Hay otros niños que ya empiezan a mostrar esos problemas de conducta durante el año y los padres necesitan buscar soluciones para que este problema no vaya a más. En este artículo, te propongo un método sencillo para empezar a cambiar el comportamiento de tu hijo, fomentando aquellas conductas que están bien y reduciendo las indeseables.
Imagina que tienes 4 cajas. Cada conducta de tu hijo puede meterse en uno de ellas. Hay muchos comportamientos que tu hijo realiza a lo largo del día; unos que están mejor, otros más regular y otros que están muy mal. Seguro que muchos de nosotros coincidimos a la hora de juzgar qué está bien y qué está mal pero está claro que a la hora de educar a tu hijo tú decides cómo quieres hacerlo. Veamos cómo son estas 4 cajas:
- Caja roja: es la caja del peligro o de lo realmente inaceptable. Son esas conductas que pueden hacer que tu hijo se ponga en peligro, como cruzar sin mirar la calle o golpearse cuando se enfurece; o haga daño a otros. En esta caja también se incluyen comportamientos que no vamos a tolerar de ninguna de las formas. Suelen estar muy relacionados con nuestros valores fundamentales. Por ejemplo, faltar al respeto o el insulto verbal.
- Caja verde: es la caja de todo lo que tu hijo hace bien o casi bien, incluidas conductas que ves tan normales y obvias que incluso tú has dejado de darles valor, como que meta el zumo de naranja en el frigo tras el desayuno o que se prepare la mochila del futbol. También estarán sus grandes logros, por supuesto.
- Caja amarilla: se encuentran aquellas conductas indeseables de tu hijo, aquello que quieres cambiar. Aquí metemos malas contestaciones, que desobedezca alguna orden, chinche a su hermano o deje sin recoger sus zapatillas.
- Caja blanca: esta caja está vacía. La llenaremos con aquellas conductas en las que nos vamos a centrar en cambiar -caja amarilla-. Tienes que tener en cuenta que no puedes cambiar a la vez todo lo que no te gusta de tu hijo. Piensa en cuando tú has intentado cambiar: poco a poco se consigue, de golpe es imposible, ¿verdad? Así que en la caja blanca sólo habrá una conducta a la vez.
¿Qué hay que hacer con cada caja?:
- Caja roja: estas son las conductas que van a tener consecuencias. No vamos a hablar de castigos, si no queréis, que la palabra tiene connotaciones negativas. Pero estaréis de acuerdo conmigo en que la vida te da consecuencias si no actúas correctamente. Si dejas de ir al trabajo, igual te despiden, verdad? Nuestros hijos también tienen que aprender que esto es así. Así que si tu hijo se pone en peligro o hace algo realmente mal, debes aplicar una consecuencia. Recuerda mantener la calma y no descargar tu furia en ese momento. Es momento de que tu hijo aprenda, no de que lo humilles.
- Caja verde: refuerza todas estas conductas. Está demostrado que los niños aprenden más cuando nos centramos en lo que hacen bien. A veces pasamos tanto tiempo regañando al niño que este solo percibe que todo lo hace mal, así que… ¿para qué portarse bien?
- Caja amarilla: empieza por la conducta que crees que es más fácil de cambiar. Esa pasará a la caja blanca. El resto de conductas tienen que ser ignoradas. Tu objetivo es empezar a cambiar la dinámica negativa. Poco a poco, conseguirás más cosas. Ármate de paciencia porque aunque tu hijo esté haciendo algo mal o que te moleste, no puedes decir nada, ¡ni gesticular, ni resoplar! Ignorar es hacerlo completamente,
- Caja blanca: esta es la conducta en la que nos vamos a centrar para cambiar. Aquí centrarás tu atención y pedirás el cambio a tu hijo, insistirás y por supuesto, reforzarás cuando lo haga bien. Una vez que esa conducta ya sea normal en tu hijo, meterás en la caja blanca una nueva y ¡vuelta a empezar!
Seguro que con este método consigues fomentar las conductas positivas de tu hijo. Hacerlo no siempre es fácil, puedes acudir a un profesional con las dudas que tengas, pero lo que sí te aseguro es que la recomenpensa merece la pena!
(*) Zoraida Rodríguez Vílchez
www.zoraidarodriguezvilchez.es
@ZoriPsicologa para IDEAL Granada
(Nota: Este artículo de Opinión se ha publicado en la edición impresa de IDEAL correspondiente al 23 de junio de 2016)