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Ana Barea Arco: «Lluvia de estrellas»

Las perseidas son un fenómeno celeste que se repite cada año en las noches del verano, suelen verse desde mediados de julio hasta casi finales de agosto. Su momento álgido suele ser del 11 al 13 de agosto. Su nombre “Perseidas” proviene del griego y significa hijos de Perseo, héroe de la mitología griega. La constelación de Perseo esta al este de la fácilmente identificable constelación de Casiopea (forma de W o M según la dirección en que se mire). Las perseidas por su direccionalidad parecen provenir de Perseo. En realidad son partículas del cometa 109/Swift-Tuttle que pierde masa cuando se aproxima al sol. Estas partículas al penetrar en la atmósfera entran en combustión y crean lo que popularmente se conoce a titulo individual como estrella fugaz y lluvia de estrellas cuando se trata de un grupo de partículas.

El algunas culturas existe el mito de que expresar un deseo al ver una estrella fugaz hará que este se cumpla. Desde pequeña me ha entusiasmado la llegada de estas lluvias de estrellas y me he congregado con mis amistades para verlas en algún punto de la sierra. Es un fenómeno que parece estar dotado de carácter divino. Al final, nunca recuerdo si los deseos que pedí se cumplieron pero mirar el cielo en esas noches casi siempre es especialmente mágico. Ese anhelo del ser humano de que exista en el cielo algo divino que nos pueda escuchar nos devuelve la esperanza ante los momentos difíciles de la vida.

En España las perseidas también reciben el nombre de lágrimas de San Lorenzo, mártir cristiano que fue quemado vivo en la hoguera, por los romanos. Dice la tradición popular que las lagrimas que vertía San Lorenzo, al fuego de la hoguera, lucían como estrellas doradas. Los devotos a San Lorenzo piden principalmente fortaleza, valentía y generosidad.

Sin embargo, en este planeta hay lugares donde se mira al firmamento con terror, lo que cae del cielo por las noches no son románticas estrellas fugaces sino aterradoras bombas que se llevan por delante la vida de inocentes.

Tal vez,en este verano cuando miremos al cielo para ver la lluvia de estrellas, estaría bien recordar a esas personas inocentes que sufren, bajo los cielos en guerra. Tal vez, estaría bien pedir un deseo de paz para los niños y niñas de Gaza y deberíamos de dejar de mirar hacia otro lado ante un conflicto que es realmente un genocidio. Desde nuestra privilegiada situación nos creemos intocables pero no está de mas pararnos a reflexionar y recordar aquellos versos atribuidos a Beltor Brecht y que, al parecer, eran de Martin Niemoller.

Les dejo aquí parte del poema:

Vinieron

Primero vinieron a buscar a los comunistas
y no dije nada porque yo no era comunista.

Luego vinieron por los judíos
y no dije nada porque yo no era judío.

Luego vinieron por los intelectuales
y no dije nada porque yo no era intelectual.

Luego vinieron por los católicos
y no dije nada porque yo era protestante.

Luego vinieron por mí
pero, para entonces, ya era demasiado tarde.

Martin Niemoller

La autora de este artículo y su hija en una actividad astronómica organizada en verano en Sierra. Nevada.

Tal vez, debamos pedir a San Lorenzo esa fortaleza, valentía y generosidad que tanta falta nos hace para dignificar nuestro paso por este planeta. Porque el silencio nos hace cómplices y el pecado de omisión también existe. Porque perdemos nuestra humanidad y eso nos envilece. Debemos alzar la voz por Gaza y por tantos otros conflictos armados a los que ya nos hemos acostumbrado. Nos hemos acostumbrado al espectáculo de las lágrimas y del dolor ajenos. Y ese espectáculo puede alcanzarnos algún día porque todos vivimos en el mismo escenario y las escenas son muy cambiantes.

Deseo que disfrutemos de la lluvia de estrellas de estos próximos días y tengamos presente que mientras sobre nuestra tierra hay lluvia de estrellas, sobre el cielo habrá lluvia de deseos y de nuevas almas. Tengamos presente que sobre Gaza hay lluvia de fuego, muerte y lágrimas. En Gaza, irremediablemente, se borrarán de los corazones infantiles el fulgor y la belleza de las perseidas.

Miro el cielo en la noche
y se asoman las estrellas en mis ojos.

Siento luz en mi mente,
amor en el corazón,
y caricias en el alma.

Miro el cielo en la noche
y siento que estás en mí.

Miras el cielo en la noche.

Las estrellas se asoman en tus ojos.

Sientes luz en tu mente,
amor en tu corazón
y caricias en el alma.

Miras el cielo en la noche
y sientes que estoy en ti.

Tú y yo miramos el cielo en la noche.

El Universo se pasea en nuestros ojos.
Sentimos luz en nuestras mentes,
amor en nuestros corazones
y nuestras almas se funden en un abrazo eterno.

Todos miramos el cielo en la noche.

La individualidad se diluye
y el alma se libera.

Sentimos luz en el mundo,
amor en las fronteras,
caricias en las almas
y millones de palomas circundando la Tierra.

Entonces podemos ver:

PAZ en la Tierra.
Podemos oír:
PAZ en la Tierra.

Podemos vivir:
PAZ en la Tierra.

Mirad el cielo en la noche.
Pedid PAZ en la Tierra.

Ana Barea Arco

Ana Barea Arco

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