Estuvieron presentes y presentas los y las concejales y concejalas con sus respectivos y respectivas esposos y esposas, así como otros y otras destacados y destacadas miembros y miembras de nuestro núcleo poblacional.
Todos y todas iban elegantemente vestidos y vestidas para la ocasión. Y los y las niños y niñas muy limpios y muy limpias. Muchos y muchas llevaban sus camisas y sus camisos tan blancas y tan blancos que parecían inmaculadas e inmaculados.
Los ediles y las edilas, dijeron sus discursos y sus discursas llenos y llenas de palabros y palabras. Los vejetes y las vejetas estaban muy emocionados y emocionadas. A algunas se les fueron las lágrimas, y a algunos se les fueron los lágrimos. Bastantes y bastantas habían sido emigrantes y emigrantas y se abrazaban, emocionados y emocionadas, a los y las viejos amigos y viejas amigas; a los y las conocidos y conocidas; a los y las parientes y parientas; a los y las compañeros y compañeras.
Después hubo un precioso baile, amenizado por una orquesta de excelentes y excelentas músicos y músicas. Estuvieron magníficos y magníficas los cantantes y las cantantas, y todo era un enorme jolgorio que daba gusto ver, allí todos y todas, hasta los y las niños y niñas bailando y bailandas.
Terminó la fiesta con una danzas regionales donde unos jóvenes y unas jóvenas, vestidos y vestidas de andaluzos y andaluzas, nos deleitaron a los y las asistentes y asistentas… Luego llegaron los taxistos y se llevaron a los y las forasteros y forasteras del pueblo y la puebla. Y nos quedamos allí, al final, unos y unas pocos y pocas personos y personas.
Y ahora, paciente lector, pacienta lectora, voy a copiar un trozo de un texto oficial, real como la vida misma, sin inventarme nada: el texto es textual. Es decir, lo voy a copiar tal y como fue publicado y aparece en el Boletín Oficial de la Junta de Andalucía (BOJA), número 189, el 7 de septiembre del 2005.
El escrito, joya y gloria universal de la literatura, dice así, entre otras perlas que no copio porque caería en reiteración o prolijidad:
-“Los Centros que tengan entre seis y nueve maestros o maestras, contarán con un Director o Directora y Jefe o Jefa de Estudios. El Director o Directora asumirá las funciones de Secretario o Secretaria”.
-“El Consejo de Centro de los Centros de Educación Permanente que tenga un número de maestros o maestras comprendido entre seis y nueve, estará compuesto por:
a) El Director o Directora del Centro.
b) Tres maestros o maestras.
c) Tres alumnos o alumnas…
f) La persona que ostente la Jefatura de Estudios del Centro, actuará como Secretario del Consejo de Centro”, etc.
Como habrá notado el amable o amabla lector o lectora, en el apartado efe, se le escapó “la Secretaria” al ínclito o ínclita elaborador o elaboradora, o redactor o redactora, de la norma: no puso ahí “Secretario o Secretaria”, como estaba mandado y era lo suyo y lo propio en tal escenificación o comedia bufa, sino solamente “Secretario”… ¡Tanto Director o Directora; tanto maestros o maestras, alumnos o alumnas, jefe de estudios o jefa de estudios, para, al final, olvidarse de la pobre Secretaria que no tenía culpa de nada! ¡Error monumental y harto machista en el contexto del texto!
O bien fuera que la Secretaria salió de allí a todo correr, huyendo espantada, hasta las narices como estaría de tanto gilipollas. Y gilipollos.
J.Ch.
Publicado en el diario Ideal. Granada, 16 de diciembre de 2006.
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