“La historia de los judíos es una historia de 4.000 años que va desde Abraham, creador de la nación hebrea y de su religión, hasta el nacimiento del Estado de Israel. Durante este tiempo se ha forjado una cultura que ha ejercido una influencia innegable en la formación del mundo moderno”: Paul Johnson, “La historia de los judíos” (2023).
Tal vez todo nació a partir de estos hechos reflejados en el Antiguo Testamento: “Yo soy Jehová, el Dios de Abraham, tu padre, y el Dios de Isaac; la tierra en que estás acostado te la daré a ti y a tu descendencia” (Génesis 28:13). “Moisés y Aarón se presentaron al faraón y le dijeron: Así dice el Señor el Dios de Israel. Deja salir a mi pueblo para que celebre una fiesta en mi honor en el desierto” (Éxodo 5.1). Liderados por Moisés, y después de cuarenta años de travesía, los israelitas regresaron a la región de Canaán, la Tierra Prometida, que fue conquistada por Josué. Pero la Historia también nos dice que el Estado de Israel nace en 1948, y desde entonces, el devenir de palestinos e israelíes ha sido un conflicto bélico permanente. El último, el pasado 7 de octubre motivado por el ataque terrorista con misiles de Hamás (Movimiento de Resistencia Islámica).
La descripción de los antecedentes de la contienda ayuda a entender mejor la complejidad que conlleva la creación de dos Estados en Palestina. En el “VIII Foro Regional de la Unión por el Mediterráneo” celebrado en Barcelona el 27 de noviembre, José Manuel Albares, ministro español de Asuntos Exteriores, ha dicho que “La comunidad internacional debe conseguir un acuerdo que materialice un Estado palestino junto al Estado de Israel; y Josep Borrell, alto representante de la UE, declaró que: “No habrá paz o seguridad en Israel sin un Estado palestino”. Considero que, independientemente de las complejidades intrínsecas para resolver este conflicto, antes debería desaparecer el odio ancestral que se profesan árabes y judíos. Hamás quiere arrojar a los israelíes al mar; Amijai Eliyahu, ministro del Gobierno de Netanyahu, consideró como una opción lanzar una bomba atómica sobre la Franja (luego dijo que fue una metáfora); y Benjamin Netanyahu, primer ministro de Israel, ha manifestado: “Hitler invadió Europa y cometió el Holocausto; Hamas haría lo mismo”.
Todo esto tiene que ver con el sionismo político; un movimiento del siglo XIX que buscaba establecer un Estado judío en Palestina. A difundir esta idea contribuyó el escritor y periodista húngaro Theodor Herzl, que en 1896 publicó en Viena “El Estado judío”. Aquí decía: “Somos un pueblo, un pueblo. Somos lo bastante fuertes como para formar un Estado y un Estado modelo. Palestina es nuestra inolvidable patria histórica; El sólo oírla nombrar nos conmueve”: Juan Pedro Cavero, “Breve historia de los judíos” (2018). Gran Bretaña fue la primera potencia que apoyó la constitución de un Estado judío en Palestina mediante la “Declaración de Balfour” (por Arthur James Balfour) el 2 de noviembre de 2017. A esta Declaración se opusieron los árabes.
En 1947 los británicos anuncian el fin del Mandato en Palestina y transfieren esta cuestión a la ONU, y el 29 de noviembre de 1947 la Asamblea General aprobó la Resolución 181 (II) por la que Palestina se divide en dos Estados, uno árabe y otro judío, con un régimen internacional especial para Jerusalén. David Ben-Gurión leyó la “Declaración de Independencia” en el Museo de Tel-Aviv el 14 de mayo de 1948: “En virtud de nuestro derecho nacional e intrínseco, y apoyados en la fuerza de la Resolución de la Asamblea General de las ONU, declaramos en este acto la creación de un Estado judío en Palestina que se denominará Estado de Israel”: Paul Johnson, obra citada. Esa misma madrugada Israel entra en guerra (Guerra de la Independencia) con los países árabes vecinos y expulsan a la mitad de la población de Palestina. En 1956 Israel se une a Gran Bretaña y Francia en una guerra contra Nasser en Egipto ocupando la península del Sinaí y la Franja de Gaza. Por la Guerra de los Seis Días (1967) Israel ocupa el Sinaí, la Franja de Gaza, los Altos del Golán, Jerusalén Este y Cisjordania. Asimismo, y mediante la contienda del Yom Kippur (Día del Perdón o de la Expiación, 1973) se hace con parte de Egipto y retiene el control de los Altos del Golán. La Organización para la Liberación de Palestina (OLP) ataca Tel Aviv en 1978 y los israelíes responden ocupando parte del sur del Líbano. Por los “Acuerdos de Oslo” (1993) Palestina quedaba reducida a un 22% del territorio histórico, mientras que el 4 de noviembre de 1995 un extremista judío asesina al primer ministro israelí Isaac Rabin. Estos extremistas querían demostrar que rechazaban cualquier negociación y hacer concesiones a la otra parte.
Ilan Pappé es un prestigioso experto mundial en los asuntos israelíes-palestinos, profesor de Historia y director del “European Centre for Palestina Studies” de la Universidad de Exeter (Reino Unido). Entre otras obras ha escrito “Historia de la Palestina moderna: un territorio, dos pueblos” (2007); “La idea de Israel. Una historia de poder y conocimiento” (2015); o “La cárcel más grande de la tierra” (2018). Él es muy pesimista respecto a la creación de dos Estados y lo expresa así: “La solución de dos Estados es como un cadáver sacado de la morgue de vez en cuando al que se viste elegantemente y se presenta como un ser vivo. Cuando se ha demostrado una vez más que no le queda vida, se devuelve a la morgue”: “Los diez mitos de Israel” (2019).
Ver otros artículos de
Maestro,
doctor en pedagogía
y profesor titular de universidad
Comentarios
Una respuesta a «José A. Delgado: «¿Dos Estados en Palestina?»»
Interesante y esclarecedor artículo sobre un tema muy complejo y de complicada solución.