Juan José Montijano: «La obra de López Burgos no puede convertirse en polvo»

El miércoles, 17 de noviembre, se celebraba en el Centro Artístico de Granada un merecido homenaje al escultor granadino, Francisco López Burgos (1921-1996) con motivo del primer centenario de su nacimiento en el que intervinieron la hija del escultor y su biógrafa, Miriam-López Burgos, el profesor de la UGR, Juan José Montijano y el expresidente y exteniente alcalde de Granada. Sebastián Pérez.

En nombre del Centro Artístico dio la bienvenida. Juan Chirveches, quien lo calificó como «sincero homenaje al único escultor de Granada con el Premio Nacional de Escultura por lo que merece un reconocimiento y un no olvido de Granada». Por su parte, la hija del escultor, ofreció un interesante recorrido biográfico y artístico de su padre, apoyada en una proyección de diapositivas que permitió conocer muchísimas de las obras salidas de las manos de este artista al que muchos solo relacionan con dos (el monumento a la Virgen de las Nieves y el de José Antonio, en la plaza de Bibataubín, por la polémica suscitada en su momento).

Homenaje en el Centro Artístico al escultor Francisco López Burgos: A. ARENAS

Así, Miriam contó que sus abuelos paternos fueron dos maestros, propietarios del colegio Nuestra Señora de los Dolores, y cómo a su padre nació el día 17 de septiembre de 1921, en el número 2 de la calle Horno de Haza, y que de pequeño ya demostró poco interés por los libros, prefiriendo ver cómo trabajaba en uno de los bajos de la vivienda adyacente un escultor imaginero, Benito Barbero, quien le daría su primer trozo de arcilla. Luego expondría sus inicios en el mundo laboral como aprendiz en un comercio que fueron «los peores años de su vida», su ingreso como alumno en la Escuela de Especialistas de Aviación en Málaga, otra profesión que abandonaría pronto para trabajar en una oficina en Granada y su desplazamiento a Madrid donde se reunía con sus amigos granadinos Juan José Tamayo, Manolo Benítez Carrasco, Tico Medina, Paco Gil Tovar,… y se extasiaba con los museos y monumentos públicos.

Sus inicios como escultor los data los 18 años siendo su primera obra la escultura de San Fernando con la que arranca su vida profesional, en el año 1943 a la que sucedería una serie de obras por encargo casi todas religiosas. La primera que le pagaron fue un San Juan Evangelista que está en uno de los arcos de Loja,… Ya en esa época comenzaría a realizar sus primeros bustos. También habló de la vinculación de su padre al grupo la Abadía Azul, su participación en la I Bienal Hispanoamericana, y su primer galardón con el busto de su amigo el pianista, Francisco García Carrillo con el que obtiene la tercera medalla nacional de escultura en la Exposición Nacional de Bellas Artes en Madrid, (1952),que le supuso un gran estímulo.

Maqueta en piedra del monumento a Federico García Lorca, realizada por López Burgos (1967) Incluida en el libro Francisco López Burgos, escultor (Granada 1921-1996)'(Ayto de Granada, 2010) de Miriam López-Burgos

Igualmente inicia las escultura de niños con la de su hija Margarita y retratos de distintos niños. Con 37 años fue propuesto como Académico de la Academia de Bellas Artes, regalando con motivo de su ingreso una cabeza del bailarín Vicente Escudero que en algunas publicaciones aparece a nombre de López Azaustre. En estos años realiza una serie de tronos religiosos, custodias, pasos de semana santa, varias esculturas del beato Fray Leopoldo una de ellas para su pueblo de nacimiento y otra que está en los jardines del Hogar de Fray Leopoldo. Igualmente realiza relieves en distintos rincones de Granada, susceptible de realizar un ruta cultural que bien se podría llamar ‘Tras las obras de López Barrios, el escudo en bronce del monumento a Isabel la Católica,…

Respecto a las vírgenes destacó el nuevo concepto de imaginería que rompía con el concepto clásico y que igualmente se encuentran repartidas por distintos rincones de Granada, en otras provincias e incluso países de Sudamérica. También habló de las curiosidades de sus Cristos y, por supuesto, de la Virgen de las Nieves con la que obtuvo el Premio Nacional de Escultura en 1974, realizada con aluminio y rellena de hormigón para que pudiera soportar las bajas temperaturas y que se mimetizara con el paisaje. Virgen plagiada como otras tantas de sus escultura y que cuando su hija le planteaba este tema, él respondía que si «la copian es porque es buena».

La icónica Venus de López Burgos en una postal de Marbella

Después mostraría algunas decenas de piezas realizados en EEUU, y otras desaparecidas pues fueron robadas de su estudio o recién colocadas como el busto de López-Neira, y de otras a personalidades granadinas. Sus modernas esculturas de niños -tema preferido de este escultor- se encuentran en numerosas colecciones privadas muchas de ellas realizadas durante los tres años que tuvo contrato en Estados Unidos. En referencia a la escultura de la plaza de Bibataubín, que fue premio Ciudad de Granada en la Exposición Nacional de Bellas Artes de Barcelona, en los años 60, Míriam explicó que es de ella misma y sobre la niña del columpio, que se encuentra en un parque de Marbella, que fue premio de escultura de Sevilla, año 70, y que la que se encuentra en el jardín de la Casa de los Tiros, también era ella la que se balancea en el mecedor. Y junto a estas otras en las que muestra a niños jugando a los dados, o en bicicleta.

Entre sus diversas temáticas también se incluyen desnudos, toreros, en su mayor parte en colecciones privadas. Míriam se detuvo en el desconocido monumento a García Lorca, (1967) que no llegó a ponerse, siendo un año después cuando le encargaría el monumento a José Antonio al que no hizo busto pues pensaba que al régimen le quedaba poco tiempo. Así mismo realizaría por encargo un monumento a Franco para Huércal Olvera, cuyo paradero desconoce y la Venus de Marbella, que dio nombre a la playa y se convirtió en símbolo de la Costa del Sol, hasta el punto que ha suscitado un movimiento ciudadano para que se vuelva colocar al mar.

El profesor Montijano junto a Míriam y el recorte de prensa en el que se explica que la cabeza de la actual Tarasca es obra de López Burgos ::A.A.

Por su parte el profesor Montijano también reconoció que el homenaje era más que merecido homenaje para este hijo de Granada. Como filólogo sitúa a este escultor en el llamado presentismo que caracteriza a los artistas que producen aquello que está dentro de los cánones de la época que les ha tocado vivir. También habló de las perfección ascética de sus figuras religiosas que en el caso de las vírgenes son sencillas y delicadas e incitan ternura. Posteriormente lo haría del misticismo de sus bellísimos Cristos de perfecta anatomía, serenos y tranquilos que no manifiestan sufrimiento. Fruto de sus investigaciones sobre la historia de la Tarasca ha podido averiguar que, según la noticia incluida en un suplemento del diario Patria -que regaló enmarcado a Míriam- se informaba que la cara de la actual la realizó López Burgos, por una encargo que le hizo el entonces alcalde, Manuela Sola. Para terminar lo hizo con una clara reivindicación: «La obra de López Burgos no puede convertirse en polvo».

Por último, Sebastián Pérez felicitó al Centro Artístico por haber sido sensible a este reconocimiento al escultor lo cual consideró «muy meritorio» mientras que deshonra flagantemente a quienes tendían que haber estado a la altura de este insigne escultor, tras lo que pasó a comentar el discurso de ingreso en la Academia de Bellas Artes de Granada y la respuesta de Rafael Revelles, en el solemne acto de recepción celebrado el día 8 de marzo de 1974, en el Paraninfo de la Universidad de Granada.

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