La Sala de Escucha del Tanatorio Metropolitano, sito en Armilla, fue el espacio elegido por la familia y amigos de Francisco Gil Craviotto para su despedida. Fue un acto íntimo, lleno de emoción y recuerdos en el que sus hijas Sonia Chantal y Ariadna pronunciaron unas palabras llenas de amor y sentimiento, y leyeron parte del texto, escrito en febrero de 2020, con motivo del homenaje a su padre en Turón, su pueblo natal. También lo hizo su gran amigo Alberto Granados, Celia Correa y Juan Antonio Aguilera que leería unas palabras de Pierre Michel con el que el escritor granadino compartía su pasión por Octave Mirbeau que reproducimos a continuación:
Ariadna Gil González: Palabras leídas durante el acto
«Buenos días a todos los presentes.
Yo hablaré en nombre de los familiares de Francisco, en particular de sus descendientes (hijas, de las que soy la menor, nieto y nieta). Lo que voy a decir ahora, lo hemos escrito con mi hermana Sonia, pero estoy segura de que los demás familiares también se sumarán a nuestras palabras. Ante todo, quisiera empezar dando las gracias a todos los que han hecho posible que hoy estemos aquí. En particular, al grupo de amigos promotores de la idea de colocar esta placa, que con ahínco han movido todos los hilos necesarios hasta conseguirlo. Y aunque a primera vista podría sorprendernos que tal iniciativa viniera de un grupo de amigos, para los que conocemos a mi padre, no es tan extraño.
Porque es una persona muy apreciada. Allá a donde vaya, tiene amigos, conocidos que le aprecian. Al margen del escritor, del hombre que puedan conocer a través de sus escritos y publicaciones, está la persona.
Por eso, yo no les voy a hablar del escritor, sino del padre y del abuelo. De lo que nos ha transmitido: el amor por la lectura, la historia… e incluso la ciencia, en una palabra (o casi): la “curiosidad intelectual”, pero también el amor por las cosas simples de la vida.
Para nosotras, es un padre, un abuelo, con una cultura y memoria que siempre nos asombra. Le pueden preguntar la fecha de nacimiento de cualquier escritor ¡se la sabe! De cualquier tema, tiene 25onocimientos… salvo de futbol, dice él … y aun así está enterado de cómo va el Granada. Una cultura que nos ha transmitido de muchas maneras, como por ejemplo a 25 través de las clases de español. Porque no sé si lo sabrán, pero mi padre fue profesor de español (nuestro profesor) y también de los hijos e hijas de inmigrantes que vivían en “Los Muros” (que era donde vivíamos en Francia). Gracias a la paciencia, rigor y perseverancia, pero sobre todo, al gran Amor (con A mayúscula) que tiene por la lengua de Cervantes, consiguió transmitirnos conocimientos culturales esenciales para mantener nuestras raíces. Y no fue tarea fácil, porque a esa edad, no apetece añadir más clases a las que ya se tiene en el colegio, pero allá íbamos todos los hijos e hijas de los inmigrantes españoles, miércoles y sábados.
Porque mi padre conseguía algo con lo que todos los pedagogos sueñan: transmitirnos los conocimientos en un ambiente de estudio distendido. Recuerdo, por ejemplo, que tenía un magnetófono en el que nos pasaba en bucle una cinta con villancicos. No es que considerara que el contenido de los villancicos fuera importante (un tipo de música que, por cierto, no se puede decir 26 que sea demasiado de su agrado…), pero sabía que estaban intrínsecamente ligados a la cultura española y que por lo tanto era importante para nosotros que los conociéramos. Hoy en día, mi hermana y yo, así como, estoy segura, todos los antiguos alumnos, nos alegramos de que esta cultura forme parte de nosotras. Estoy segura de que esos chavales, adultos hoy, recuerdan sus clases con mucho cariño y no se han olvidado de su profesor!
Como decía, una cultura que nos ha transmitido no solo a través de las clases de español sino también y sobre todo a través de los innumerables paseos en los que nos iba contando todo tipo de anécdotas, leyendas y relatos históricos. Unas caminatas pedagógicas que han continuado con la siguiente generación, para gozo de nuestros hijos Diego e Irene.
A través de estos paseos también nos ha enseñado a apreciar la belleza sencilla de la naturaleza. Una naturaleza por la que siempre se ha preocupado. Hasta tal punto que cuando íbamos de paseo por el campo, siempre llevaba unas pequeñas tijeras de podar para poder quitar cualquier mala planta que estuviera fastidiando a otra. También aprovechaba para ir recogiendo las semillas de, por ejemplo, la retama (o cualquier otra planta que estuviera “a punto”) e ir esparciéndolas por el campo conforme íbamos caminando. Porque como dice él “¿de qué sirve ser ecologista si no se hace nada por la naturaleza? Así que yo soy un ecolo- gista activo”.
Y ese amor por la naturaleza, ha llevado a este hombre, que para ustedes es ante todo un escritor, a ser también un gran jardinero. Siempre ha tenido un huerto, ya sea alquilando un pequeño terreno, cuando aún vivíamos en un piso, o más tarde en el jardín trasero de la casa. Este placer por la jardinería, este amor por la tierra, probablemente haya nacido aquí, en Turón, su pueblo natal donde ya tenía sus pequeños cultivos desde su más tierna infancia… Más tarde inició a Diego (su nieto) al placer de la jardinería, plantando juntos todo tipo de hortalizas y cuidándolas, observando cómo iban creciendo día a día. Ya en España, a falta de terreno donde sembrar, se tuvo que conformar con las macetas de la terraza, y las cada vez más escasas plantas que el ayuntamiento de Granada mantiene en la ciudad. Incluso con esta escasez de naturaleza, consiguió encontrar la manera de trasmitir el respeto por las plantas y los animales a su nieta Irene. Las pocas moreras que se salvaron de la tala, fueron el pretexto ideal para que abuelo y nieta disfrutaran recogiendo sus hojas para alimentar los gusanos de seda de Irene.
Esto fue otra forma más de enseñar y transmitir el respeto por las plantas y los animales. Porque Francisco ha sido un abuelo, un padre, que por su ejemplo, nos ha transmito un valor muy impor- tante, quizá el más importante en estos tiempos: el respeto. El respeto, en su sentido más amplio: respeto por la naturaleza, las plantas, los animales… Y el respeto, claro está, por las personas, independientemente de su condición, de su cultura o color político.
Respeto y humildad, quizás sea lo que más caracteriza a mi padre, y puede que sea, además de su talento de escritor, claro, lo que en el fondo haya propiciado que estemos aquí hoy en este acto reuniendo a tantas personas venidas de tan lejos, familiares (¡daos cuenta!: tres generaciones), amigos… y tantas otras que hubieran querido acompañarnos pero que por diversos motivos no han podido. Como mi madre, que no está aquí, pero, como ya se imaginan, le hubiese hecho muchísima ilusión compartir estos momentos con nosotros.
Esta placa, es el mejor de los regalos que pueda recibir mi padre, no solo por lo que representa, sino porque gracias a ella nos reencontremos aquí, el día de su cumpleaños (o casi), en su pueblo natal, que tanto significa para él, y además en la época del año que más le gusta, por estar los almendros en flor.
Así que, para terminar, queremos reiterar nuestro agradecimiento a todos los que han hecho posible la colocación de esta placa de la que también nos sentimos muy orgullosas, y aprovechar esta oportunidad para agradecer a nuestro padre todo lo que nos ha transmitido, a nosotras sus hijas, y a su nieto y nieta».
Celia Correa Góngora: «Adiós a Paco Gil Craviotto»
Francisco Gil Craviotto fue un escritor exento de afectación y de artificios, ascético, sobrio, directo, de una prosa tan lúcida como precisa, Cuando otros compañeros de generación habían optado por dar rienda suelta a los naufragios del alma volviéndose poetas, Paco prefirió salir a la intemperie del periodismo, donde pocos aspectos de la realidad escapaban a esa mirada suya, heredera de los viejos ilustrados franceses, a los que él supo interpretar con un estilo jovial y demoledor al mismo tiempo. Francisco Gil Craviotto (y me cuesta un dolor inmenso tener que hablar de él en pasado), fue un escritor elegante, de un estilo tan personal como sencillo, fue la coherencia en estado puro, coherencia de la que derivaba esa mesura que ha cohesionado toda su obra.
Pero ciñéndome a su faceta humana que es la que nos emociona y nos ha convocado aquí esta tarde, Paco, fue un conversador susurrante y confidencial, un hombre cabal, bondadoso y honrado, que supo escuchar y respetar, que vivió entregado a impulsar toda suerte de empresas intelectuales, circunstancia que le confería la condición de indispensable en el mundillo de las letras granadinas; por eso hoy quiero proclamar en el rumor tibio de esta tarde, el privilegio de haberlo tenido como amigo y maestro, en el doble magisterio de la sabiduría y de la vida.
Aún conservo el recuerdo de la primera vez que lo vi. Guardo su mirada paciente, su sonrisa esclarecida, su afabilidad cuasi paternal. Fue durante una de aquellas reuniones multitudinarias de la Tertulia del Salón, en el Bar Pelín. Cuando por fin me atreví a dirigirle la palabra, él me sonrió y ya no cesó de regalarme su amistad y su admirable sencillez.
Paco se nos ha ido una madrugada de este mes de marzo; no nos queda más remedio que aceptar el silencio de la muerte, siempre a su dueño fiel, pero importuna. A partir de hoy, el aire, ese que tan bien sabe guardar lo intangible, nos ayudará a inmortalizar el paraíso de su recuerdo.
(Granada, 23 de marzo de 2024)
Intervención de Juan Antonio Aguilera , nota de Granada Laica y lectura del correo de Pierre Michel:
Por su parte, Juan Antonio Aguilera en su breve intervención destacó «haber tenido la suerte de disfrutar no sólo de la literatura de Paco, sino de su amistad, durante muchos años, y así he podido beneficiarme de su sabiduría, sencillez, generosidad… y su fino humor», A continuación daría lectura de la nota de prensa emitida por Granada Laica, de la que Paco era simpatizante:
Granada Laica muestra su pesar por la muerte de Francisco Gil Craviotto, y celebra su vida y su obra
Francisco Gil Craviotto siempre fue, en su obra y en su vida, un librepensador que defendió, con razón y pasión, los valores del laicismo y de la república, es decir, de la libertad, de la igualdad y de la fraternidad solidaria basada en la justicia, no en la caridad. Su anticlericalismo y antifranquismo fueron proverbiales, así como su amor a la infancia, su gusto por la naturaleza, su generosidad con los amigos, y su fino humor.
El mejor homenaje que podemos hacerle es seguir leyendo sus novelas y otros escritos, que incluyen aquellos en los que rescató del olvido a autores sobre todo granadinos, almerienses… y franceses, en especial a su alma gemela Octave Mirbeau. No olvidamos la presentación organizada por Granada Laica y el Seminario Galileo Galilei de la traducción que Gil Craviotto realizó de la novela de Mirbeau “Sebastian Roch”, en la que este denunció de forma pionera los abusos clericales sobre la infancia
En esas lecturas somos testigos de los valores y principios que guiaron la vida y obra de Francisco Gil Craviotto, que seguirán siendo un modelo a seguir si queremos una sociedad más laicista, lo que equivale a decir más justa, libre y democrática.»
Por último daría lectura al correo remitido por Pierre Michel, fundador y presidente de la «Société Octave Mirbeau», fundador y jefe de redacción de los Cahiers Octave Mirbeau (donde se publicó algún texto de Paco):
¡Amigo y compañero!
Muchas gracias por informarme de esta tristísima noticia, que me conmueve profundamente.
Me reencontré con Paco en dos ocasiones en su querida ciudad de Granada, en 2015 y 2017, con motivo del simposio sobre Octave Mirbeau, y sentí por él una gran simpatía y amistad. Te agradecería que transmitieran mi más sincero pésame a su esposa, a la que conocí en 2017, y a sus hijas.
Esta triste noticia no me sorprende. No sólo por su avanzada edad, sino también porque ya no se comunicaba mucho a distancia y, el año pasado, ya me había hablado de sus crecientes dificultades en la vida cotidiana. En cualquier caso, nuestro amigo Paco vivió una vida plena y digna y pudo marcharse, supongo, con el alma en paz. No es consuelo, desde luego, pero…
Voy a comunicar su muerte a los amigos de Mirbeau en Facebook, y después en nuestra Junta General del 20 de abril. Y de nuevo, dentro de un año, en el número 6 de nuestra revista Mirbeau
Una vez más, gracias, querido amigo y camarada, y mis más cordiales y tristes saludos para usted.
P. M.
A continuación se reproduce la entrada de Facebook que el ‘Groupe des Amis d’Octave Mirbeau‘ le dedican a Cil Craviotto:
«¡Sólo es un adiós, Paco! Octave en España ¡ Nuestro amigo Paco ya no está!
Con gran tristeza hemos sabido esta mañana que nuestro amigo Francisco Gil Craviotto, Paco para todos sus amigos, falleció ayer a la edad de 91 años. Esta tarde se le ha rendido un homenaje en su querida Granada, donde había vivido treinta años tras huir de la dictadura franquista, vivir y trabajar en París durante un tercio de siglo. Es precisamente a París y a las orillas del Sena a lo que dedicó su último volumen, «Orillas de Sena», en el que un capítulo está dedicado precisamente a Octave Mirbeau, lo que evidentemente no es casualidad …
Francisco Gil Craviotto fue un periodista, traductor, novelista e intelectual comprometido con la izquierda. Acérrimo socialdemócrata y ecologista (a orillas del Sena y en otros lugares… Como el joven Mirbeau un siglo antes, había sufrido el «infierno» de los «palcos de curas», y él también no cesó de denunciar el «veneno religioso», la alienación de los jóvenes, el dominio de los curas sobre las almas manipulables, la omnipotencia de la Iglesia católica bajo la dictadura franquista y la criminalidad pedófila con sotana.
Esto es precisamente lo que más le acercó a Mirbeau, y obviamente tampoco es casualidad que tradujera «Sébastien Roch» al español y lo publicara con una pequeña editorial granadina. Y es natural que invitara a Pierre Michel a visitar Granada para dar conferencias sobre Mirbeau en la universidad, y luego, dos años más tarde, en 2017, para organizar un coloquio internacional sobre ‘Octave Mirbeau en todos los idiomas’, en el que participó (véase http://www.mirbeau.org/doc/Grenade-Actes.pdf). Es interesante señalar que, al mismo tiempo que se celebraba este coloquio universitario en Granada, gracias a nuestra amiga Françoise Souchet, de la Maison de France, tuvo lugar una exposición de cuadros en los que aparecía Mirbeau. Un cuadro inspirado en Mirbeau del pintor catalán Pepe Madrid (ya fallecido) fue regalado por éste a los amigos de Mirbeau: ahora se encuentra en Triel sur Seine, en el Théâtre Octave Mirbeau, donde terminarán las fiestas de Mirbeau el próximo 20 de abril…..
Con Paco, perdemos a un amigo leal y devoto, a un espíritu libre y abierto, y a un valioso luchador por el laicismo. A su mujer, a sus dos hijas y a todos sus muchos amigos y compañeros, nuestro más sincero pésame.