Huyendo de todo lo que concierne al uso de los libros de texto, aunque consciente de la importancia y trascendencia que se le ha otorgado desde tiempos remotos, según percepciones, si falta un libro de texto es como si a un pájaro le faltara un cachito de ala, tanto en el caso del docente como del discente, procedo a compartir con los lectores de IDEAL en Clase una metáfora cuyo título “El montañero y su montaña” hace una alegoría de cómo la gente pone excusas para no cumplir sus sueños, sean estos de menor y mayor grado, intensidad, relevancia, pero no por ello la consecución de esos pequeños o grandes objetivos en el día a día o en la vida pierde su trascendencia en el desarrollo íntegro de cada uno de nosotros.
Como docentes podemos obviar lo significativa que es una enseñanza basada en aspectos del currículo oculto y sobre todo la educación en valores o la educación socioemocional que no debiéramos pasar por alto y así su uso quedará justificado en nuestra práctica docente. Parece que dedicamos demasiado tiempo en la consumación de todos y cada uno de los elementos del currículo, que está en continuo movimiento y metamorfosis por la incursión de nomenclaturas que hacen alusión a elementos de “nuevo” uso como son las situaciones de aprendizaje, los cuadernos de Séneca y los indicadores o estándares de evaluación, entre otros muchos.

En ocasiones, la gran mayoría de los docentes se nos antoja ser considerados esclavos de una programación que anhelamos cumplir a rajatabla, de cabo a rabo, sin movernos ni un ápice, alentados por un sistema educativo, por un Equipo Directivo o incluso por las propias familias que tienen unas expectativas en nosotros y en que se desarrolle un currículo o el temario de todas las áreas y por consiguiente de sus libros de texto. Esto es lo que tenemos. Lo acatamos.
Hemos pasado a tener una supeditación al libro de texto semejante a la que cualquier adolescente podría tener a su móvil de última generación adquirido como recompensa a sus excelentes calificaciones o por otros motivos que no vienen al caso detallar pero que les supone un nulo esfuerzo para tanto premio. No me considero negacionista del libro de texto, de hecho he de reconocer que soy un acérrimo más a su uso, pero, eso sí, mezclado con todo tipo de estrategias, recursos, documentos ajenos al mismo. El mecánico posee en su taller las herramientas que va a necesitar en algún momento, no todas las del mercado. El maestro se hará valer de las herramientas que precise y una de ellas, por qué no decirlo, puede ser el libro de texto, muy útil según el uso que se le dé.
Partimos de la base de que todo docente ha de estar en continua formación y movimiento, porque si las aguas no se mueven, se terminan estancando y el hedor puede ser más que considerable, aunque hay quien convive inmune con él, ajeno a toda intención de renovación. Por eso, todos estamos llamados a hacer cursos de formación, leer libros, revistas especializadas, investigar por la red, leer a los escritores suscriptores de IDEAL en Clase de los cuales se aprende en gran medida, en ocasiones más que de los pensadores, científicos o filósofos clásicos, que también existieron para que tengamos la oportunidad de impregnarnos de sus conocimientos o aportaciones, en forma de frases míticas, acciones, consejos de vida, reflexiones y lecciones.

Ahora sí, hablando de lecciones, es precisamente en lo que voy a centrar este artículo: en compartir una lección de vida, que no darla, puesto que no me encuentro en disposición de ello, señor lector, porque a buen seguro usted, compañero de profesión, tendrá muchísima más preparación, cultura o experiencia que el que le escribe, sin ánimos de infravalorarme, sólo de plasmar una realidad. Cualquier lección en este caso que nos ocupa, de vida, cuya temática está basada en una metáfora enfocada en un montañero cuyo objetivo en la vida es el de llegar a la cima y así poder hincar su bandera en la cúspide sobre todo por satisfacción personal. Para poder hacerme entender me valdré de una subdivisión de las distintas fases donde expondré una serie de actividades, argumentos y recursos:
Preparación.
Una breve charla nos servirá como preludio a lo que se va a acontecer. Se les puede preguntar a nuestro alumnado al comienzo de la clase: ¿Cuál creéis que es el objetivo de todo montañero o montañera? Pues, mirad, ahora quiero que todos hagamos un esfuerzo mental, de modo que cada uno de nosotros nos vamos a convertir en ese montañero, por lo que quiero que os dibujéis valiéndoos de este dibujo de modelo que os muestro. ¿Qué queréis ser de mayor? ¿Qué te planteas para este curso? ¿Y para hoy? ¿Cómo lo piensas conseguir? ¿Qué necesitas? ¿Qué dificultades encontrarás? ¿Cómo crees que te sentirás cuando lo consigas? ¿Por qué lo haces o dejas de hacerlo?

Dibujo.
El dibujo es clave para dejar clara la puesta en escena del montañero ante el panorama que se le presenta ante una montaña. El devenir de su tránsito representará la vida hasta cumplir su sueño. Una vez dibujado el montañero en un extremo del folio y una montaña, pasaremos a dibujar todos los detalles y elementos que no deben faltar.
En primer lugar presentamos al montañero que está portando una mochila. En vista a que no se puede presagiar siquiera el contenido de la misma, haremos un dibujo representativo y claro de lo que puede portar, valiéndonos de flechas, bocadillo o nube donde vendrá plasmado con dibujo o icono lo siguiente: agua, comida, jabón, cepillo de dientes, crema, ropa, paraguas (atendiendo a las necesidades primarias); por otra parte, un libro, una revista, el teléfono móvil (útil para consultar el tiempo, informarse de lo que suceda en su ausencia, dar señales de vida a los que le quieren y se preocupan por él o por qué no incluirlo, un juego en una App o una pelota). Seguro que si se administra bien el tiempo tendrá tiempo para todo.
En segundo lugar nuestro montañero debe hacer una revisión de lo que lleva en la mochila o en los bolsillos, visionar y analizar el camino, dónde podría hacer las paradas pertinentes, protegerse del frío, descansar, dormir, divertirse, entretenerse para así poder seguir con su camino.
En tercer lugar debe de considerar una serie de aspectos meteorológicos, accidentes naturales y las características del terreno o del contexto donde se encuentra inmerso: sol abrasador, lluvia, tormentas, viento huracanado, aludes, avalanchas, volcanes, terremotos, nieve, hielo, charcos, oquedades, frío, calor, vegetación inoportuna, musgos resbaladizos, arañas, serpientes, el silencio de la noche, una posible caída, rotura de su material de escalada o incluso que le comuniquen una noticia fatal que marcará su destino, si no se hace con la situación. Todo está en la mente, pero la mente a veces nos traiciona.
En cuarto lugar, tras el análisis, toca la valoración general. Se percatará de que el camino no será nada fácil, ni podrá siempre marchar con igual ritmo, con las mismas fuerzas, ganas, esperanzas, ni con conocimiento íntegro del terreno, ni con la técnica o decisión idónea para poder avanzar. Es más, se le pasará por la cabeza abandonar, querer darse la vuelta o conformarse con hincar la bandera, donde primeramente pille, carente de ilusión, más para abajo en mayor o en menor medida que donde él lo tenía estipulado. Los comentarios de otros montañeros, amigos o incluso familiares pueden repercutir en la consecución o no de su sueño. Pero, insisto en el hecho de identificar como el peor de sus enemigos, en alguien que tendrá muy cerca, más de lo que él puede llegar a presumir… Será él mismo con su ego y su zona de confort que se encargará de brindarle con todo un amplio abanico de excusas, a cuál más convincente, para que le haga desistir en su empeño. Unas veces por él mismo y otras veces por los demás, por apoyar su teoría en casos cercanos o conocidos a él para justificar su desistimiento o abandono.

Casos reales.
Toda esta historia… ¿a santo de qué viene? Seguro que usted, señor lector o lectora, ya le habrá asignado una aplicación a su contexto educativo y formativo. Es evidente que todo texto motivacional enfocado en la educación socioemocional y en valores tendrá repercusión en nuestro alumnado. Todo depende de cómo se plantee y se trabaje. El docente debería hacer lo indecible por acercar esta metáfora del montañero a la realidad de sus alumnos, preguntándoles qué conclusiones sacan, si se han sentido identificados con él, si cualquier miembro de la sociedad se conforma con cualquier meta mientras le reporte dinero y estabilidad o si se aspira a lo máximo. Se nos antojaría una oportunidad de oro para escribir una redacción, desarrollar un debate, compartir experiencias o escuchar opiniones sobre si el dinero y tener más da la felicidad por encima del ser, incluso careciendo de grandes bienes.

Justificando el segundo título de este artículo “Sueños y excusas”, quisiera compartirles una nueva idea: En mis clases quedan prohibidos los es ques. Mis alumnos cantan al unísono el “es que, es que, es que”, cuando escuchan una excusa directa o encubierta. En contraposición les enseño a ser responsables, sinceros, legales y comprometidos, mediante tres sencillos pasos: R P C (Reconocerlo: Sí, es verdad), P (Pedir perdón: Lo siento), C (Compromiso y reacción: No volverá a pasar y mañana lo tienes).
Objetivos.
Decidme, ¿a qué os comprometéis con vosotros mismos?

Conclusiones.
¿Por qué creéis que os he contado esta historia? ¿Es aplicable a vuestra vida? Ojalá todos consigáis alcanzar vuestras metas. Vida hay solo una. Sentid que la vida es un regalo y tu existencia un milagro. Somos un producto de millones y millones de casualidades o combinaciones. Exprimirla, sacadle todo el jugo que podáis y nunca sintáis arrepentimiento por lo que pudo ser y no fue. Los Tenía que haber…no sirven de nada. Esa acción está acabada y no somos superhéroes para rehacer lo que quisimos, pudimos o debimos hacer. El camino no será fácil pero siempre una vida mejor te esperará con tu esfuerzo y dando los pasos oportunos, de esta forma, convertirás tu vida en un continuo sueño, como los maestros con vocación la vivimos, disfrutamos y degustamos día y día. Las cimas, las metas y los sueños los pones tú. Por cierto, comparto algo que aprendí en un curso de Desarrollo Personal: “Las cosas no se intentan, se hacen”.

Recomiendo la lectura de libros o artículos y el visionado de vídeos de escritores, psicólogos, psiquiatras, sociólogos, expertos en neurociencia, medicina, coaches, pensadores, maestras, managers, mentores de marketing.
Por mencionar a algunos: Aristóteles, María Montessori, Antoni Benaiges (Escuela Freinet), Paulo Coelho, Jordi Segués, Emilio Duro, Marian Rojas Estape, Mario Alonso Puig, Dante Gebel y Manuel Sans Segarra, entre otros muchos otros y otras.
https://www.ivoox.com/11-suenos-excusas-128164-audios-mp3_rf_82425870_1.html
Programa de radio con alumnos de sexto del CEIP Virgen de la Cabeza de Churriana de la Vega dedicado a esta temática.
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