El profesor de instituto y poeta, Francisco Beltrán (Chauchina, 1964) es fiel a su editorial y a sus costumbres. Decimos esto por que sus tres últimos poemarios han visto la luz con el sello editorial Nazarí. Así, a ‘Hilvanes del agua’ (2014), le siguió ‘Sueños dispersos’ (2015) y ahora ‘Al abrigo del frío’ que presenta hoy, jueves, 16 de marzo, a las 19:30 horas en el salón de plenos del Ayuntamiento de Granada. En este acto, al igual que en los anteriores, estará bien arropado por sus amigos y un grupo de lectoras.
En concreto, acompañan al autor, Francisco Cuenca, alcalde de Granada, Ismael Diadié Haidara, granadino nacido en Mali, filósofo, historiador y responsable del Fondo Kati; Pedro Enríquez, poeta y narrador y el editor, Alejandro Santiago. En cuanto a la lectura de poemas correrá a cargo de Lola García Castaño, a quién está dedicado el poemario «por su humanidad, su amistad y su ejemplo de lucha y superación», Mª Rosario Pérez Lobato, Damae Rodríguez, Victoria E. Muñoz Jiménez, Mª Esther Casares Fernández, Elisa Chami y Marta Manrique que forma parte del grupo literario Limbo de las Letras en el que también participa el autor.
«Este poemario es el primero de cuatro libros que nos hablan de este mundo que pisamos en la gravedad que andamos atrapados. Y lo hecho pensando en varias cosas, «una de ellas sería la búsqueda de la propia humanidad en el ser humano», explica antes de agradecer a Ismael Diadié su «excepcional prefacio», que ha titulado ‘Poesía y desencanto’. Beltrán considera «un auténtico regalo que Ismael haya tenido la deferencia de hacer el prólogo pues él es un cirujano de las ideas, de las palabras, de las personas y de la forma que nos conducimos. Ha sabido leer entrelineas, entender y explicar detalles que ni yo podría haberlo explicado de esa forma y profundidad». Por su parte, el poeta Pedro Enríquez, en su epílogo pide al lector que sienta, reflexione y abra el libro al azar y no se fíe de la primera lectura, «vuelve al devenir de sus páginas , intenta explicar sus ideas, alimentarse de cada instancia, de cada luz y sombra».
Poemario dividido en en tres partes tituladas ‘Penumbras’ (16 poemas), ‘Estancias (14) y Horizontes (17), porque el autor considera que al hombre le acompañan luces y sombras que lo acompañan, dan lugar después a lugares donde se puede encontrar más o menos cómodo y se puede desarrollar y, por último, siempre estará la utopía en un horizonte. Por indica que con este poemario pretende dar un toque de atención, de hacernos sentir la piel de los demás y de saber encontrar el horizonte en la mano de un amigo. En referencia al título explica que «siempre tenemos como un escalofrío cuando nos buscamos a nosotros mismos, por lo que buscamos una fuente de calor que nos haga sentirnos cerca de otras personas».
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