Uno de los libros más interesantes de Voltaire es Cartas filosóficas. Fue escrito durante su fructífera y obligada estancia en Inglaterra: treinta meses de exilio, después de una segunda estancia en la Bastilla.
Se trata del primer libro polémico del famoso escritor. Tan polémico y demoledor que la crítica moderna lo ha calificado de la primera bomba contra el antiguo régimen. En él ya aparecen las ideas fundamentales del pensamiento volteriano.
Voltaire llega a Inglaterra asqueado de Francia, donde ha sido objeto de varios desaguisados que, han terminado con él en la Bastilla. Tal visita y estancia ha pasado a la historia con el nombre de “affaire Rohan”. Un noble, Guy Auguste de Rohan-Chabot, tras una agria discusión con Voltaire en la Comedia Francesa, le tiende una trampa: una cena literaria casa del duque Sully, en la que, a poco de comenzar, alguien llama a la puerta preguntando por él. Voltaire sale y en la calle se encuentra dos carrozas. En una está el caballero Rohan; de la otra surgen cuatro lacayos que, bastón en mano, mientras dos sujetan al escritor, los otros dos lo tunden a bastonazos. Ante tal humillación, Voltaire cometió el gran error de pedir justicia al rey. Luis XV impartió “justicia” al instante: inmediatamente firmó una orden por la que enviaba a Voltaire a la Bastilla. ¡Además de apaleado, encarcelado! Tras quince días a la sombra Voltaire fue autorizado a marchar exiliado a Inglaterra.
Allí permaneció treinta meses (de mayo 1726 a diciembre 1728) que no pudieron ser más fructíferos: perfeccionó el inglés, se empapó de la cultura británica, dedicó una atentísima mirada al pensamiento de los principales filósofos y científicos de la isla –Bacon, Locke, Malebranche, Newton–, y estudió con la máxima atención los distintos credos que, al socaire del protestantismo, habían surgido en los últimos tiempos. “Este es el país de las sectas –dice Voltaire.–, y un inglés, como hombre libre, va al Cielo por el camino que más le gusta”. Observe el lector el certero dardo que, al llamar al inglés “hombre libre” -se sobreentiende: ”y el francés no lo es”-, está lanzando Voltaire contra la Francia de los Borbones. Todas las cartas están llenas de dardos parecidos, algunos mucho más dolorosos. Unas cartas que no van dirigidas a nadie en concreto, sino a toda la Humanidad. Él sabe que escribe para la Humanidad y que sus veinte y cinco cartas harán Historia.
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(Turón, Granada, 1933)
crítico, novelista
y traductor