Fátima Rodríguez: «El valor del juego como herramienta de aprendizaje»

Hay que intentar desmontar el mito de que cuando juegas, como disfrutas, no hay esfuerzo (como característica del trabajo) y por tanto no hay aprendizaje.

El juego y el aprendizaje no son dos cosas contradictorias, ni siquiera paralelas, sino las dos caras de una misma moneda.

 

La vida infantil no puede concebirse sin juego, jugar es su principal actividad y responde a la necesidad de niños y niñas de: experimentar, curiosear, investigar, tocar, mirar, expresar, crear, soñar…

El juego adquiere en la infancia un valor educativo evidente, y la infancia ocupa el periodo entre los 0 hasta los 12 años: primera infancia de 0 a 6 años y segunda infancia de 6 a 12 año. No convirtamos a los niños en mini adultos, muchas veces queremos adelantar conocimientos a los que madurativamente aún no están preparados. La infancia solo dura 12 años, el resto de su vida, serán adultos… dejémosles ser niños. Respetemos la infancia, no lo olvidemos.

En primer lugar, es un valor educativo importante, porque despierta su curiosidad, proporcionando alegría y satisfacción, en segundo lugar, exteriorizan sus miedos, angustias… y en tercer lugar, es estimulante de la superación personal, a partir de la experimentación del éxito, que es la base de la propia confianza. Pero… ¿qué hace falta para jugar? Darle la importancia y el tiempo que se merece, un tiempo rico, pausado, sin prisas, dónde podamos desplegar la imaginación y recogerla. Recrear lo visto y experimentar lo aprendido. Tiempo para soñar, tiempo para imaginar.

Dejémosles hacer

Pero… ¿Qué beneficios tiene el juego en su desarrollo?

Beneficios en el desarrollo cognitivo: el juego es esencial para el funcionamiento del cerebro y el aprendizaje pues a través de él se estimula la capacidad de razonar y reflexionar y así en el futuro serán capaces de adquirir los conocimientos que se imparten en las siguientes etapas.

Beneficios en el desarrollo motor: a través del aprendizaje lúdico podemos mejorar sus capacidades físicas trabajando la motricidad gruesa –correr – y la motricidad fina –jugar a encajar objetos–. El ejercicio físico además ayudará en su conocimiento del propio cuerpo.

Beneficios en las relaciones sociales: a través del juego podemos fomentar el trabajo en equipo y la cooperación y así potenciar sus relaciones afectivas y sociales.

En palabras de Francisco Mora, prestigioso neurólogo, especializado en educación: “El juego es el disfraz del aprendizaje”. Yo no tengo ninguna duda.

Entonces, ¿en qué momento decidimos que ya no se juega más? Si el juego es una herramienta para el aprendizaje, y funciona, ¿por qué cambiar ese método hacia algo “más serio”, si luego se demuestra que no tiene tan buenos resultados? Si incluso las grandes empresas están introduciendo los elementos lúdicos en su metodología.

Según Ignacio Andrío, la única diferencia entre los juguetes de los niños y los adultos es el precio. A los adultos también nos encanta jugar y divertirnos, pero para que no parezca infantil, a nuestros juegos (algo más caros) los llamamos hobbies. No confundamos madurez con seriedad.

Incluso cuando acaba la infancia, es importante que reservemos un tiempo para jugar diariamente,

Despierta su interés

Pero… ¿Cuál es nuestro papel?

  • Participa en el juego, no solo hagas de espectador, aunque los protagonistas deben de ser ell@s. Es importante que sean los niños los que creen el juego, los que lo inventen, sin que el adulto obstaculice su creatividad y capacidad de pensar. Puedes aportar ideas, pero entra en su mundo.
  • Ponte a su altura, en el juego todos somos iguales, procura que tus ojos estén a su nivel.
  • Facilita las condiciones necesarias para que el juego se desarrolle de forma natural y espontanea.
  • Emplea la expresividad, la claridad y lenguaje sencillo, y ten disposición corporal.
  • No fuerces los tiempos, ha de ser distendido.
  • No se lo des todo cerrado y programado, permíteles que inventen y creen nuevas posibilidades.
¿Te imaginas una manera más divertida de aprender y crecer?

Jugar es una de las fuentes más importantes del proceso de aprendizaje, y ese aprendizaje, a través del juego, es clave para seguir creciendo.

Estoy realmente convencida de que el juego es el elemento clave que puede transformar la educación.

Y como dice Inma Marín…Jugar es… ¡Un asunto muy serio!

 

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Fátima Rodríguez Martín

Maestra de educación infantil, apasionada del ABP & ABJ.
Formadora, ponente y articulista.
Creadora de recursos y de aventuras.
Bloguera educativa.
Finalista de los premios Educa Abanca 2022
Nominada a los premios Educa Abanca 2023

@maestrafati
@lospequesdelvelazquez

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