Hay muchas maneras de presentar un libro. Y, Ángel Fábregas (Granada, 1963), junto con el catedrático de Literatura, Álvaro Salvador y el periodista Eduardo Tébar, eligieron una que agradó al público por su amenidad y cercanía. Se celebró en la sala repleta de la Biblioteca de Andalucía en un acto organizado por el Centro Andaluz de las Letras en el que se trataba de dar a conocer la tercera novela de este autor, ‘No digas que fue ayer’ (Ed. Fundación Huerta de san Antonio) que lleva cubierta diseñada por Juan Vida quien además es el responsable de la edición.
Las acertadas intervenciones de Álvaro Salvador y Eduardo Tébar propiciaron una charla a tres bandas en la que las preguntas se entremezclaban con las opiniones y recuerdos personales. Sobre el tapete se pusieron multitud de cuestiones, desde el porqué de la elección de esa época, hasta el proceso de documentación, elaboración, la voz y estilo de la novela. Así mismo, se habló de la importancia de la música en la misma haciendo especial hincapié en el pop granadino de la época, de Miguel Ríos y de los Ángeles, de cuya banda estuvo presente en la sala, Agustín, uno de sus integrantes.
También se habló del Mayo del 68 y su efecto tardío en Granada, de la universidad y la lucha contra el régimen, de las manifestaciones estudiantiles, de la muerte de los tres albañiles en 1970 y de las argucias para librarse de la mili. Igualmente se presentó la ocasión para comentar el contraste de Granada con los centros de modernidad europeos como Londres o España y del Torremolinos de aquellos años al que el autor comparó con «una isla de libertad». Mientras Salvador hablaba de la importancia del ambiente y la atmósfera en la obra en la que el autor ha invertido tres años, Fábregas reconocía que cuando la empezó «no tenía muy claro lo que quería escribir, pero que ha terminado hablando de la pérdida de la inocencia».
Respecto al proceso de documentación dijo que ha sido «infinitamente más fácil» que en sus dos anteriores novelas y que le ha supuesto muchas visitas a la hemeroteca de la Casa de los Tiros, completado con testimonios orales y su propia memoria «idealizada y adulterada». También están presentes en sus páginas el mítico programa ‘Poesía 70’ y autores como Juan de Loxa o Pablo del Águila, fallecido a la temprana edad de 22 años.