‘La mirada del frío’ (Edit. Nazarí) es el título del cuarto poemario de María Teresa Ariza que presenta esta tarde en el Ayuntamiento de Granada donde está previsto le acompañen Lucía Garrido, su prologuista Teresa Muros de Fuentes, la historiadora, Carmen Rico Merino y el editor, Alejandro Santiago. Durante el acto se realizarán varias lecturas y la autora se reserva alguna sorpresa para el público (19 h).
El título hace referencia al miedo de los últimos meses a contraer la enfermedad y a la muerte pues «este libro está impregnado de pandemia que nos ha creado un estado de frialdad». Se compone de 84 poemas repartidos en tres partes de las que consta: ‘Ráfagas de vida’, ‘Pandemia’ y ‘En la intimidad’. En la primera aborda gran variedad de temas que van desde un poema dedicado a los pies, la lluvia, la fuente de la Bomba o al río Genil, en tanto que la segunda incluye once poemas escritos durante los últimos meses en los que trata las situaciones vividas cuyos títulos son muy elocuentes: ‘Se marcharon’, ‘De puertas adentro’, ‘Días de condena’, ‘Encierro’, ‘Abrazos’,…
En la tercera parte, Teresa retoma el tema del amor muy presenta en sus anteriores poemarios. «Tengo una larga familia -cuatro hijos que le han dado diez nietos- y una larga lista de aficiones. Tras 40 años dedicados a la enseñanza, ahora disfruto de mis clases de piano, cantando en el coro, leyendo mucho y escribiendo mucho», explica antes de añadir su pertenencia a la Tertulia Literaria Continental, «un lugar de encuentro para leer versos y compartir vida», donde ha coincidido con otra amante de la poesía como es Teresa Muros en cuyas palabras preliminares califica a su tocaya de «sencilla, valiente, cercana, elegante y directa» y a su poesía de «intimista, llena de profundidad y muy hermosa».
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Por su parte, la autora considera, como Joan Margarit que la vida es absurda sin la poesía hasta el punto de afirmar que para ella es «alimento del alma» y cómo, además de la temática, en su último libro se aprecia la adquisición de nuevas técnicas y el incremento de su lenguaje poético. Así lo certifica Teresa Muros: «Si en los anteriores transitaba sobre todo por el campo del amor, en este libro evoluciona y se diversifica sorprendiéndonos con la facilidad para escribir de todo lo que nos importa, con una mirada tan limpia y tan personal que construye una identidad propia».
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(En preparación)
