Ricardo Ruiz Pérez, coordinador del Gabinete Pedagógico de Bellas Artes y de esta obra colectiva contesta a nuestras preguntas:
– ¿En qué momento le proponen la realización de esta obra?
– La Mancomunidad de municipios del Marquesado, a partir de las iniciativas de su agente sociocultural, Encarna Morillas Mesa, desarrolla desde hace años un proyecto denominado “Historia y Cultura del Marquesado del Cenete”, cuya primera publicación versó sobre la música de tradición oral. Cuando me propuso participar en la segunda fase del proyecto, consideré adecuado darle un enfoque de marcado carácter patrimonial, con objeto de poner en valor el rico -y olvidado- Patrimonio Histórico del Marquesado. Como las instituciones del Parque Nacional de Sierra Nevada acogieron bien la iniciativa y corrieron con la financiación, en mayo de 2009 se aceptó la propuesta, aunque el proyecto no se materializó hasta noviembre del mismo año.
– ¿Cómo has configurado el equipo de profesores que ha participado?
– La mayoría de ellos son hijos de la tierra, investigadores del Marquesado en diferentes ámbitos culturales, lo que significa que lo que aquí se cuenta ha sido antes vivido, sufrido o gozado, lo que le aporta una carga emocional que va mucho más allá del mero conocimiento intelectual. El resto de los autores son reconocidos especialistas en sus respectivos campos de estudio.
– ¿Qué tiempo han tenido para su realización?
– Los autores han contado con unos cinco meses. El resto del tiempo se ha invertido en la edición de la obra, que como se puede observar es de alta calidad, todo gracias al buen hacer de Luis Muriel, responsable de la editorial “Comarketing Wadi”.
– ¿Cuáles son los aspectos más novedosos aportados en esta obra?
– El primero el recopilar en una publicación la variedad de bienes culturales de una comarca de gran acervo histórico como el Marquesado. Las entidades tratadas van desde las más conocidas como el castillo de La Calahorra, hasta otras propias del Patrimonio Inmaterial como la Pasión de Lanteira o el habla popular, para terminar con el Patrimonio No Construido como el Castañar de Jérez, pasando por los molinos de Huéneja, por poner algunos ejemplos de la interrelacción entre el empleo de los recursos naturales y la acción del hombre pretérito. «LAS HUELLAS DE LA HISTORIA» tiene además una intencionalidad pedagógica, pues va dirigido principalmente a los habitantes del Marquesado con el propósito de que conozcan las realizaciones de sus antepasados, las disfruten y aprecien, y, en consecuencia, velen para que sean legadas a las generaciones venideras, pues nadie conserva lo que no valora. Pero en ninguna manera son ellos los exclusivos destinatarios. Por su diseño y contenidos está concebido también para que sirva de guía a todo aquel que visite la comarca y quiera conocer sus señas de identidad. Y, por último, se pretende que sea incentivo y punto de referencia para futuros investigadores que quieran profundizar en su estudio.
– ¿Qué se ha quedado fuera?
– Por cuestiones imponderables no se han incluido las huellas de la minería, que en la comarca son muy importantes, tanto las de la etapa preindustrial como la industrial.
– ¿Cómo fue la presentación de la obra?
– La presentación se realizó en el salón de actos del Ayuntamiento de Ferreira, anejo a su Alcazaba, una de las joyas patrimoniales del Marquesado, gracias a que ha sido restaurada con fondos de la Consejería de Cultura y por el interés puesto por su alcalde, Antonio Fornieles, que dirige un Ayuntamiento que hoy gestiona su explotación turística, puesto que en ella se ha establecido un Centro de Interpretación de la Arquitectura Musulmana, cuestión que contrasta con el abandono que padece el castillo de la Calahorra. El salón, con una capacidad para unas 100 personas, estuvo lleno así como los pasillos anejos, principalmente con gente de la comarca y de Guadix.
– ¿Qué se destacó en este acto?
– En primer lugar la implicación del Parque Nacional de Sierra Nevada en un proyecto de sesgo fundamentalmente histórico y cultural, puesto que el ser humano y sus acciones son parte de la naturaleza, cuyo concepto está cambiando y toma cada vez fuertes connotaciones culturales. No en vano el acto fue presidido por el delegado de Medio Ambiente, Francisco Javier Aragón y el director del Parque, Francisco Javier Sánchez. En segundo lugar el firme propósito de la publicación de revitalizar la Memoria, un concepto que cada día está tomando más fuerza entre los científicos de las Ciencias Sociales y de la Tierra. El mantenimiento de la memoria es la gran baza ante la pérdida de identidades a que nos arrastra este mundo globalizado. El siglo XXI será el siglo de la globalización, pero también el de la Tierra y la Memoria.
– ¿Cuál ha sido la tirada? ¿Dónde se puede conseguir?
– Unos 500 ejemplares, que se distribuirán principalmente en la comarca y en las principales bibliotecas de la provincia. Se prevé, no obstante, una segunda edición que se llevará a las librerías. Para conseguirlo es preciso ponerse en contacto con las oficinas de la Mancomunidad.
Expertos en su salsa
Cartorce expertos, hijos del Marquesado o muy vinculados a este territorio a través de las investigaciones de su patrimonio, coordinados por Ricardo Ruiz, ofrecen a través de quinientas cuarenta páginas distribuidas en diez capítulos la que posiblemente sea la más completa visión de este territorio. Así, Juan de Dios Morcillo, ha sido el responsable de dar la visión general de la comarca y un estudio geológico; José María Martín Civantos, el Cenete musulmán con el análisis de 21 fortificaciones medievales; Manuel Espinar hace otro tanto de los baños y aljibes; el propio Ricardo Ruiz y María Jesús Ruiz, dedican su estudios al monumento más emblemático: el castillo de La Calahorra. Por su parte, José Manuel Gómez-Moreno y José Manuel Rodríguez, acercan la arquitectura y patrimonio religioso; Jesús Fernández Osorio y Manuel Espinar la importancia del agua y los enfrentamientos vividos al tener que compartirla; en tanto que Miguel Ángel Rivas dedica su capítulo a la descripción, arquitectura y funcionamiento de los molinos harineros; Antonio Castillo a la selvicultura de la zona y barrancos; Francisco Checa a las fiestas, tradiciones y costumbres; Miguel Ángel Sorroche a la arquitectura tradicional y Juan Rodríguez Titos y Carlos Jaldo al habla popular del Marquesado.
Como destaca José Antonio Arregui en la introducción a los méritos de estos textos hay que añadir una completa relación bibliográfica y glosario de términos, junto con los interesantes planos del castillo de La Calahorra de Sánchez Marfil y las recreaciones de la vida cortesana en este monumento y del castillo musulman de Jérez realizadas por Soledad Reche y Rocio Espín respectivamente. También lamenta la ausencia del capítulo dedicado a la minería industrial que, desgraciadamente, por falta de tiempo se ha quedado fuera.
Más información sobre esta obra: Ricardo Ruiz Pérez. Profesor-Coordinador del Gabinete Pedagógico de Bellas Artes
Delegación Provincial de Educación
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