José Luis Abraham López: «La habilidad narrativa de Nando López»
Los personajes se mueven entre la rabia y la impotencia del amigo, o entre el miedo y la culpa del sospechoso.
Incluida en el proyecto Loqueleo de la Editorial Santillana, nos llega la quinta edición de la obra Nadie nos oye, del laureado novelista y dramaturgo Nando López, con la que suma un éxito más a su ya extensa trayectoria, llena de premios y reconocimientos.
Emma deja Santander para mudarse a Madrid para trabajar como psicóloga en el club de natación Stark. A los pocos meses, un asesinato ensombrece de nuevo su ánimo. Si antes ejercía atendiendo legal y psicológicamente a mujeres víctimas del maltrato machista, ahora tiene que poner todos sus conocimientos y toda su intuición para colaborar con la policía cuando aparece el cuerpo inerte de un adolescente que pertenece a dicho club. El enfrentamiento que siempre ha existido entre los dos centros educativos de la zona, el Távora y el Zayas, se recrudece aún más cuando aparece el cadáver de Asier.
Una vez conocido el desenlace, el narrador recoge testimonios e información desde la perspectiva de personajes cruciales en la trama, lo que permite al lector conocer los problemas que inquietan a los adolescentes: el gregarismo consciente y voluntario, el callar la individualidad, el soportar los estereotipos, la dura competitividad, el exceso de paternalismo, etc.
Cuando parece que vamos a llegar a desenmascarar al culpable, una nueva revelación da lugar a un giro en las sospechas y en la linealidad en la interpretación de los hechos. Un tumulto de confesiones y versiones del mismo hecho se mueven entre la verdad y la justicia, así como los personajes lo hacen entre la rabia y la impotencia del amigo, o entre el miedo y la culpa del sospechoso.
Pero el crimen se cobrará también otras víctimas, como la amistad, la confianza, la venganza y el resentimiento.
En Nadie nos oye, Nando López pone sobre el tapete la desigualdad social, el sensacionalismo periodístico, la violencia de género, el sistema que no atiende convenientemente las necesidades también psicológicas de los profesionales, la xenofobia, las peleas de bandas.
A lo largo de sus más de trescientas páginas, la trama está muy bien conducida, asignando a cada personaje su propio registro. Aunque el desenlace es conocido desde las primeras páginas, en cambio, envuelve a la narración un ritmo propio de un thriller en donde la tensión llega a su cima cuando Emma se vale de sus estrategias como psicóloga hasta conseguir que los distintos adolescentes implicados confiesen su participación directa o indirecta en los hechos. Además de un reto profesional, para Emma resolver el caso supone superar un trauma de su vida pasada, pues ya ha experimentado lo que es conocer a dos víctimas de asesinatos.
Uno de los méritos de Nando López radica en el camino paralelo que recorre la historia con la introspección de muchos personajes, todos ellos adolescentes, y siempre sin sabotear la realidad. Gracias a una suma continua de pinceladas, el autor configura el retrato de la siempre compleja adolescencia en unos personajes que compaginan su responsabilidad en los estudios de bachillerato con la ilusión de hacer del waterpolo su dedicación profesional más que de ocio.
Otro de los logros de Nando López es el de tener la capacidad de hacer convivir la intriga con la realidad más inmediata. Prácticamente todos los personajes se desenvuelven conforme a lo que de ellos se espera cuando, curiosamente, una vez que se indaga en sus inquietudes más profundas, damos con la intimidad más sincera porque creen que la rebeldía y el mostrarse en su más pura individualidad les conduciría a la marginación.
Así, pues, si queréis participar en este sudoku literario, no perdáis la oportunidad de disfrutar de Nadie nos oye, de Nando López.
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Profesor de Educación Secundaria y Bachillerato
