Alumnos mejor comunicados

El trabajo interdisciplinar es intrínseco al aprendizaje, porque en la realidad los distintos ámbitos están conectados en complejas redes que se nos ofrecen para desenredar y trenzar. Aprender los contenidos envueltos en este ropaje, complejo y sencillo a la vez, es lo que necesitan nuestros alumnos.

Los profesores y profesoras que trabajan en el Proyecto para la mejora de la competencia comunicativa, con la coordinación de la profesora Mercedes Laguna, se proponen caminar en todos los cursos, no solamente en los bilingües, hacia la elaboración y la puesta en práctica efectiva del proyecto comunicativo de centro. Quieren contagiar este método didáctico -implícito en el espíritu de la normativa- al resto de los profesores. Persiguen que mejore, en todos nuestros alumnos y alumnas, realmente, la competencia comunicativa para que mejore -de verdad- la enseñanza y el aprendizaje.

El proyecto comunicativo del centro es el resultado final de un proceso de experimentación de distintos diseños de unidades didácticas y secuencias didácticas (con tareas comunicativas), de prácticas en el aula, de procesos de evaluación, pero es, a la vez, el principio de un cambio metodológico que podrá implicar a todos los docentes, y que llevará, en algunos equipos educativos, a trabajar con la metodología del currículum integrado. Planteará las líneas fundamentales y prioritarias que afectan a todas las áreas y materias, mediante las cuales se busca que los alumnos y alumnas adquieran la competencia comunicativa, a través de sus destrezas, teniendo en cuenta todos los aspectos y los descriptores de esta competencia -entendida como una competencia esencial-.

La competencia lingüística es, en rigor, un componente de la competencia comunicativa, ésta es más universal y es el fundamento de la adquisición del conocimiento en todas los ámbitos del saber, porque parte de nuestra interrelación con el entorno y con los otros seres, supone el origen y el desarrollo de nuestra capacidad de experimentar emociones, de nuestra capacidad de sentir y de nuestra capacidad de pensar, además de significar, obviamente, las capacidades implicadas en la comunicación.

Es fundamental, en este proceso, el papel del profesor que pretende mejorar su práctica docente y que concibe la enseñanza como un camino comunicativo de ida y vuelta; que planifica y diseña las unidades didácticas teniendo en cuenta a sus alumnos y alumnas -con sus historias y situaciones concretas- el mundo en el que viven, con su historia y sus condicionamientos socioculturales, y que persigue la construcción del conocimiento por parte de esos estudiantes a los que acompaña en el proceso de aprendizaje. En este trabajo de mejora es básico cuidar los temas en torno a los que giran las unidades didácticas y los textos trabajados en ellas. Los temas han de atender a los aspectos esenciales del aprender a pensar, aprender a sentir y aprender a comunicarse. En todos los casos, el profesor o el equipo docente, busca la creación de un contexto privilegiado de construcción del conocimiento, que suponga el impulso inestimable de la motivación en los protagonistas del proceso.

La implicación del estudiante en este proceso es crucial: es necesario que los contenidos les lleguen envueltos en centros de interés que reconozcan como necesarios en su desarrollo, que les planteen retos a los que tienen que enfrentarse, y que han de resolver o solucionar. También es decisiva la participación progresiva de las familias, de tal manera que sean cada vez más conscientes de su papel en la educación y en la formación de sus hijos: por ejemplo, lecturas compartidas, tutela de los trabajos de investigación de sus hijos e hijas, participación activa en distintas celebraciones que organiza el centro y, sobre todo, comunicación con el profesorado. De tal manera que logremos que sean una ayuda a la hora de exigir responsabilidad y esfuerzo a los alumnos y alumnas.

Para ponernos en marcha, hemos comprobado la necesidad de establecer tres velocidades -del lado de los docentes- en un instituto en el que ejercen su tarea, con ánimo y empeño, 85 profesores y profesoras. Estas tres velocidades responden a la situación de cada uno, en cómo ha decidido que puede comenzar a participar en el proyecto para la mejora de la competencia comunicativa. Se centran, el primero en un grupo integrado en la plataforma ‘Colabora’ de la Junta de Andalucía, que está constituido como proyecto de Formación en Centros.

Segundo, un grupo de trabajo que sigue un curso de formación. Y tercero, la totalidad del claustro de profesores que, a través de los departamentos didácticos, va recibiendo los materiales diseñados por los dos grupos anteriores, los analiza y los prepara para su contextualización en las planificación y en el aula.

Éste es nuestro año cero en el proyecto y se va a desarrollar durante tres cursos. Para ver el diseño de las unidades y secuencias didácticas que vamos preparando y para obtener más información, os invitamos a navegar por la revista digital Minerva Semanal: http://www.minervasemanal.eu/competencia_comunicativa/proyecto.htm. La delegada de Educación, Ana Gámez, conoció el proyecto la semana pasada de primera mano y además se entregaron varios premios.

Redacción

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