Darío Reina Muriel es un joven granadino que, con apenas catorce años, ha tenido que afrontar una madurez temprana al dejar atrás su entorno familiar en Zujáira, un pequeño pueblo de la Vega de Granada, para trasladarse a Madrid y perseguir su sueño futbolístico. Nacido en Granada pero criado en Zujáira, Darío pasó su infancia entre las calles del pueblo, las aulas del CEIP Las Alhomas de Casanueva-Zujáira —donde cursó Educación Infantil, Primaria y los dos primeros cursos de ESO— y, sobre todo, el campo de fútbol del pueblo, un lugar que se convirtió en su segundo hogar.
Desde muy pequeño mostró un carácter reservado y tímido, aunque siempre acompañado de una gran responsabilidad y de una intensidad que lo empujaban a seguir sus propios instintos, incluso cuando estos no coincidían con lo que marcaba la sociedad actual. Mientras otros niños se dejaban llevar por las costumbres del grupo, Darío elegía su propio camino. «Cuando quedaba con amigos, no dudaba en llevar su propia comida y mantener una dieta sana y equilibrada, convencido de que ese era el modo de cuidar su cuerpo y su sueño», recuerda su madre, Carolina Muriel.

Esa personalidad firme, activa e inconformista encontraba su mejor reflejo en el fútbol, una pasión que lo acompañó desde la infancia —entre el barro y el césped del campo de su pueblo— y que hoy marca el rumbo de su vida.
Desde muy pequeño, Darío sintió una atracción especial por la pelota. Todo lo relacionado con ella lo llamaba, incluso antes de ser consciente de ello. Él recuerda que todo empezó a tomar forma cuando ingresó en los clubes de fútbol y comenzó a jugar, aunque sus primeros vínculos con el balón habían nacido mucho antes.
Su padre, Rubén Reina, rememora aquellos primeros pasos con orgullo: «Desde bebé ya tenía el veneno del fútbol. Veía a su hermano y la pelota lo llamaba. Entre su hermano y yo fuimos quienes lo animamos desde el inicio, siempre acompañándolo en el camino».

A los cuatro años, Darío comenzó a entrenar con un grupo de amigos —todos mayores que él por un par de años— en el Campo de Fútbol Municipal de Las Alhomas, un terreno de albero con porterías viejas, como las de antes, donde no existían competiciones federadas para las categorías base. Allí sí jugaba el Águilas de Zujáira en categoría senior, y para Darío y muchos niños y niñas del pueblo ese equipo era la motivación perfecta: hermanos, primos, padres y vecinos habían pasado por allí, convirtiéndose en referentes cercanos. Entre los niños con los que empezó a jugar, algunos, como Álvaro Rodríguez y Carlos Núñez, se encuentran actualmente en categoría juvenil del Sevilla y del Atlético de Madrid, respectivamente.

Aquellos entrenamientos eran apenas una prolongación de lo que sucedía diariamente en la plaza del pueblo, donde él y sus amigos jugaban durante horas, usando bancos como porterías y sin límite de goles. «Había batallas que duraban horas y no había límites de goles», recuerdan quienes lo acompañaron en aquella infancia futbolera.
Durante su etapa en el colegio Las Alhomas de Casanueva-Zujáira, Darío aprendió a leer gracias a los cromos de fútbol, ya que la cartilla oficial apenas despertaba su interés. Su maestra de Infantil, María José Martín, recuerda: «No había forma de enseñarlo a leer con la cartilla de Letrilandia; solo quería leer los cromos de fútbol». Sus padres confirman que, en realidad, el álbum de la Liga fue su primera cartilla de lectura.
Desde pequeño, Darío ha demostrado una capacidad extraordinaria para alternar categorías y posiciones, incluso jugando de portero cuando se requería. Sus maestros y entrenadores destacan su intensidad, constancia y talento innato. Raúl Cerezo, maestro de Educación Física, asegura: «Se le iba la vida en cada ejercicio. Tiene una toma de decisiones fuera de lo normal; sería bueno en cualquier deporte». Antonio González («Chico»), maestro y entrenador, lo describe así: «Excelente comportamiento y actitud diaria por una competición sana. Siempre dispuesto a ayudar, capaz de transmitir su esfuerzo con la mirada».

Su estilo de juego, según su padre, es como «Dr. Jekyll y Mr. Hyde: sin balón es una bestia; con balón, pausado y asociativo, sabe ocupar espacios, leer el juego y explotar sus virtudes».
A los cinco años, Darío comenzó su trayectoria futbolística en el Águilas de Zujáira, donde desde sus primeros pasos llamó la atención por su talento y su pasión por el juego. Pasó por las categorías prebenjamín y benjamín, llegando a competir en tres categorías al mismo tiempo e incluso a ejercer de portero cuando el equipo lo necesitaba. Durante esos años, no solo consolidó sus bases futbolísticas, sino que también coleccionó títulos y experiencias junto a sus equipos:
- 2015-2016 – Águilas de Zujáira: inicia su andadura en Prebenjamín de 3.ª Andaluza (Granada) como «bebé» de primer año.
- 2016-2017 – Águilas de Zujáira: continúa en Prebenjamín de 3.ª Andaluza como «bebé» de segundo año y se proclama campeón de liga.
- 2017-2018 – Águilas de Zujáira: compite de forma simultánea en Prebenjamín de 4.ª Andaluza y Benjamín de 4.ª Andaluza, demostrando su capacidad para rendir en diferentes categorías.
- 2018-2019 – Águilas de Zujáira: participa en Prebenjamín de 4.ª Andaluza, Metropolitana de Granada y en Benjamín de 4.ª Andaluza, proclamándose campeón en todas las competiciones.
- 2019-2020 – Águilas de Zujáira: juega en Benjamín de 4.ª Andaluza y en Alevín de 4.ª Andaluza. La temporada se interrumpe en marzo de 2020 por la pandemia de la COVID-19.

Posteriormente dio un paso adelante en su carrera al incorporarse a la cantera del Granada CF, donde permaneció cinco temporadas, desde el segundo año de benjamín hasta infantil. En el club nazarí conquistó títulos de liga, participó en torneos de máximo nivel y vivió experiencias decisivas que marcaron su formación:
- 2020-2021 – Granada CF: Benjamín de 2.ª Andaluza (Granada), proclamándose campeón de liga.
- 2021-2022 – Granada CF: Alevín de 2.ª Andaluza (Granada), logrando nuevamente el título de campeón de liga.
- 2022-2023 – Granada CF: Alevín de 1.ª Andaluza (Autonómica), la liga de máximo nivel que reúne a equipos de Málaga, Jaén y Almería.
- Selección Granadina: campeón de la Copa Andalucía de Selecciones Provinciales Alevín (F8) y de la Copa Andalucía de Fútbol Playa.
- Selección Andaluza: campeón del CESA Sub-12 masculino (Campeonato de España de Selecciones Autonómicas, F8).

Durante este torneo, Darío vivió la experiencia futbolística más importante y satisfactoria de su vida al ganar el Campeonato de España con la Selección de Andalucía Sub-12. Su equipo se enfrentó a algunas de las selecciones más potentes por ranking: Cataluña, Madrid y Valencia, y logró imponerse en cada ronda con gran determinación.
Darío fue una pieza clave en esta generación espectacular de futbolistas. Marcó goles decisivos en cuartos de final y semifinal, y, especialmente, convirtió uno de los penaltis en la tanda final contra Valencia que le dio el título a su equipo. Ese campeonato no solo representó un triunfo colectivo, sino también un momento inolvidable a nivel personal.
- Torneo Capitán Antonio: conquista el título y es elegido MVP, en un campeonato que reunió a las mejores canteras de Andalucía y en el que despertó el interés de varios clubes.
- 2023-2024 – Granada CF: salto a Infantil, compitiendo en 1.ª Andaluza Infantil (Autonómica).
- Selección Andaluza Sub-14: campeón en la fase plata del CESA, enfrentándose a rivales de segundo año, algunos de ellos ya internacionales con España.
- 2024-2025 – Granada CF: se consolida en la División de Honor Infantil, la máxima categoría nacional de su edad, y debuta con el Cadete Autonómico del Granada CF frente al Almería, confirmando su proyección y capacidad para competir en categorías superiores.

El salto competitivo en Valdebebas ha sido notable: mayor velocidad de juego, intensidad y un entorno profesional donde la alimentación y los hábitos están supervisados al detalle. «Las instalaciones son impresionantes. Hay nutricionistas que revisan cada detalle de su alimentación», señala su padre.
Integrado en la disciplina del Real Madrid, Darío destaca la rapidez y la intensidad del juego como las principales diferencias respecto a su etapa anterior. El recibimiento de compañeros y entrenadores ha sido positivo, y las condiciones de la residencia y las instalaciones reflejan el alto nivel de exigencia y profesionalidad del club.
Su vida diaria combina entrenamientos de máxima intensidad con estudios, que compagina eficazmente gracias a su organización y madurez personal. Para él, el esfuerzo no representa un sacrificio, ya que el fútbol es lo que más disfruta, aunque reconoce que ha tenido que renunciar a cumpleaños, fiestas y salidas con amigos, e incluso aprovechar los viajes a partidos y torneos para estudiar y hacer deberes. Sobre su rutina diaria, Darío comenta: «Ningún sacrificio porque es lo que me gusta hacer. Este verano me levantaba a las siete y media para salir a correr a las ocho, antes de que apretara el calor. Lo hacía encantado».

La alimentación es otro de sus pilares. Una frase de su fisioterapeuta se convirtió en mantra: «Si quieres ser un Fiat, come como un Fiat; si quieres ser un Ferrari, come como un Ferrari». Darío lo tomó al pie de la letra: prepara su propia comida y la lleva incluso cuando sale con amigos, como señala su madre, Carolina Muriel. En el futuro, sueña con estudiar una carrera vinculada a la nutrición.
En su propio testimonio, subraya que vestir la camiseta del Real Madrid es una ilusión enorme, aunque es consciente de la dificultad de alcanzar la élite y de que solo el trabajo constante puede abrirle ese camino. Sus sueños están vinculados al fútbol profesional, pero afronta el presente con la mentalidad de disfrutar cada etapa, aprender en cada entrenamiento y aprovechar cada oportunidad. Su estilo de juego combina intensidad defensiva y creatividad ofensiva, siendo capaz de adaptarse tanto de pivote como de interior, con potencia en la conducción y visión de juego asociativa.

En las últimas tres temporadas, Darío sufrió lesiones largas, de hasta dos meses, que lo apartaron de competiciones importantes. Su padre resalta su resiliencia: «Siempre ha sabido asumir los problemas, seguir los procesos de recuperación y no tener prisa».
Jugar en el Real Madrid es un sueño inmenso para Darío, pero él mantiene los pies en la tierra. El consejo que guía su camino es disfrutar, aprender y no obsesionarse con metas lejanas. Hoy se prepara para vivir su sueño en Valdebebas con la humildad del niño que aprendió a leer con cromos, la fuerza de una familia que siempre lo apoyó y la determinación de quien ya sabe que, más allá de títulos y camisetas, el fútbol es su vida.

Darío Reina Muriel continúa su trayectoria con la misma pasión y compromiso que lo han acompañado desde sus primeros pasos en Zujáira. Su historia refleja no solo el talento futbolístico, sino también la disciplina, la resiliencia y la capacidad de soñar en grande, valores que lo acompañarán en cada etapa de su carrera.






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Una respuesta a «El pequeño gladiador que encontró su lugar en Valdebebas»
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