La Biblioteca ‘Ángel Olgoso’ del IES Soto de Rojas de Granada fue el escenario para la entrevista a la joven estudiante de este Centro que con su narración ‘Atrévete a cambiar el mundo’ ha conseguido este curso alcanzar uno de los premios regionales del concurso ‘Solidaridad en letras’, concretamente el 3º. Ella se llama África Seco Cuadra, estudia 1º de ESO y se presenta a la cita con otros los textos premiados en otros certámenes literarios.
Con voz queda nos va contestando a todas nuestras preguntas que nos permiten conocerla un poquito mejor, así como el contenido de su emotivo relato ganador. Entre sus autores proferidos cita a Jane Austin o Steven Christopher, habiendo descubierto su interés por la escritura gracias a una maestra del colegio a la que también le encantaba escribir. Cuando le pedimos que nos informe de sus materias favoritas responde que le gustan todas pero se decanta por la Biología y la Lengua.
Entre los trabajos premiados en otros concursos, perfectamente ilustrados y encuadernados tiene entre sus manos los premiados con anterioridad en los Biblioteca Francisco Ayala del Zaidín en sus convocatorias navideñas de 2017, 2018 y 2019, con los cuentos ‘Una navidad de inolvidable‘, ‘El mejor regalo de la Navidad’ y ‘Una semilla en cada casa‘.
Reconoce que conseguir el premio del certamen Solidaridad en Letras le supone una motivación para seguir escribiendo y considerar que todo se puede conseguir con esfuerzo y trabajo. En este momento le interrogamos acerca de sus proyectos futuros en cuanto a los estudios y tiene claro que le gustaría estudiar Ciencia y dedicarse a la docencia pues tiene varios ejemplos familiares. Aprovechamos también para pedirle que nos lea el texto ganador por el que nuevamente le felicitamos:
SUEÑA, ¡Y ATRÉVETE A CAMBIAR EL MUNDO!
Esta historia no trata de princesas, ni de heroínas, sino de una niña como tú o como yo.
La primera vez que nuestra protagonista escuchó la palabra voluntariado le surgieron muchas dudas, entre ellas: ¿Qué era eso del voluntariado? ¿qué características tendría que tener una persona que quiere serlo?
Todas estas preguntas y más se agolpaban en su cabeza sin una respuesta clara: así que optó por coger su tablet y en su buscador escribir la palabra voluntariado.
Lo primero que encontró hacía referencia a servir a los demás como una decisión libre y propia. También hablaba de las distintas motivaciones que mueven a las personas a dedicar parte de su tiempo a los demás. Y todo ello sin una remuneración económica.
Tras leerlo, la chica estaba decidida a ser una voluntaria. Los días siguientes cuando los profesores decían: “Este trabajo es voluntario o cuando alguien necesitaba ayuda ella siempre estaba dispuesta a echar una mano”.
Pero, como todo, el tiempo va pasando y esa motivación cada vez se fue volviendo más débil.
Siempre ponía la misma excusa: “Cuando sea mayor quiero ser voluntaria e irme a otro país, así que, ya tendré tiempo de ayudar en un futuro”. Ella estaba contenta consigo misma, imaginando las aventuras que pasaría, y lo generosa que era e iba a ser por pasar su tiempo ayudando a los demás.
Las tardes pasaban volando, solo podía pensar en ese viaje tan deseado y a la vez tan lejano.
Sus profesores y amigos, pronto notaron como ella estaba cada vez más dispersa. Y cuando intentaban hablar y razonar sobre lo importante que era ayudar, siempre saltaba con la misma respuesta: “Cuando sea mayor voy a ser voluntaria y viajaré por todo el mundo ayudando a la gente”. No podía ver más allá de la palabra voluntariado.
Así que su rendimiento escolar fue bajando, y sus compañeros de clase decidieron ayudarla con los exámenes, exposiciones…y ella empezó a hacer los trabajos voluntarios para subir nota.
Una tarde de invierno, su abuelo y ella fueron al jardín botánico. Ella no entendía el por qué, ya que en esa época del año las plantas no estarían en flor, y solo podría ver los simples capullos que ofrecía la estación.
El abuelo estuvo hablando sobre la importancia de cada fase. Desde la más sencilla y pequeña semilla, hasta la flor más grande. Y todas ellas habían tenido que ser simples capullos para poder convertirse en bellas flores. Y uno no podía esperar que, de una semilla común y corriente, brotara en dos días la más preciosa flor, para ello había que ser constante y decidido. Sin importar como fuera el camino.
Esa misma tarde estuvo pensando que era el voluntariado, la definición se la sabía de memoria, pero por alguna razón que desconocía, sentía que no se acordaba del todo. Así que decidió volver a buscar la palabra “VOLUNTARIADO”.
Cuando terminó de leerlo le vino a la mente esa última semana, donde la mayoría de sus compañeros le habían ayudado para poder subir nota, o aquella mujer que le había ayudado a recoger las cosas que se le habían caído al suelo.
Cuando reflexionó empezó a escribir:
Querido diario:
La primera vez que leí voluntariado (su definición), creo que lo entendí mal, pues ahora mi opinión ha cambiado. Ser voluntario no es un trabajo, es una decisión que depende de nosotros cuando queremos hacer uso de ella. Y cuando olvide el presente recordaré que un pequeño gesto puede cambiar el mundo. Así que … (escribí en mi diario una frase que siempre tendré muy presente):
SUEÑA, ¡Y ATRÉVETE A CAMBIAR EL MUNDO!
Semanas después el abuelo le dijo que ese año tendrían las más bellas flores, mientras le guiñaba un ojo. Y ella sonrió.
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En cuanto al acto de la entrega del premio afirma que fue una magnifica recepción en la que se le hizo entrega además del diploma acreditativo de un premio consistente en un altavoz bluetooth del que le queda una satisfacción enorme motivación y la idea de convertirse en un futuro en voluntaria.
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