Tal vez este artículo, que va de talento, parezca contradictorio en un tiempo en el que Israel y Hamás llevan dos años en guerra. Un halo de esperanza ha llegado el 29 de septiembre de 2025 cuando en la Casa Blanca han firmado un plan de paz de 21 puntos propuesto por el presidente de Estados Unidos Donald Trump.
El punto 9 hace referencia a la “Administración de Gaza por un Gobierno transitorio temporal de tecnócratas palestinos, bajo la supervisión de un organismo internacional dirigido por Washington, en cooperación con socios árabes y europeos”; e igualmente queda abierta la posibilidad de “Allanar el camino para el establecimiento de un futuro Estado palestino” (punto 20).
El Génesis narra el origen del mundo, de la humanidad y de Israel (los Patriarcas). Claude Tresmontant manifiesta que “Abraham fue el patriarca del pueblo hebreo, el fundador de la nación hebrea y de una religión. La iglesia nace cuando sale de Ur (Caldea), su tierra y la de su padre, por encargo del Señor sin saber a dónde iba”: Ensayo sobre el hebreo (1962, pág. 107). Esa tierra era Canaán, Creciente Fértil o la Tierra Prometida. En la actualidad se corresponde con los territorios de Israel, la Franja de Gaza, Cisjordania, la zona occidental de Jordania y el sur de Siria y Líbano. Para la Biblia, los judíos son el pueblo elegido de Dios.
Paul Johnson (Manchester, 1928-2023) ha sido uno de los historiadores más renombrados del Reino Unido. En la contraportada de su obra La historia de los judíos (2023), afirma: “Desde Abraham hasta la consolidación del Estado de Israel, la historia de los judíos es una historia de cuatro mil años en la que se ha forjado una cultura que ha ejercido una influencia innegable en la formación del mundo moderno”. Esta consolidación llegó a su culmen el 14 de mayo de 1948 en palabras de David Ben Gurión: “En virtud de nuestro derecho nacional e intrínseco, y apoyados en la fuerza de la Resolución de la Asamblea General de las Naciones Unidas, declaramos en este acto la creación de un Estado judío en Palestina que se denominará Estado de Israel”: Paul Johnson, obra citada, pág. 773.
La Historia nos muestra que el devenir entre judíos y árabes es una crónica de guerra. Deseo explicitar solamente los conflictos desde el 14 de mayo de 1948 cuando expira el Mandato Británico sobre Palestina y se funda el Estado de Israel. La primera consecuencia fue una limpieza étnica de palestinos, y no transcurrieron ni veinticuatro horas de este acontecimiento cuando los ejércitos de los países árabes vecinos atacan al nuevo Estado: fue el comienzo de la primera guerra árabe-israelí. “Israel lidia un conflicto bélico contra Egipto (1956); Guerra de los Seis Días (1967); Guerra de Yon Kipur (1973); primera Intifada palestina (1987); Guerra de Gaza, Operación Plomo Fundido (2008) y Operación Borde Protector (2014)”: Ilan Pappé, “Los diez mitos de Israel” (2016). Pero como digo en el título de este artículo, Israel, los judíos, son algo más que guerra. Han dejado un enorme poso a lo largo de la Historia en forma de instituciones y talentos con una influencia relevante en todos los campos del saber, y han sido los primeros en creer en un único Dios. Juan Pedro Cavero dice que “Desde la aparición de Abraham, los valores que han vertebrado la existencia del pueblo judío han servido también para estructurar y dar consistencia a modos de vida que siguen extendiéndose por todos los continentes”: “Breve historia de los judíos” (2018, pág. 325).
El Decálogo, núcleo esencial del judaísmo, ha influido de una u otra manera en muchas sociedades a través de la Declaración Universal de Derechos Humanos de la ONU. Igualmente, la Biblia es la obra escrita más divulgada de la historia universal y para muchos la principal aportación del pueblo judío al saber universal. Los judíos están en los “think tanks”, o laboratorios de ideas, investigando temáticas relacionadas con la paz, la seguridad y el terrorismo: Instituto Internacional para el Contraterrorismo, Instituto Judío sobre Asuntos de Seguridad Nacional, Centro Beguin-Sadat de Estudios Estratégicos, Instituto de Planificación Política para el pueblo judío, o Instituto para la Investigación de la Cuestión Judía. El historiador Cavero, en la obra citada, dice que “El prestigio de estas fábricas de ideas es tan grande que a veces sus conclusiones no tardan en convertirse en decisiones de Gobierno” (pág. 298).
Este autor recoge hasta 360 personalidades de origen judío que han tenido una influencia relevante en la ciencia, la investigación, las Bellas Artes, el teatro o el cine. Traigo a colación algunas de ellas: Karl Marx (filósofo), David Ricardo (economista), Camille Pisarro (pintor), Antón Rubinstein (pianista y director de orquesta), Yehuda Ibn Tibón (nacido en Granada y padre de los traductores con una escultura a la entrada de la C/ Pavaneras), Karl Popper (filósofo y politólogo), Sigmund Freud (neurólogo, padre del psicoanálisis), Albert Einstein (físico), Stefan Zweig (escritor), Fran Kafka (escritor), Gustav Mahler (compositor y director de orquesta), Émile Durkheim (psicólogo, pedagogo y filósofo), Ludwig Wittgenstein (filósofo, matemático y lingüista), Lev Trotsky (teórico revolucionario y político), Boris Pasternak (poeta y novelista), Robert Oppenheimer (físico y director del Proyecto Manhattanpara desarrollar un arma nuclear), Noam Chomsky (lingüista), Frank Gehry (arquitecto), Stanley Kubrick (director de cine), Woody Allen (actor y director de cine), Bob Dylan (el mejor cantante de folk de todos los tiempos), Sergey Brin y Larry Page (Google), Mark Zuckerberg (Facebook) y Yuval Noah Harari (historiador, escritor y profesor en la Universidad Hebrea de Jerusalén) cuya obra “Sapiens, de animales a dioses: breve historia de la humanidad” (2014), “Es uno de los libros de divulgación histórica más exitoso de nuestro tiempo. Traducido a más de sesenta idiomas, ha convertido a su autor en referente intelectual a nivel internacional”: Revista de libros, número 4 /2024, volumen 3.
En la página www “La palabra Israelita” podemos leer: “Hasta la fecha se han otorgado más de novecientos Premios Nobel de los cuáles un 20% corresponde a judíos”. Los Nobel judíos, a partir del año 2000, han sido los siguientes: Daniel Kachneman (2002, Economía), Aarón Ciechanoven (2004, Química), Abraham Hershko (2004, Química), Robert Aumann (2005, Economía), Ada Yonath (2009, Química), Dan Shechtman (2011, Química), Michael Levitt (2013, Química), Arieh Warsghel (2013, Química), Joshua David Angrist (2021, Economía).
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