Desde hace dos años pinta el interior del templo granadino para su proyecto de exposición ‘Espiritualidad a través del Arte’.
Es obvio que al profesor y pintor granadino, Antonio Rodríguez Barbero (1964) le gusta pintar los espacios interiores. Si en enero de 2012 exponía en la Galería de Arte Cidi Hiaya su colección de interiores de bares y cafeterías granadinas, desde hace dos años prepara otro proyecto mucho más ambicioso. Lo ha titulado ‘Catedral de Granada. Espiritualidad a través del Arte’ con el que pretende «una colección de cuadros que aporten una visión de este templo a través del arte, elaborados con calidad y hondura, alejándose de efectismos y evitando caer en tópicos». También quiere demostrar al espectador «cómo a través de la experiencia estética se alcanza la experiencia espiritual: la Catedral de Granada es un magnífico ejemplo de esta imbricación Arte y Fe».
Así mismo, explica que este proyecto surge de la necesidad de encontrar nuevos motivos, después de la exposición citada, pues «soy un pintor de interior que busca esos espacios sosegados después de las cafeterías que eran también interiores». Ahora se ha decantado por algo menos mundano y más místico por lo que solicitó permiso al Cabildo de la Catedral que «amabilísamente aceptaron mi propuesta y aquí estoy pintando la espiritualidad que derrocha el interior de esta catedral».
De esta forma todas las personas que en estos días visitan la Catedral granadina cuando pasan por delante de la capilla de Nuestra Señora del Pilar inexorablemente se sorprenden por las dimensiones de la obra que el artista Rodríguez Barbero realiza ‘en vivo y en directo’. Allí junto a su paleta, pinturas y foco de luz se puede presenciar el proceso de creación de una obra bautizada con el título de ‘Panorámica general del templo’, un óleo sobre lienzo, de 185×195 cm, del que nos aclara que es «una obra en políptico de cinco elementos, que está en fase de finalización».
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Así mismo, añade que es una obra que ha ido creciendo en su proceso de creación porque «es una Catedral tan rica en matices por la mañana, por la tarde, en las vidrieras,… que no encuentro el final. Esta catedral es una de las más luminosas del mundo de hecho la llaman la catedral de la Luz». Hasta el momento tiene siete obras, lo que supone más de la mitad del trabajo planteado en su proyecto, algunas finalizadas y otras en proceso, para lo lleva trabajando con bastante constancia desde hace más de dos años a razón de cuatro o cinco horas diarias, en las que incluye una media hora del proceso de instalación y desmontaje del estudio portátil.
De las doce obras proyectadas, unas la primera en concluir ha sido un carboncillo sobre lienzo, de 80×80 cm que le salió prácticamente del tirón que tituló ‘Luz en la catedral’, en el que se ve el Sagrario y la nave central con el que ha tenido «la gran suerte o el privilegio» de que haya sido una de los 20 participantes seleccionados, de entre 230, para la Exposición del LIV Concurso Internacional de Dibujo de la Real Academia Catalana de Bellas Artes de Sant Jordi por los que se ha podido contemplar en Barcelona durante el pasado mes de julio. Del políptico aclara que su interés inicial era el órgano, pero que una vez hecho vio la necesidad de ampliarlo por lo que ha añadido las otras cuatro piezas. «He querido ser sincero con la obra y que muestre el proceso de trabajo que se ha convertido en una especie de ampliación. Por eso todos los paneles están visibles para el público para que entienda que esta Catedral es como un puzzle con muchas zonas de interés, ofreciendo una visión lo más amplia posible formada con cuadros independientes que funcionan como un conjunto».
Otras pinturas
Rodríguez Barbero indica encontrarse muy a gusto dibujando por lo que cuando se agobia con el óleo se sosiega con el carboncillo. También que necesita los tamaños grandes porque siente que de no ser así no entra en el cuadro. De esta manera han surgido, además de los cuadros señalados, el carboncillo sobre lienzo ‘Nave de la Epístola con luz natural’ (195×114 cm) y esta misma con luz artificial, ambas en fase de finalización, al igual que el pastel sobre cartón Fabriano, ‘Puerta del Perdón’ (38×28 cm) desde el interior cuyo espacio considera «una preciosidad» y que está realizando para la Galería de Ceferino Navarro y otro óleo sobre lienzo en fase de proceso ‘Capilla Mayor desde la puerta de entrada’ (100×80 cm).
Obras que una vez concluidas espera exponer en el entorno de la Catedral para lo que desearía vincular la Universidad en la que trabaja el pintor -es profesor de Educación Artística en la Facultad de Ciencias de la Educación- y el Palacio Arzobispal, «para que sirva como antesala de lo que se van a encontrar los visitantes dentro del templo a través de la mirada de un artista».
Por ello, admite con buen humor que a partir de ahora, se le pueda conocer con el sobrenombre del pintor de la Catedral . «Para mi sería un lujo porque estoy enamorado de ella desde que era pequeño. Con 14 años cogía el 8 (autobús) con mi caballete y cajista de pinturas y me venía del Zaidín a pintarla». Por ello desea que formen parte de esa posible exposición tres o cuatro obras del exterior de esa época. Por último, este artista que sólo ha pintado la Alhambra una vez, quiere mostrar su agradecimiento a todo el personal que presta sus servicios en el templo desde sacristanes, vigilantes, servicio de taquilla y de limpieza, porque «se portan conmigo como si fuera uno más de la familia y me han hecho sentir como en casa».
INFORMACIÓN RELACIONADA:
Antonio Barbero expone doce obras en la Galería de Arte Cidi Hiaya con las cafeterías como tema central (IDEAL EN CLASE, 07/01/2012)
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Algunos apuntes biográficos:
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