Antonio Luis Gallardo Medina. «Salobreña, monte sin leña»

Que sí, que todo el mundo se sabe lo de «Salobreña, monte sin leña, mar sin pescado», pero ya empieza uno a cansarse de que solo se nos conozca por el soneto y por las casa blancas colgadas del castillo.

Salobreña es algo más, mucho más que todo el folclore y tipismo que se nos quiera vender. Todos opinan de Salobreña, todos dicen querer lo mejor para mi pueblo, pero nadie hace nada porque esa bandada de palomas blancas que parecen sus casas, despeguen el vuelo de una vez por todas.

No teníamos bastante con el paro, la no salida directa a la Autovía, las inundaciones cada vez que llueve de la Pontanilla, el carecer de una Estación de Autobuses, el no tener un Centro de Salud de primer nivel para la cantidad de personas en verano, la suciedad, el abandono del casco antiguo y el poco civismo de algunos.

Pues no, aún faltaba un poquito más. Leo en el periódico que Salobreña encara el verano con más de 400 metros de paseo marítimo sin terminar. Como al buen pobre todo se le vuelven pulgas, a nosotros se nos comió el paseo las tormentas del invierno y ya en noviembre el Gobierno anunciaba y licitaba las obras, que serían de tres meses. El verano ya está aquí y por solo 150.000 euros aún seguimos esperando que Costas, el Ministerio de Fomento o la bruja Avería nos arregle el Paseo Marítimo.

Como viene siendo habitual en este país, la política y el color de tu partido es lo que manda y Salobreña sufre los embates de tener un ayuntamiento del PSOE y el Gobierno ser del PP, pero no importa igual sería al contrario, el caso es joder al pueblo.

Ya está bien, de ser los hermanos pobres de la Costa Tropical, todo lo bueno y reluciente siempre, pero siempre son para Almuñécar y Motril. Da igual si el gobierno municipal es del PP o del PSOE, el caso es tener siempre a este mi querido pueblo estrangulado con las subvenciones, infraestructuras y ganas de hacer algo por el municipio.

El verano está a la vuelta de la esquina y no teníamos bastante con los opositores y críticos a la construcción de dos Hoteles y cualquier cosa que signifique progreso y trabajo para el pueblo, que ahora nos toca lidiar con un verano sin paseo marítimo desde Salomar hasta la desembocadura del río Guadalfeo.

Para cuándo van a dejar que Salobreña remonte el vuelo y sea esa proa blanca de Granada que tanto se pregona. Yo sigo esperando.

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