Acabo de leerlo: una investigación reciente de la Universidad de Granada (UGR) pone el foco en cómo las ciudades pueden combatir la tendencia a la llamada “extinción de la experiencia”.
El estudio, liderado por Lucía Izquierdo, investigadora predoctoral del grupo Animal Eco Urban, propone la creación y ampliación de grandes parques urbanos como estrategia clave para “reconectar” a la población con la naturaleza: “Los resultados subrayan la relevancia de los grandes espacios verdes urbanos para acercar a los habitantes de las ciudades al entorno natural”.
Sabemos –los datos reales son abrumadores– que cada vez son más las personas que viven en grandes entornos urbanos, y con ello aumenta el riesgo de perder el contacto directo con la naturaleza. Esta desconexión no solo afecta al bienestar físico y emocional, sino que también debilita la sensibilidad ambiental y el sentido de responsabilidad hacia el planeta.
Indudablemente, este distanciamiento reduce la empatía ecológica y la percepción del valor de los ecosistemas, lo que se traduce en una menor implicación en comportamientos sostenibles y un menor apoyo a las políticas de conservación, lo que puede conllevar –¿conlleva?–, a largo o corto plazo, una redistribución drástica del hábitat, donde una especie, la nuestra, crece y se desarrolla (¿extinción?).
Pero pensad –pensemos– que, sin embargo, la solución a esta nueva “pandemia” no depende únicamente de las instituciones o de la planificación urbana: la ciudadanía tiene un papel esencial. Recuperar el contacto con la naturaleza implica asumir una responsabilidad compartida. Cada paseo entre árboles, cada jornada de voluntariado ambiental o cada gesto cotidiano —como respetar las zonas verdes, reducir residuos o participar en iniciativas comunitarias— contribuye a reconstruir el vínculo con el entorno y fomentar una conciencia ambiental activa.
Apostar por infraestructuras verdes no solo embellece los espacios urbanos, también nos invita a repensar nuestro papel como ciudadanos responsables, comprometidos con la sostenibilidad y con la construcción de comunidades más saludables, conscientes y conectadas con su entorno natural.






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