Granada se ha convertido este fin de semana, 18, 19 y 20 de octubre) en el epicentro del automovilismo clásico español, acogiendo una extraordinaria exposición que ha reunido a más de 90 vehículos históricos procedentes de todos los rincones del país. El evento, que ha transformado las calles de la ciudad andaluza en un auténtico museo sobre ruedas, ha dejado boquiabiertos tanto a aficionados como a curiosos que se han acercado a contemplar estas auténticas joyas de la historia del motor.
Tesoros locales que brillan con luz propia
Entre los vehículos más destacados de la muestra, la presencia de dos automóviles pertenecientes a reconocidos coleccionistas granadinos ha despertado especial interés. Por un lado, el emblemático Opel 1.8 Regent De Luxe de 1933, conocido popularmente como «el Granada 3.220» por su histórica matrícula local, representa un testimonio único del patrimonio automovilístico de la ciudad. Este ejemplar, que destaca por sus refinados acabados y su avanzada tecnología para la época, es un magnífico exponente de la ingeniería alemana de los años 30.
Junto a él, otro vehículo que ha captado todas las miradas ha sido el espectacular Rugby Durant de 1929, propiedad de Antonio Gutiérrez, reconocido joyero granadino y apasionado coleccionista de coches clásicos. Este modelo, que representa la excelencia de la industria automovilística estadounidense de finales de los años 20, se mantiene en un estado de conservación excepcional gracias a la dedicación de su propietario, añadiendo un valor especial a la muestra y evidenciando la rica tradición del coleccionismo de automóviles clásicos en Granada.
Joyas internacionales sobre ruedas
La exposición también ha permitido admirar otras verdaderas leyendas del automovilismo como el Auburn 8-115 de 1929, el majestuoso Overland Touring de 1915 -el más veterano de la muestra-, y el elegante Mercedes 170 V Cabriolet de 1938, que ha deslumbrado con la elegancia característica de la ingeniería alemana de preguerra.
No menos impresionante ha resultado la presencia del Ford Modelo A de 1930, un coche que, aunque fue concebido para las masas, hoy representa un codiciado objeto de colección. El Packard Super Eight de 1937 y el Cadillac Series 62 Convertible de 1941 han puesto el toque de lujo americano, mientras que el Bentley Mk VI de 1947 ha representado la excelencia de la industria británica de posguerra. La presencia de dos extraordinarios ejemplares traídos por el coleccionista Carlos Aravaca ha completado esta excepcional muestra de la historia del automóvil.
Un evento para el recuerdo
«Esta exposición no solo representa una muestra de vehículos históricos, sino que es un verdadero viaje en el tiempo que nos permite apreciar la evolución del diseño y la ingeniería automotriz», ha señalado uno de los organizadores del evento. «La participación de coleccionistas locales como Antonio Gutiérrez demuestra la pasión que existe en Granada por preservar estas joyas de la automoción», añadió.
El éxito de la convocatoria y la calidad de los vehículos expuestos han llevado a los organizadores a plantear la posibilidad de convertir este encuentro en una cita anual para los amantes de los coches clásicos, consolidando así a Granada como un referente en el calendario nacional de eventos del motor clásico. La presencia de coleccionistas locales de prestigio y sus extraordinarios vehículos no hace sino reforzar el papel de la ciudad como centro neurálgico del automovilismo clásico en España.
Texto: Paco Melero
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