El año que está a punto de despedirse nos ha dejado en Granada un buen ramillete de libros de todos los gustos y géneros literarios. Uno de ellos ha sido el ensayo titulado ‘José Miguel Villalobos Cabrera (1772-1825). Un héroe alpujarreño en la guerra de la Independencia’, escrito por el rubiteño Germán Acosta Estévez (1964), con prólogo de Miguel Carrascosa Salas, en el que destaca «la seriedad, rigor y transparencia con los que ha llevado a cabo -no sin esfuerzo- la elaboración y puesta a punto de su excelente trabajo historiográfico». Libro que está dividido en dos partes, la primera en la que el autor compone el marco geográfico y familiar y en la segunda centrada en el biografiado, desde sus primeros pasos hasta la relación de homenajes y publicaciones de las que fue objeto este «liberal convencido» que contó con un importantísimo patrimonio al casarse en Huéscar con María Pascuala Belmonte, «una joven de 15 años perteneciente a una de las familias con más lustre de la comarca».
«Le he dedicado, entre todos los trámites, recogida y organización de información y redacción del libro más dos años», nos cuenta este rubiteño que guarda con cariño muchos recuerdos de su infancia transcurrida en su localidad natal, desde el disfrute de un amplio horario de juegos en la calle hasta las tareas del campo en las que desde muy pequeño era habitual para colaborar en la economía familiar, que concluirían con su marcha a la Escuela de Hogar de Motril y Órgiva para continuarese en Granada hasta la conclusión de la licenciatura en Filología Románica. Precisamente su interés por la investigación histórica afirma procede de su paso por la Universidad, especialmente de la asignatura ‘Civilización de los pueblos románicos’ y también parte de su madre que cuando regresaba al pueblo en las noches de invierno le contaba historias alrededor de la mesa camilla. En el año 86 hubo un hecho que le marcó. Durante unas reformas en el patio de la casa consistorial, se tiraron una serie de documentos sin comprobar si podían ser de alguna utilidad. Recuerda estar buscando donde se vaciaban las basuras pero no encontró nada. «En ese momento me puse la meta de recuperar todo lo que pudiese de lo que es el legado histórico de Rubite», explica.
Y así ha sido desde que supo de la existencia del coronel de los Reales Ejércitos, José Miguel Villalobos Cabrera nacido en Rubite el 6 de diciembre de 1772, que vivió en Orce donde dio origen a una importante saga familiar en el Altiplano granadina. Aclara que «la primera noticia que tengo del coronel Villalobos data del año 2001. Ese verano a través de Pepe Luis, me suministra un artículo de una revista que se había publicado dos años antes en Huéscar, en la que el padre Carayol había esbozado una serie de datos biográficos de esta figura. En el año 2005, el profesor Valeriano Sánchez Ramos colaborando con la revista Abuxarra también hace un pequeño artículo con motivo del Festival de Música. Mientras tanto yo había ido recopilando otras informaciones en especial sobre sus familiares y en el 2010 en el boletín del centro de estudios Pedro Suárez empiezo a darme cuenta el valor de este personaje. En el 2013 decido hacer una análisis lo más completo posible de su vida».
Y así ha sido como se puede comprobar por la ingente documentación utilizada y la cantidad de archivos y organismos visitados para indagar sobre este militar del Regimiento de Húsares de Caballería durante la Guerra de la Independencia y un gran defensor de la Constitución de 1812 fallecido el 20 de abril de 1825 del que destaca su «arrojo increíble» desde muy pequeño, su marcado sentido del deber y sus ideas políticas pues «aún estando casado con una mujer, posiblemente con el mayor patrimonio de Andalucía Oriental, mantiene los principios liberales, muestra de ese convencimiento es que acaba convirtiéndose en diputado provincial». Para ello Germán ha visitado gran cantidad de archivos lo que le ha permitido reunir unos 150 textos transcritos total o parcialmente, gran parte de esa información procedente del Archivo General Militar de Segovía y del Archivo Histórico Nacional, así como del Diocesiano, Archivo Histórico Provincial, Archivo Notarial de Protocolos y Hemeroteca de la Biblioteca Nacional, además de los Archivo Municipales de Rubite, Salobreña, Orce y en el de la Diputación. Gracias a ello ha podido incluir cuatro árboles genealógicos con los ascendientes y descendientes del coronel Villalobos, escribir las microbiografías de algunos de ellos y descubrir el patrimonio de su esposa. También completar el último apartado con todos los reconocimientos y homenajes tenidos en vida como a posteriori, el himno compuesto por dos de sus compañeros que fue interpretado por un grupo de música tradicional en el momento de la presentación del libro. Con todo ello ha querido demostrar que «no se trata de un capricho por causa de paisanaje sino que es el reconocimientos a una figura de una gran magnitud».
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