Estas últimas semanas llegaron al buzón informativos de varios servicios postales relacionados con emisiones de fauna; nos hicimos eco con la preciosa hojita de la República Checa y ahora nos trasladamos a miles de kilómetros para recoger una bella emisión dedicada a las aves raras que suelen pasearse por el inmenso país asiático. Son sellos emitidos por la que fuera colonia portuguesa de Macao que, en cierta medida, sigue conservando cierta autonomía en materia postal.
La serie consta de cuatro efectos y una hojita bloque con un sello circular de gran belleza, todos muestran aves poco comunes por la región, aunque algunas nos sean familiares porque se localizan por otros territorios. Fue puesta en circulación el 9 de octubre de 2025, diseñada por Wang Huming, se imprimió en litografía offset en hojas de 16 ejemplares por la Imprenta de la Compañía Estatal de Correos y Telégrafos en Henan (China), algo no muy habitual en las emisiones macaenses.
Las especies de aves raras de China que franquean la correspondencia que sale de Macao son las siguientes:
Facial de 2,50 Patacas dedicado a la Haliaeetus albicilla (nuestro familiar pigardo europeo) posiblemente la especie de mayor distribución de todas las filatelizadas, la podemos encontrar en el Hemisferio Norte desde Groenlandia hasta China. Se trata de una especie de gran tamaño que tiene un poderoso pico que dota a la rapaz de un arma eficaz a la hora de buscarse el alimento. En el sello aparece levantando el vuelo con el pez recién cazado entre sus uñas. Esta ave suele tener su territorio natural en las inmensas estepas siberianas pero emigran e invernan en latitudes más sureñas. Se intenta recuperar en diferentes puntos de Europa tras el éxito obtenido en 1975 en la escocesa isla de Rum: su actual área reproductora abarca todo el archipiélago de las Hébridas; en España se inició un proyecto de reintroducción en la cornisa Cantábrica y comenzó a reproducirse precisamente este 2025.
En el efecto de 4 patacas encontramos el Pelecanus onocrotalus o pelícano común, de gran porte, la presencia en tierras chinas es poco habitual, siendo sus áreas de cría las zonas lacustres de Rusia desde el Delta del Danubio hasta el Lago Baikal. La invernada básicamente la realiza en el territorio africano o diseminados en los lagos de Asia Central, India, Pakistán o Bangladesh. Posiblemente sea la especie de mayor peso entre las filatelizadas, sus ejemplares adultos llegan a pesar hasta 20 kilos y casi dos metros de envergadura alar. Es una especie adaptada a la vida en el océano, pero lo normal es encontrarla en los grandes lagos y zonas lacustres, en Europa su área preferida es el delta danubiano (Rumania) y, en África, la Bahía de Walvis (Namibia).
El facial de 4,50 patacas para el Mergus squamatus o serreta china, se trata de una especie prácticamente asiática en donde vive en la denominada zona templada y pasa su época invernal en el área subtropical de la región. Este pato se distingue por un característico pico rojo y suele tener su zona reproductiva en el río Yong Cui y el Todaobaihe que se localizan en las provincias de Hilongjiang y Jilin. Estamos ante un ave tímida que busca ríos de tamaño mediano para establecerse en sus meandros donde tienen pequeños grupos que raramente pasan de la decena de ejemplares, son peculiares sus hábitos de reproducción, suele buscar árboles, frecuentemente los de tipo Quercus y Populus (encinas y chopos), pero la desaparición de sus bosques originales ha llevado a la especie al peligro de extinción, apenas sobrepasan los 2.000 ejemplares en la zona fronteriza de Corea del Norte y Rusia. El control de la especie para su censado suele realizarse en el tramo más bajo del Yangtzé donde suele pasar su temporada de invierno.
En el valor de 6 patacas se recogió la Nipponia nipponia o ibis crestado japonés, es una de las más raras de todas la que componen la serie, sumamente difícil de observar ante su escasa población; es en la isla de Sado (Japón) donde se localiza uno de sus pocos hábitats originales que esta ave aprovecha para convivir con los agricultores de la región que se conoce como paisaje satoyama. La zona conserva un milenario uso de la tierra con el cultivo del arroz en donde los ibis acuden a alimentarse y anida en los grandes árboles grandes de la zona.
Sado forma parte de la red de Sistemas Importantes del Patrimonio Agrícola Mundial y sus campesinos evitan el uso de productos químicos, aprovechan el sustrato boscoso para aportar nutrientes a los cultivos y la especie, de estar casi extinguida, pasó a tener esperanza gracias al científico chino Liu Yinzeng que realizó una histórica expedición científica que mapeó más de 50.000 kilómetros y logró redescubrirla en las montañas de Quinlin, en 2018 habían censado casi 2000 ejemplares, ahora se está realizando un gran trabajo de reintroducción y cría en cautividad para evitar su desaparición en estrecha colaboración de los gobiernos de Japón y China.
Y para finalizas tenemos a la espátula menor, Platalea minor, que no pasa por sus mejores momentos como especie. Los últimos censos de esta ave típica de los humedales y los manglares asiáticos daban poco más de 6.000 ejemplares en sus zonas de retiro invernal son Hong Kong, Taiwán y Vietnam, también es bastante habitual en algunas islas rocosas de Corea del Norte aunque son pocos los individuos que hacen acto de presencia, se tienen esperanzas de estabilizar la población gracias a las medidas de protección del gobierno que declaró los roquedales zonas protegidas y restringió el acceso para tratar de regenerar las áreas que les permitan sobrevivir ante la destrucción que se hizo de su hábitat natural; el uso intensivo de sus zonas de alimentación, la polución de las aguas y la industrialización de la acuicultura en toda la región están mermando el espacio de alimentación y cría para esta especie que, plenamente desarrollada, llega a pesar más de un kilo. La necesidad de terreno industrial en Taiwán tampoco se lo pone fácil a esta rara ave catalogada en serio peligro de extinción.
Deja una respuesta