Son muchos los que conocen la trayectoria educativa de Juan de Dios Villanueva Roa, ámbito en el que ha trabajado en todos los niveles hasta llegar al actual de profesor universitario, también ason conocidas sus publicaciones literarias y como columnista en este diario, sin embargo, ahora nos sorprende gratamente con su faceta de hacedor de versos de denuncia que se publican precisamente en el mes de la repudia contra la violencia de género que queda reflejada en el libro. «Contra la violencia pero no solo del que golpea con los puños o con los pies, o el que clava la navaja en el vientre de su mujer como ha ocurrido hace unos días en Granada, también del que busca controlar, dominar, dictarle la vida a su pareja, quien busca permanente que se haga su santa voluntad. Todo eso es violencia machista que tenemos que erradicar toda la sociedad. Yo pretendo luchar contra eso con este libro porque la poesía tiene que meterse en las luchas sociales de lo contrario es un canto a la flor y al cisne, tiene que tener una función social. Espero que sea un granito más en esa lucha contra la violencia de género y contra la marginalidad», nos indica con convencimiento.
También nos desvela que aunque es su primer poemario publicado con su nombre real no es su primera incursión en la creación poética, ya que «en el año 1981 o 1982 llegó Alberti por primera vez a Granada en un momento en el que yo finalizaba mis estudios de Filología Hispánica y que moceaba con Luis García Montero quien me decía que publicara. De hecho durante todo este tiempo he estado publicando poesía pero siempre con seudónimo, e incluso he ganado algunos concursos de poesía. He escrito varios poemarios que no han visto la luz hasta que he decidido que ha llegado la hora con este que he escrito a lo largo del último año, aunque también se ha incluido algunos poemas de anteriores como el titulado ‘Guitarra’, rescatado como homenaje a un amigo, Pedro Abellán. He escrito poesía toda mi vida, de hecho es lo que más he escrito».
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Así mismo, argumenta que «la poesía tiene paralelismo con la columna de opinión porque en un momento determinado abres tu mente, sueltas tu opinión sobre un tema candente que te preocupa. Son 15 minutos escribiendo que es lo que puedo tardar en escribir un artículo de opinión. Un poema escribes un primer boceto en el que vacías tu sentimentalidad, tu capacidad de reacción ante una situación como los que aparecen en ‘Candela’». A partir de ahí explica que es necesario ir puliendo, tallando, dándole la musicalidad que un poema ha de tener, pues para él es «un conjunto de sensaciones, con un ritmo y con una entonación y con un contenido que tiene que ir enmarcado dentro de un ámbito social y que tiene que decirle algo a quien lo lea y no necesariamente lo mismo a cada uno de los lectores. Un poema es una obra breve en su primer nacimiento, pero es fruto de un trabajo muy concienzudo».
El poemario de 110 páginas contiene 38 poemas distribuidos en tres partes (Fuego, Tiempo, Amor y Muerte), lleva por título ‘Candela’ en clara referencia a la tradición afroamericana en la que se adoraba el fuego, tradición que en el cristianismo se transformaría en la Candelaria. Puntualiza que «es un libro eminentemente de dolor pues toca realidades sociales muy lacerantes, de dolor de la mujer que es agredida por la persona que supuestamente más la amó, es el dolor de la sociedad que mira hacia otro lado cuando se producen este tipo de violencias que llamamos domésticas cuando en realidad son asesinatos, violaciones,… Es el dolor también de la persona que está en el paro que se ha convertido en un número para el resto de la sociedad, es el dolor de las calles que está llena de gente que en muchos casos son personas solitarias. Esto va dibujándose en mis poemas a través de una primera persona literaria».
Como prólogo cuenta con un texto de la poeta colombiana Luisa Pinzón quien «conoce perfectamente la marginalidad y la violencia sobre la mujer y las tradiciones de los afroamericanos lo que le ha permitido penetrar en la simbología de mi poemario», Escrito en Bogotá en abril de este año, concluye afirmando «es la poesía de Juan de Dios un juego serio en el que el pensamiento más elaborado se hace poema. Verso y aforismo se fusionan en esta maravillosa obra de un poeta que escribe versos sobre las aguas del mar en el que se baña la luna, para recordarnos una verdad que con ligereza olvidamos permanentemente: Muerte y tiempo: /Fuego que todo calcina».