridad y aceptación en uno mismo, la comunicación con los padres y tutores o adultos de confianza.
Para ambas cuestiones, paz y no violencia escolar, los cuentos son una herramienta poderosa para enseñar cómo relacionarse consigo mismo y con los demás. En los cuentos, los personajes proyectan rasgos y comportamientos en los que pueden verse reflejados tanto agresores, agredidos y testigos pasivos; el tipo de persona, las expresiones faciales y corporales, el tono de voz y los gestos se convierten en su voz interna y reacciones fisiológicas: emociones.
El agresor en los cuentos populares, suele esconderse detrás de personajes como el lobo en “Caperucita Roja”(Charles Perrault, 1628 ) o en “Los tres cerditos” (Joseph Jacobs, 1854); en dragones como “La princesa vestida con una bolsa de papel” ( Robert Munsch, 1945); en brujas como en “Hansel y Gretel” (Hermanos Grim, 1786/1790); en gigantes como en “Juan y las habichuelas verdes” (Hermanos Grim en su adaptación de Juan sin Miedo); serpientes como en “El castillo de irás y no volverás” (A. R. Almodóvar, 1941).
Las víctimas cómo Caperucita, cerditos, niños, o princesas se ven reflejados en el desequilibrio de poder, es decir, en la vulnerabilidad, la impotencia, la soledad, etc. Incluso, en el camino del hinduismo y primer yaman en Yoga, aparece el término «Ahimsa» que viene a significar la no violencia y el trato con amabilidad. Coincide con la característica de príncipes y princesas de los cuentos de tradición oral, dónde suelen ser inocentes, no violentos o, al menos, sin intención.
Los cuentos, en su sentido figurado o metafórico, en su versión más real o imaginaria, despiertan imágenes, sensaciones y distintas emociones según el personaje con el que se hayan identificado, pero siempre muestran y enseñan acciones que tienden a una solución.
Cómo podemos observar, a través de la simbología, los cuentos nos llevan de viaje desde el pasado al presente, desde el cuento maravilloso hasta el álbum ilustrado. Facilitan la reflexión y la toma de conciencia para tomar acción, afrontando el miedo a contarlo, buscando personas de confianza y desarrollando la imaginación creando estrategias para salvarse o salvar a otro: el personaje atraviesa un conflicto con el que sufre una transformación respecto a su estado inicial.
Actualmente hay cuentos donde el tradicional personaje agresor termina cambiando sus valores y actos; un ejemplo sería “La ovejita que vino a cenar” (Steve Smallman, 1959). Lo importante es trabajar en pos de la paz y los valores que conlleva para prevenir todo tipo de conflictos, ya sean en relaciones sociales, familiares o bélicas, como las guerras.
Nuestras reseñas para este día, además de las indicadas anteriormente sobre cuentos de tradición oral, son las siguientes: