Esta cantante, que tantas veces cruzó las ondas hertzianas en la extinta Yugoslavia, nació en Chair [municipio que tiene el segundo bazar más grande de Europa tras el de Estambul]-Skopie el 21 de febrero de 1923 cuando la región estaba encuadrada en el Reino de los Serbios, Croatas y Eslovenos; falleció en la capital Skopie el 4 de mayo de 2001 [actual República de Macedonia del Norte].
El país está encajado entre Grecia, Albania, Kosovo [contencioso aún no resuelto y donde el odio se palpa en el ambiente], Serbia y Bulgaria. La capital es la ciudad más importante de la zona y tiene casi la mitad de la población del país que no llega a los dos millones de personas. Hay dos idiomas oficiales el macedonio y el albanés, ocupa 25.713 kilómetros cuadrados; es miembro de la OTAN y está llamando a la UE desde el año 2005.
Fue una de las cantantes de folk más populares de los Balcanes o, si lo prefieren, de la extinta Yugoslavia, prácticamente estuvo activa durante más de medio siglo y su voz llegó a todo el orbe a través de las emisiones del servicio internacional de Radio Yugoslavia [incluía la del servicio español] hasta que la explosión de los Balcanes, a finales del XX, acabó finiquitando la entidad política que conocíamos como República Federativa de Yugoslavia que Tito mantuvo con mano firme hasta su muerte. Poco después estalló el conflicto de los varios nacionalismos excluyentes que se dan en la región y nos trajeron imágenes del horror más desgarrado, también la intervención de la OTAN [menos mal que es para preservar la paz] y los bombardeos sobre población civil, en aquella época la dirigía un socialista español.
Vaska comenzó su carrera como bailarina y cantante en los años cincuenta del pasado siglo dentro del grupo nacional Tanec, su estilo impregnó toda la región y, especialmente, la zona de Macedonia cuya diáspora por todo el orbe le adjudicó el apodo de «La Reina«.

Las grandes colonias de emigrantes [era el único sistema comunista que permitía emigrar] expandieron su fama y le permitieron actuar no sólo en Europa, sino en América y Australia donde sus actuaciones, multitudinarias y alegres, eran especialmente seguidas en las tradicionales fiestas que estos grupos de emigrantes suelen realizar para matar el gusanillo de la nostalgia [algo que en aquellos tiempos también sucedía con los españoles, especialmente en Alemania].
Su repertorio tenía nada menos que ochocientas canciones que la convertían en una de las intérpretes más versátiles del folclore de esta región balcánica, fue una de las abanderadas, de las luchadoras, por la independencia de Macedonia [el último país en ser reconocido en la zona].
Vaska vivió intensamente los años de lucha, la declaración de independencia se realizó en 1991, comenzaría a ser reconocida por la comunidad internacional dos años más tarde pero, hasta 2019, no se reconocería con el nombre actual ya que Atenas no admitía la denominación genérica por afectar a parte de su región homónima: evitaban a toda costa ser identificados con los territorios y la violencia de los restos de la finiquitada Yugoslavia.
Cuatro años después de esa fecha, era filatelizada por Skopie con un sello de 25 dinares emitido para conmemorar el centenario de su nacimiento, comenzó a circular el 8 de noviembre del 2023, la emisión se realizó en minipliegos de nueve sellos en los cuales figuran las leyendas en tres idiomas, los dos oficiales más el inglés como lengua franca que abre las puertas en todo el mundo. Como curiosidad, unos meses antes, el correo macedonio le dedicaba un par de sellos al cincuentenario del fallecimiento del genial pintor malagueño Pablo Ruíz «Picasso«.
Skopie fue una de las pocas capitales de los países que emergieron de aquel conflicto que me quedé sin visitar en mi largo periplo por los Balcanes, aunque cruzamos desde Albania para llegar hasta Belgrado, cerca del precioso lago Ohrid, saltamos camino de la capital Serbia que aún mantenía los efectos de los bombardeos de la organización citada al inicio. En algunos casos, hubo duplicidades y visitaba la región por segunda vez, fue el caso de Albania donde hacía unos años había estado en una escala que me llevó a Saranda, el barco nos dejó un día completo y fue una jornada realmente estimulante; recuerdo que no teníamos un céntimo en moneda albanesa, pero tampoco resultó necesario cambiar ya que los comercios te cambiaban, tú entregabas euros y ellos simplemente te devolvían la calderilla en moneda local con la que prácticamente nada podías hacer fuera del país. Fue relativamente fácil solucionar el problema de las pocas cosas que se podían adquirir y sin necesidad de tener que ir a buscar una casa de cambio: pragmáticos y comerciantes, lo más importante era vender.
El sello de Vlaska entra en la temática radiofónica, pero también en la musical, folclórica o la misma historia, todo gracias a la versatilidad de la vida de una de las voces más famosas y luchadoras de la región; sin dudarlo la mejor intérprete en su género en lengua macedonia.

El micrófono nos retrotrae a una etapa dorada de la radio en onda corta que estaba en pleno apogeo en aquella época de guerra fría pero [que] en realidad fue una etapa de libertad por otros pagos, sobre todo si comparamos con los candados que nos están colocando las nuevas tecnologías y las injustificables medidas para cobrarte por el correo que te llega procedente de territorios externos a la UE. ¡Menos mal que nos vendían competencia y libertad: hay que financiar la guerra!
Pero sigamos con el sello que, personalmente, me devuelve a esa etapa histórica de la radio [nada que ver con la actual, prácticamente nos han cercenado las emisiones en todo el continente y apenas quedan emisoras públicas que usan todavía la OC, dos quijotes son Radio Exterior de España y Radio Rumanía Internacional aunque, como sucediera con otras naciones, los Hombres de Negro, o sea: Bruselas, las tienen en el punto de mira para que cesen esos servicios, la historia tiene todavía un capítulo por escribir y confiemos tarde muchos años en producirse] cuando las emisiones desde Belgrado llegaban a todo el orbe [los croatas mantuvieron varias estaciones, entre ellas una que compraba tiempo en América y emitía hacia los Balcanes en español, tras la independencia mantuvieron un tiempo la Onda Corta que también les sería cerrada alegando medidas de ahorro ¿les suena?] y su extenso repertorio hizo de Vaska una de las voces más representativas, por no decir la mejor voz y la mejor intérprete del folclore macedonio aunque, en aquella etapa, esa parte quedaba más apagada y siempre salía al aire como la voz de Yugoslavia. Hoy, infinidad de plataformas o páginas, recogen su gran legado.
Finalizamos con el hecho de que los sellos con el nombre de República de Macedonia del Norte llegarían en febrero del 2019, hasta entonces habían aparecido sólo con el de Macedonia en caracteres cirílicos.
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