Un respiro espiritual en la tarde del sábado

Un grupo de seglares retoma la tradición centenaria de la Sabatina en la Abadía
Dejar atrás la rutina diaria y sacudirse los agobios de tantos frentes que nos aturden, es una práctica saludable. Entrar en la zona del silencio que nos proporciona el paisaje envolvente de Valparaíso, facilita el encuentro con lo más propio de uno mismo y sienta muy bien al alma cansada.

Esto es lo que propone un grupo entusiasta de seglares que, conocedores de la esencia histórica de la Abadía del Sacro Monte, ha conectado con su más pura tradición: Al declinar el sábado se acogen al abrazo de la “Tota Pulchra “, venerada con ternura durante los cuatro siglos de andadura de esta gloriosa institución granadina.

Describen las crónicas que en la tarde de los sábados se practicaba el noble ejercicio de la Sabatina. Numerosos granadinos, reunidos en clima de oración, gustaban la belleza de los salmos, cantaban alabanzas a la que “no tocó el pecado primero” y procesionaban a las grutas, portando la tan hermosa como pequeña imagen de la Virgen de las Cuevas, de José Risueño, mientras las letanías y el saludo de la Salve resonaban por el valle.

Es un acierto que estos laicos, con el párroco al frente, hayan retomado tan reconfortante experiencia espiritual que, por ahora, celebran los segundos sábados de cada mes a las 19 horas en la Colegiata.

La invitación que nos brindan, como un hito más del itinerario mariano de la Abadía, reconfortará a los que asistan por devoción o por curiosidad. Un evento que se repetirá el segundo sábado de cada mes. Será como un aliento para subir al monte y bajar después a la ciudad con el alma más serena.

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