Se inauguró el siglo veinte
con un confuso reinado
del monarca Alfonso XIII
que firmó un final nefasto
al abandonar España,
imprudente y asustado,
dejando a la patria inmersa
en el desorden y el caos.
Le sucedió la República,
entre dudas y entusiasmos
incentivando ilusiones
en un pueblo esperanzado
que ansiaba vivir tranquilo
con dignidad y trabajo,
por las montañas, los mares,
los valles, islas y campos,
alejado de políticas,
tejemanejes y apaños.
Esta segunda República
nunca logró lo soñado
y poco a poco el desorden
deconstruyó lo sensato,
soplando vientos maléficos
en un país fragmentado
donde el perverso cainismo
propició el cisma entre hermanos.
Después advino la guerra,
miedo, sangre, odio y espanto,
que en los caminos de España
tanto dolor dispersaron
y que hoy aún perduran
en el corazón clavados
pues aquellos sufrimientos
es difícil olvidarlos.
Finalizada la guerra,
de recuerdo tan infausto,
España vivió un periodo
de relato complicado
conformándose gobiernos
encabezados por Franco
cuyo rasgo distintivo
fue el mandato autoritario
que con luces y con sombras
perduró cuarenta años.
Llegó al fin la democracia
a un país ilusionado
que quería soterrar
su desquiciante pasado
y mirar los nuevos tiempos
optimista y confiado
elaborando un futuro
novedoso y despejado
porque el ayer es ayer
y el mañana hay que encararlo
con la honradez y la fe
de un Estado democrático.
Leer más romances de
Profesor jubilado y escritor, autor de
‘Ortografía práctica del español’, ‘Ronda para niños’ (inglés),
‘Federico en su centenario’, ‘Las acacias del Macabe’,
‘Cervantes y Don Quijote’, ‘ La boca del infierno’. ‘En la noche de San Juan’
‘Mencía de Mendoza. La nieta del cardenal’
y ‘La historia de España en verso’