Enamorado de los sellos checos, quizá el virus me lo inoculó Radio Praga cuando era un niño que salía corriendo de la escuela para poner en marcha el receptor familiar Philips con su ojo mágico y el largo cable que, cruzando la casa, iba desde la pequeña habitación conde estaba la mesa camilla y el brasero que permitía combatir los duros inviernos jameños de mediados del siglo pasado. La señal de partida de su espacio dedicado a la filatelia era el célebre Postillón: inmediatamente te ponías a anotar el máximo de detalles de lo que escuchabas y, de tu paguilla, sacabas unas pesetillas para pagar el franqueo que, dicho sea de paso, era económico incluso para la escuálida carterilla de un niño. ¡Cuánto cambió todo!
Generalmente, tras un mes, llegaba el certificado de Praga con los sobres de primer día, las postales de castillos y palacios, las revistas y, ocasionalmente, los libros en español que editaba la Agencia de Prensa Orbis. En fin, experiencias y alegría que nos daba el correo, el cordón umbilical entre los oyentes y las emisoras internacionales que transmitían en la Lengua de Cervantes hasta que llegó la UE y, parodiando a Carlos Puebla, el célebre cantante cubano, “mandó parar”. Cesaron las emisiones de radio por todo el continente e instauraron la coima o mordida para los envíos extracomunitarios. Menos mal que nos habían prometido el paraíso (se ve que esa milonga no era sólo un engaño del Telón de Acero) que es en el que estamos inmersos en estos momentos llenos de contrastes y de medias verdades, ergo dobles mentiras.

Los sellos checoslovacos estuvieron llegando a casa prácticamente durante medio siglo. Centenares de preciosos sobres acumulados a lo largo de estos decenios. La belleza de las estampillas no decaía y hasta hoy. Son emisiones vistosas que, en ocasiones, hasta da pena separar cuando aparecen en hojitas como es el caso de la que hoy traemos a este artículo dedicada a la fauna europea en la que encontraremos un buen número de especies y, para no cansar, sólo estaremos dando su taxonomía y con san Google, cualquiera podrá, con su móvil, recabar los datos que necesite para documentar esas preciosas estampillas.
Si nos paramos en la composición, los sellos, desde arriba/abajo, izquierda/derecha, encontraremos a una madre y su cría de las siguientes especies de este viejo y decadente continente que nos cobija. Capra ibex, Rupicapra rupicabra (viñeta), Marmota marmota, Peteromys volans (ardilla voladora), Ginetta ginetta (viñeta) Monachus monachus (viñeta) Larus michahellis, Tursiops truncatus y, en la última viñeta, la Macaca ylvanus. No queda ahí la cosa puesto que en los márgenes encontramos otras cuantas más y se complementa la emisión con las cuatro recogidas en las ilustraciones de los sobres de primer día. Ya hemos citado los sellos y las viñetas 4+4 (faciales 36-35-31-40 coronas); ahora vamos a los márgenes de la hoja que no dejan indiferente al temático especialista. aparecen la Fratercula arctica; haremos un inciso, en varias ocasiones envié cartas al director de El País y La Vanguardia porque sus “plumillas” escribían sobre el simpático frailecillo identificándolo con un pingüino. Sin duda, estos periodistas modernos no tuvieron un docente tan extraordinario como lo fuera don Juan Castro Valladares que nos clavó el concepto de una forma didáctica y perenne: oso polar (Norte o Ártico), pingüino (Sur o Antártico) que empleaba como ejemplo cuando nos colocaba el coloreado mapa del mundo y nos enseñaba geografía. Sigamos con las especies ahí reflejadas, Clanga pomarina, Parnassius apollo, Chamaeleo chamaeleo, Delphinus delphis, Caretta caretta, Pociarcis siculus.

Por supuesto, aún nos quedan las especies recogidas en los sobres de primer día Hystrix cristata (31 coronas), Pelecanus onocrotalus (35 coronas), Ovis aries musimon (36 coronas), Tursiops truncatus (40 coronas). Quedando completa la emisión con las correspondientes especies que aparecen en cada uno de los matasellos y que Praga aplica con un rigor y claridad que enaltece la filatelia.
Toda una lección magistral sobre la fauna europea en esta hoja bloque tamaño postal. Y pensar que nuestros chavales se aburren en lugar de buscarse cosas que amplíen horizontes; uno llega a creer que precisamente ese es el objetivo de nuestros representantes desde el más bajo nivel del sistema instaurado al mismísimo corazón de la Unión Europea: la alienación de la especie.

La soberbia pieza fue diseñada por Jaromir y Libuse Knoteck corriendo el grabado a cargo de Martin Srb que nos tiene acostumbrados a extraordinarias joyas para el correo checo. Se imprimieron en offset por la estatal Hraditsko y comenzaron a circular el pasado 3 de septiembre de 2025






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