Valdif es el nombre artístico de Miguel Valdivieso Fernández) un pintor, ceramista y muralista nacido en Granada en 1952. Desde sus inicios este artista autodidacta y «atípico» no ha cesado de trabajar en estilos diferentes incorporando técnicas propias. Su primera exposición individual tuvo lugar en el Centro Artístico en 1975, donde regresaría en 2016, la última en la Galería Enrique Seijas de la capital se puede visitar hasta finales de julio en este espacio localizado en Colegio de Gestores de la calle Frailes, número 30.
La ha denominado ‘Canalizando Arte’ y es un buen exponente de lo que este creador es capaz de realizar en su taller de cerámica abierto en 1992. La ornamentación islámica, inspirada principalmente en los frisos orientales y árabes está muy presente en muchas de las obras expuestas. En otros casos, en estas obras que requieren muchos meses de trabajo fusiona la escultura en forma de relieve con gran variedad de piezas engarzadas, pintadas con esmaltes al fuego, consiguiendo de esta manera piezas únicas, algunas de las cuales han viajado hasta lejanos países. Son sus «esculto-pinturas» con las que entra en el surrealismo y abstracto le han permitido participar en una docena de ferias internacionales y le ha abierto las puertas para la realización de murales para edificios y entradas de hoteles de Oriente Medio, la India o España.
La directora de la galería, Ariadna Seijas y la tesorera del Colegio de Gestores, Pilar Márquez, le dieron la bienvenida en un acto que contó con la presencia de la bailaora, Mariquilla. La segunda presentó al artista destacando su trayectoria artística y sus galardones internacionales, (Prix internacional des galeries et choix des professionels de l’art (2017), y el Premio Internazionale d’arte Fondazione Costanza, 2018, que le fue entregado en enero pasado en el Hotel Wellington de Madrid). También la polifacética artista y escritora Marijose Muñoz leyó un texto de prosa poética ‘Versos de arcilla’ dedicado a Valdif, a quien reconoció que le quería incluso antes de conocerle a través de una amiga, Alma, que resultó ser su hija. Hace unos días Valdif mostraba al público 17 de sus obras montadas en el Granada-Arena donde espera llegar a exhibir de forma permanente un centenar piezas. Asimismo, Valdif es autor del libro autobiográfico, ‘El libro regalado de la causalidad’. Más información y contacto: www.valdif.es
PALABRAS DE MARIJOSE MUÑOZ (LEÍDAS POR LA AUTORA EN EL ACTO INAUGURAL)
Me llamo barro aunque Miguel me llame.
Barro es mi profesión y mi destino
que mancha con su lengua cuanto lame.
Miguel Hernández
VERSOS DE ARCILLA…
Vienen a mi las fugaces estrellas de tu alma, como campañas que tañen de plétora mi verdad, recorro senderos mágicos, engalanados por tus manos creadoras que reverencian de anestesia las colas de satén. Cincelas pasados efímeros con tus hazañas en barro, coloreas de pigmentos puros nuestra oscuridad. Así, en esta quietud reveladora, contemplando el hallazgo de tu magia, vislumbro el horizonte, plural de soledades, crece en nosotros un gozo disperso e indeciso, debatiéndose entre lo místico y lo mundano que intenciona tu certeza y mi debilidad… y me siento desnuda, desnuda ante ti, seglar del légamo que empapas la tierra de lágrimas, amasando su sal con la arcilla y haciendo desaparecer la aridez sonora del destierro humano. No puedo apartar los ojos de su rostro de simiente afligida, e imagino el fluido que corre bajo su sólido aspecto y que provoca un movimiento incontrolable de atracción, quizá la repulsa a la semilla dolorida en otros ojos que no comprenden tu verdad. Sobre la terracota del pecado has sembrado mis manos de arcilla que se enredan en mi memoria y estalla en mi pecho tu tiniebla interior, lirio de gacha que naces en los imposibles de un sueño eterno, espacio de armonías donde yergue la vida sobre el cieno deshojado, devorando sollozos en esta escarcha de verdades, cuan fugitivos los pecados se acercan al mortal. Egos misteriosos gobiernan un mundo repugnante para este Maestro que escapa a través del viento, igual que un pájaro atraviesa fugitiva tu mirada.
¿Podría conocerte a través de tus obras, podría la terrible mirada Domentopoulizar a Dios, Buda o Alhá? Herramienta mensajera que destierras dudas pasadas… a ti, que te llaman “señor de las moscas” con tu danza lánguida, abres los párpados silvestres a un mundo cuajado de nocturnos cantos de sirena, que esparcen olvido como si todos fuésemos víctimas de un conjuro bañado en láudano, que nos mantiene ajenos del vecino dolor.
Viajan en los ecos azules del tiempo los aullidos de la tierra muerta, lugares lejanos, plegarias de alcaller, trémula ternura forjada en el torno del deseo. Alfarero de espejos áureos, que liban del polvo la herida sangrante de la madre estéril y árida de mensajes.
Querido Miguel, ceramista de sueños telúricos, nutres con agudeza tu realidad, postrada ante los ojos desnudos del espectador, cómo si después de pasar el barro por tu entraña, el Universo quedase más liviano ante la grandeza incólume del planeta. Confío en tus hazañas de barro y en ese martillo que resiste al dolor de la carne y corroe las tristezas por un momento, sólo por este momento perfecto de contemplación.
Gracias Miguel.
Marijose Muñoz
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