Una domus romana era la vivienda típica de las familias acomodadas de la antigua Roma, cuyo padre de familia ostentaba el título de dominus. Estas construcciones destacan por su diseño arquitectónico y su función como espacios para la vida familiar y social.
Origen y Evolución
El término «domus» proviene de la raíz indoeuropea «dem», que significa «construir». Inicialmente, las viviendas romanas eran modestas cabañas, pero con el tiempo evolucionaron en tamaño y lujo. La influencia etrusca introdujo estructuras rectangulares con habitaciones diferenciadas, y en épocas posteriores, las domus se enriquecieron con materiales nobles, fuentes interiores y jardines decorativos.
Partes de una Domus Romana
Las domus romanas compartían una estructura básica, aunque su diseño variaba según la riqueza del propietario. Las partes principales incluyen:
- Atrium: Patio central donde se desarrollaba la vida doméstica.
- Tablinum: Espacio entre el atrium y el jardín, utilizado como sala de trabajo.
- Triclinium: Comedor formal con mesas y espacios para reclinarse mientras se comía.
- Cubicula: Habitaciones que rodeaban el atrium, incluyendo el cuarto matrimonial (peristylum).
- Lararium: Área destinada al culto doméstico de los lares, protectores del hogar.
- Impluvium: Cisterna en el atrium que recogía agua de lluvia desde el compluvium.
Domus Famosas
Algunas de las domus mejor conservadas se encuentran en Pompeya y Herculano, ciudades sepultadas por la erupción del Vesubio en el año 79 d.C. Estas ruinas permiten entender cómo vivían los romanos y la importancia de la arquitectura en su cultura.
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