“De no haber leído tantos libros estoy seguro de que mi vida habría sido más gris, deprimente incluso apática. Leer fue mi gran escuela, ese lugar construido especialmente por y para mí, donde aprendí cosas importantes de la vida. En ese lugar no existían reglas absurdas ni juicios de valor en función de números o estadísticas”. Haruki Murakami
No puedo estar mas de acuerdo con Murakami. Los libros, para mí, han sido no solo imprescindibles sino que han ido alumbrando mi camino por la vida y la han mejorado siempre. De pequeña en mi casa no existían los libros, ni había dinero para comprarlos, eran un lujo. Y mis padres no eran lectores sino analfabetos. Sin embargo, yo descubrí muy pronto el fascinante universo que se esconde en los libros y la poderosa magia de la lectura. Los libros me han acompañado siempre en lo bueno y en lo malo. Por eso, hoy quiero rendir homenaje a los libros y especialmente a los que me han acompañado como si de una segunda piel se tratase. Mi sed lectora se saciaba con los fondos de la biblioteca pública. Para mí un libro era un tesoro. Siempre he cuidado y tratado los libros con respeto aunque, en muchas ocasiones, me resulta inevitable subrayar sus páginas. Aún recuerdo y conservo la primera novela que compré en una feria del libro que se hizo en el colegio Gran Capitán a finales de los años 70. No recuerdo exactamente el año. Se trata de la novela de Gabriel García Márquez “El coronel no tiene quien le escriba” editada en 1976. En su elección probablemente el criterio que tuvo mas peso fue el precio. Aquel viejo coronel que esperaba cada día una carta que nunca llegaba me conmovió profundamente y despertó mi interés por la obra de García Márquez.1976 marcó el inicio de lo que sería mi biblioteca personal. Ese mismo año mi profesor de lengua nos regaló a todos sus alumnos un ejemplar del libro de Vicente Gaos: “Antología del grupo poético de 1927” Ed. Cátedra. Es este uno de mis libros mas apreciados y a la vez uno de los mas estropeados como consecuencia del uso ininterrumpido durante tantos años.

Junto a esta antología los libros de mi biblioteca personal mas perjudicados son el libro de Simone Ortega: “1080 recetas de cocina” Ed. Alianza y “Cuentos por teléfono” de Gianni Rodari.. Este libro de cuentos ha sido desde 1984 un compañero y aliado tanto de vida como de trabajo. Me ha acompañado durante mis casi treinta y ocho años de vida laboral y también ha hecho las delicias de mis hijos. En definitiva, un libro con el que he disfrutado de momento maravillosos en el trabajo y en mi vida personal. Porque los libros nos hacen disfrutar de la vida, de la cocina, de las vacaciones…Y hablando de vacaciones son estas una magnifica ocasión para disfrutar de la lectura. Leer en la playa con el ruido de las olas de fondo es un placer indiscutible para cualquier lector. Hay en mi biblioteca un libro maltrecho, una extraordinaria novela, en edición de bolsillo, que se mojó accidentalmente”La coartada de Antínoo” de Manuel Francisco Reina y que ha pasado ha formar parte de esos libros que se convierten en un tesoro personal.
Son muchos los libros que atesoro con un cariño especial bien por estar firmados por sus autores, que en muchos casos son amigos o conocidos o referentes personales. Algunos son libros altamente codiciados por mí como las obras completas de García Lorcao el manifiesto de “La otra sentimentalidad”. Pero la vida siempre sorprende y yo que adoro los libros he tenido la satisfacción de ver editada alguna de mis obras pero la mayor de las satisfacciones ha sido, sin duda alguna, ver editadas las obras de mi hijo, Francisco Vilchez Barea, entre los que destaco el cómic“Abdel” y el libro de relatos de ciencia ficción “Saudade” y se que esto es solo el comienzo.

Solo siento gratitud hacia los libros y hacia el solitario y voluntarioso trabajo de los escritores. La comunicación entre lector y escritor es un hermoso acto de encuentro, complicidad y vitalidad sin importar el género del libro ni la época. Dentro de la magia de la lectura está el poder de trascender la distancias de cualquier tipo, sociales, culturales, espaciales o temporales.
Disfrutemos del verano y disfrutemos de la compañía de los libros, porque ante todo la lectura debe ser un acto gozoso. Como decía Borges:
“El verbo leer, como el verbo amar y el verbo soñar, no soporta el modo imperativo”.
Y dejo aquí este poema como mi personal y humilde homenaje a los libros.Esta encabezado con una hermosa cita de mi gran amigo y poeta Enrique Pérez Arco.
“La vejez del libro reposa abierta
en la serenidad de las manos”
Enrique Pérez Arco
Los libros
Y los libros llenan de vida las horas muertas
en las nubladas y grises salas de espera,
te acompañan en las lóbregas noches solitarias,
te soportan cuando la soledad aprieta,
cuando vivir es un laberinto te inspiran
y cuando las lágrimas inundan los bordes de la vida
te consuelan sin enojos ni aspavientos.
Los libros, simplemente, aguardan unas manos abiertas,
unos dedos sinuosos doblando sus esquinas,
unos ojos en los que reconocerse,
unos labios en los que pronunciarse en silencio
y que doten de un propósito sus palabras entintadas.
Durante el confinamiento, se abrieron los libros, de par en par,
y abanicando añoranzas despejaron el camino de la esperanza.
Ana Barea Arco
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