cainitas
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Ramón Burgos: «Cainitas»
Hoy quiero afirmar –con todo convencimiento– que no existen las ciudades cainitas, y que este término sólo es aplicable, en singular, a algunos de sus habitantes; aquellos que, olvidando la senda del bien común –y aprovechándose de su prevalencia– anteponen sus intereses particulares a la bonanza social.