Esta semana, del 9 al 12 de octubre, tiene lugar en Íllora la Real Feria de ganado, uno de los acontecimientos más apreciados y disfrutados por los ilurquenses. Aprovechando esta coyuntura he decidido escribir hoy sobre Íllora. Como ilurquense, me siento con la obligación y el deseo de dar a conocer mi pueblo. Un pueblo tan extraña e injustamente poco conocido por los mismos granadinos.
El término municipal de Íllora ofrece una estructura, economía, servicios, historia, características geográficas y culturales muy atractivas y peculiares como destino turístico y también como lugar de residencia habitual. Forma parte de la llamada Ruta de Washington Irving.
El municipio de Íllora, a pesar de ser tan poco conocido por la mayoría de los granadinos, es uno de los municipios con mayor extensión territorial de la provincia de Granada 197,43 Km cuadrados mayor incluso que la propia capital. Dista de la misma tan solo 30 km.
El municipio de Íllora comprende varios núcleos de población: Íllora, Alomartes, Tocón, Brácana, Obéilar, Escóznar, Ventas de Algarra, Vallequemado y la Alhondiguilla. En total, suman aproximadamente, 9.918 habitantes siendo Íllora el núcleo principal y capital municipal, con una población en torno a los 5.000 habitantes.

Íllora se encuentra ubicada al noroeste de Granada, descansa entre las faldas de la Sierra de Parapanda y la vega granadina. La Sierra de Parapanda y sus estribaciones, Sierra Pelada y la Sierra de Madrid conforman parte del territorio municipal. Sus paisajes de pinos,olivos y encinas están salpicados de numerosas fuentes y rutas de senderismo. La flora y fauna de estas sierras nos ofrece una gran variedad de seres vivos de extraordinaria belleza y peculiaridad como los gallipatos o las orquídeas silvestres.
Históricamente en Íllora existen restos arqueológicos pertenecientes al neolítico, la edad del cobre, los cartagineses y los romanos. Entre estos últimos Plinio ya señala la existencia de Illurco. Existen numerosos restos romanos diseminados por todo el término municipal. Durante el período musulmán fue un enclave de notable importancia.

El castillo de Íllora ,establecido sobre restos de un asentamiento romano, es del periodo califal (siglosIX-X) y se compone de tres recintos: la villa, la alcazaba y el arrabal. Esta situado sobre un conjunto rocoso desde el que domina la vega granadina y se controlan los pasos hacia Loja y Córdoba. En 1341 tras la caída de la fortaleza nazarí de Alcalá la Real, a manos cristianas, Íllora cobró gran importancia en en el Reino Nazarí de Granada y fue denominada como “el ojo derecho de Granada”. Esta importancia se debe a factores como su posición geoestratégica, su gran capacidad de abastecimiento de agua, (son notables y numerosos los aljibes de la época que se encuentran en el castillo). Así mismo, destacaba la estructuración de su sistema defensivo compuesto por el castillo y por torres de alquería y varias atalayas. En 1486 fue conquistada definitivamente por los Reyes Católicos. La información que aportan las últimas intervenciones arqueológicas, y la restauración, reafirman su importancia. Tras su reciente restauración, Íllora se ha convertido, después de la Alhambra, en la fortaleza nazarí más completa que se puede visitar actualmente.
Tras la toma de la villa, capitaneada por D. Gonzalo Fernández de Córdoba, los Reyes Católicos nombraron al Gran Capitán primer Alcaide de Íllora. Las constantes marchas de D. Gonzalo a las campañas de la Guerra de Granada dejaron a, su esposa, Doña María Luisa de Manrique, mujer de gran influencia, al frente de la casa.

De época cristiana encontramos numerosas construcciones tanto en Íllora como en sus pedanías de las que destaco solo algunas:
Convento de San Pedro de Alcántara 1668 (actualmente sede del Ayuntamiento).
Iglesia de la Virgen del Socorro en Tocón finalizada en 1558, con componentes mudéjares.
Antiguo pósito del siglo XVIII.
Acueducto del Molino del Rey, 1.800.
Y destaca especialmente la Iglesia de Nuestra Señora de la Encarnación, del siglo XVI, proyectada por Diego de Siloé. Catalogada como Bien de Interés Cultural desde 1980.
Podríamos estar aquí escribiendo páginas y páginas sobre la fascinante historia de este extenso municipio.
Las fiestas, eventos y asociaciones culturales son numerosas y muy variadas. Nombro algunas de las efemérides mas destacadas:
Carnaval. Festival Parapanda Folk (julio).Fiestas Patronales en honor a San Rogelio (Septiembre).Marimantas (noviembre) y la que nos ocupa este fin de semana, la Real Feria de Ganado.

Según el antropólogo Cecilio Nieto Cánovas el origen de la Real Feria de Ganado de Íllora debió empezar a principios del siglo XX. En esta feria destacan la actividades de compraventa de ganado equino y las exhibiciones ecuestres. El 10 de octubre es el día en el que el comercio de ganado cobra mayor protagonismo. Es este un acontecimiento en cuyo disfrute se vuelcan todos los ilurquenses. Es una fiesta de carácter diurno donde los puestos de comida cobran gran protagonismo destacando como curiosidad las tapas de sardinas asadas.
Merece la pena acercarse a la villa de Íllora y disfrutar de sus paisajes, su historia y su cultura.
Están todos invitados a disfrutar de nuestra Real Feria de Ganado.
Les dejo una composición poética inspirada en las canteras de falsa ágata de la Sierra de Parapanda.

La cantera de falsa ágata
Gigantes de metal, con dientes de acero inquebrantable,
cortaron las piedras indefensas marcándolas para siempre;
dejaron hondas cicatrices sobre la piel del mármol.
Los pájaros huyeron en desbandada,
solo queda silencio y olvido sin lágrimas
entre las gélidas heridas de las piedras.
Sobre rocas en carne viva, inertes y mudas losas,
brilla indiferente y altanera la luna llena.
El pétreo corazón de Parapanda
es un paisaje quebrado sin sementeras,
con las entrañas abiertas al cielo raso.
Tiene venas y arterias, de falsa ágata,
yermas y encallecidas por el tiempo y el desencanto.
En el crepúsculo, un canto de grillos arrulla el silencio
y un manto infinito con pespuntes de estrellas
va arropando las afligidas aristas de piedra.
En esta noche de luna roja, mi corazón,
poblado de antiguas cicatrices y ardiendo de frio,
va congraciándose con el pétreo corazón de Parapanda
y con las profundas marcas de su cantera, de falsa ágata.
¡Hasta los corazones de piedra tienen cicatrices!






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