El día 1 de Abril, se cumplieron 82 años del fin de nuestra fatídica guerra civil. Fue una tragedia enorme. Enfrentamientos a muerte entre hermanos que regaron de sangre nuestro país y lo destrozaron. Luego vino una cruel represión a los vencidos y una larga dictadura. Pero el preludio de aquella terrible hecatombe fue el odio incubado desde posiciones ideológicas extremas. El odio genera odio, y éste, violencia y muerte. Ello debe servir de aprendizaje a las futuras generaciones para no repetir la historia. Ahora, compruebo con dolor cómo en España las ideas políticas se han radicalizado.
Y ello alimentado por irresponsables que tensan cada vez más la cuerda, pensando que favorecen sus intereses electorales. Desde luego, lo que sí propician es el odio entre hermanos. Los independentismos pueden romper la unidad de España y la irrupción de los populismos de un signo y otro está elevando la crispación hasta límites insoportables. Los ciudadanos estamos hartos. Ha llegado la hora de decir ¡Basta ya! Según las sabias opiniones de Arturo Pérez-Reverte, nuestro país tiene un poderoso impulso suicida y, actualmente, está en proceso de descomposición. El poema que acompaño es una llamada a alejarnos de estos extremismos. Quiero demasiado al pueblo español y deseo, con toda mi alma, que aquella convulsa historia que desembocó en la guerra civil, nunca más vuelva a repetirse. Con esa intención he escrito estos versos. Como verán, uso palabras como Patria y España. Son palabras que deberían utilizar todos los españoles, independientemente de su ideología. Nadie, sea del signo que sea, debería apropiarse de ellas. Ni avergonzarse por emplearlas. Si consultamos el diccionario de la RAE, patriota es la persona que procura el bien de su Patria, es decir, el de todos los españoles. Pero hay que tener claro que lo es quien lo demuestra con sus hechos, no quien invoca esta palabra porque le interesa, aunque luego sea capaz de cometer los actos más vomitivos contra su pueblo.
DOLOR POR ESPAÑA
Amenazantes palabras
En un hostil y tenso ambiente,
De nuevo gritan gargantas
Voces de odio y de muerte,
Y de nuevo sangra España
Por sus heridas dolientes,
Las que creíamos cerradas
Vuelven a abrirse en su vientre.
Siento dolor en mi alma
Y pena de tanto quererte,
¡Ay, mi querida Patria!,
Españoles frente a frente,
La piel de toro rasgada
Por navajas de Albacete,
¿Es la España descarnada
O el sueño febril de mi mente?.
Que sea un sueño, pido a Dios,
No vuelvas con tu guadaña,
A segar el corazón
De nuestra querida España.
JOSÉ VAQUERO SÁNCHEZ,
docente jubilado
