Jesús Fernández Osorio: «Las Misiones Pedagógicas en La Alpujarra»

 

“No solo de pan vive el hombre. Yo, si tuviera hambre y estuviera desvalido en la calle no pediría un pan; sino que pediría medio pan y un libro.

Y yo ataco desde aquí violentamente a los que solamente hablan de reivindicaciones económicas sin nombrar jamás las reivindicaciones culturales que es lo que los pueblos piden a gritos. Bien está que todos los hombres coman, pero, también, que todos los hombres sepan”.

(Federico García Lorca. Alocución al pueblo de Fuentevaqueros, septiembre de 1931)

Continuando con el enorme impulso y esfuerzo pedagógico puesto en marcha por el Gobierno de la Segunda República en su intento de llevar la cultura por todos los pueblos españoles, especialmente a los más aislados y alejados de las ciudades, por el Decreto de 29 de mayo de 1931, se creó el Patronato de las Misiones Pedagógicas. Iniciativa sociocultural que, desde muy temprano, concitó el apoyo entusiasta de poetas, escritores, maestros y estudiantes, especialmente de las Escuelas Normales de toda España.

Original iniciativa de educación popular que, según se reconocía explícitamente, tenía su objetivo en la ruptura del atraso secular y el aislamiento de la población rural. Igualmente, su fundamento máximo, se dirigía a la consecución de una mayor justicia social y a la erradicación del hiriente analfabetismo que asolaba al pequeño campesinado y a sus familias. Aspectos ambos para los que las Misiones Pedagógicas se convertirán en un complemento perfecto de las escuela y los maestros.

Así, una vez puesta en marcha la misión, los participantes en la divulgación cultural por los pueblos solían llevar en sus destartaladas camionetas, –incluso, por inverosímiles itinerarios, trasladados mediante animales– cinematógrafos, música, reproducciones de cuadros, libros, hacían representaciones teatrales, títeres y marionetas, etc. Toda una fiesta cultural para el conjunto de la población receptora durante los días de la presencia de las Misiones Pedagógicas en la localidad. Proyecto pedagógico y de transformación social que tendrá un importante eco dentro y fuera de España.

La primera actuación de las Misiones Pedagógicas en Andalucía se efectuó en la comarca granadina de La Alpujarra. Se llevó a cabo entre el 14 de julio y el 1 de agosto de 1933 y fue dirigida por el inspector de Primera Enseñanza de Madrid, Modesto Medina Bravo. Estará acompañado en la salida por el auxiliar de las Misiones, Antonio Sánchez Barbudo y contará con la colaboración del maestro de la escuela aneja a la Normal de Granada, Plácido Enrique Vargas Corpas. Participarán los estudiantes de Magisterio, José Puerta Castillo y Manuel Espínola Vera y, el también estudiante de Medicina, Enrique Vargas Muñoz. Además, les acompañará, como cineasta, José Val del Omar, que sería el encargado de rodar una película documental sobre los pueblos recorridos y la actuación de la misión (1).

Inicialmente y según se tenía previsto “se formarán dos expediciones, una de Cáñar y la otra de Ugíjar” (2). Expediciones misioneras que, según el plan trazado, “después de su recorrido se unirán en el pueblo de Cádiar”. La cruda realidad las reducirá a una sola de las comitivas, la que recorrerá y actuará sucesivamente en los pueblos de Cáñar, Soportújar, Pitres, Mecina Fondales, Busquístar, Pórtugos, Trevélez y Bérchules (3).

Seguramente, los intervinientes se presentarían, para justificar su presencia, con las esclarecedoras palabras encomendadas por el presidente del Patronato de las Misiones Pedagógicas, Manuel Bartolomé Cossío (4):

“Es natural que queráis saber, antes de empezar, quiénes somos y a qué venimos. No tengáis miedo. No venimos a pediros nada. Al contrario; venimos a daros de balde algunas cosas. Somos una escuela ambulante que quiere ir de pueblo en pueblo. Pero una escuela, donde no hay libros de matrícula, donde aprender con lágrimas, donde no se pondrá a nadie de rodillas, donde no se necesita hacer novillos. Porque el Gobierno de la República que nos envía, nos ha dicho que vengamos ante todo a las aldeas, a las más pobres, a las más escondidas, a las más abandonadas, y que vengamos a enseñaros algo, algo de lo que no sabéis por estar siempre tan solos y lejos de donde otros lo aprenden, y porque nadie, hasta ahora, ha venido a enseñároslo; pero que vengamos también, y lo primero, a divertiros”.

Foto superior: José Val del Omar fotografiando la entrada de las Misiones Pedagógicas en Pitres (http:www.valdelomar.com). Un niño y una niña leyendo unos libros de la biblioteca de Misiones Pedagógicas, hacia 1932/Residencia de Estudiantes. Madrid.

Después, tras la lógica expectación y curiosidad, llegarán las inolvidables veladas en la plaza pública. Actuaciones diversas y variadas que levantarán la esperanza infinita de unos niños y niñas que, con su tierna mirada y sin pestañear, con la emoción contenida y el fantástico asombro ante lo desconocido, gozarán por primera vez de unos espectáculos hasta ese momento vedados para ellos y sus mayores; la mágica presencia de una escuela recreativa para todos.

Por último, resaltaremos que, además de llevar el estímulo, la ilusión y la cultura por los pueblos más recónditos, solitarios y olvidados, una de las realizaciones más importantes que dejaban tras su marcha los misioneros –o remitían a los pueblos solicitantes– será la creación de miles de bibliotecas. Libros y lotes bibliográficos que quedaban a cargo del maestro o maestra del lugar como herramientas imprescindibles para vencer, por fin, los yugos de la ignorancia y la injusticia que mantenían sus vidas y sus existencias postergadas en el hambre, el sudor y la miseria.

Esfuerzo titánico, el emprendido por las Misiones Pedagógicas durante cinco años escasos, en un proyecto educativo inspirado en la Institución Libre de Enseñanza (ILE), que quedará truncado por la sublevación militar que, tras su fracaso inicial, desembocará en la Guerra Civil; la Guerra de España.

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(1) Película de la que, lamentablemente, se desconoce su destino.
(2) El Magisterio Español: Revista General de la Enseñanza, nº 9.152, 17 de junio de 1933.
(3) En el verano de 2017, el año en que se cumplían 84 años de tal efeméride, desde el área de Cultura y Memoria Histórica y Democrática de la Diputación Provincial de Granada, junto con los ayuntamientos alpujarreños, se programó un conjunto de actos para homenajear el valor ético, el compromiso social y la ingente labor desarrollada en nuestra tierra.
(4) Mensaje de presentación, escrito por Manuel Bartolomé Cossío, que fue leído en la primera Misión Pedagógica. Ayllón (Segovia), del 16 de diciembre al 23 de diciembre de 1931.

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Jesús Fernández Osorio

Maestro del CEIP Reina Fabiola (Motril).

Autor de los libros ‘Cogollos y la Obra Pía del marqués de Villena.

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y ‘Entre la Sierra y el Llano. Cogollos a lo largo del siglo XX

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