Una joven con la cara metida en un libro rodeado de mariposas es la imagen que Mercedes Ramos eligió para celebrar el medio siglo de su pequeña librería. Así lo indica el texto que acompaña la imagen de tonos azulados: ‘Librería Don Bosco. 50 Aniversario 1972-2022’. Celebración que no deja de ser llamativa en unos tiempos en los que los pequeños negocios de los centros de las ciudades van cerrando sus puertas, uno detrás de otro. La prueba está en que son muchos los carteles de alquiler y ventas que podemos ver en la calle Melchor Almagro, en cuyo número 9, se encuentra esta coqueta librería papelería de apenas 36 metros cuadrados, incluidos escaparates y trastienda. En escaparate, junto al cartel conmemorativo, una pequeña muestra de lo que ofrece en su interior: novedades editoriales dirigidas al público adulto e infantil, diccionarios, juegos, estuches y algunas obras de autores granadinos. En el segundo escaparate que da a la entrada de la desparecida Academia Dos Motivos los mapas en relieve junto a novedades editoriales, juegos de bolígrafos y muñecas Así, que comparten espacio con una pequeña máquina de escribir y una registradora con las que llevaban todas las gestiones en sus inicios.
Mercedes Ramos Martínez, la actual propietaria nos cuenta que fue su madre Mercedes Martínez Linares, quien la abrió a comienzos de febrero de 1972. En aquellos años la familia estaba compuesta por el padre, la madre, dos hijos y un tercero que venía de camino y necesitaba aumentar sus ingresos. Los tíos de Mercedes tenían la Librería de San Jerónimo y se ofrecieron a echarle una mano para que pudieran montar su propia librería. Incluso el nombre de la librería se puso en familia pues fue a sugerencia de un primo que estudiaba en los salesianos quien lo propuso «y a todo el mundo les pareció bien». Fue su padre quien especializó la librería. Los hijos cuando salían del colegio tenían que ayudar a colocar libros y llevar encargos.
A las jubilación anticipada del padre, ella tomó las riendas de la librería en 1994 y hasta hoy. Reconoce que todo ha cambiado, primero con la llegada de las fotocopiadoras que se han perjudicado mucho a las librerías pero también a las editoriales y autores. Y luego con Internet y la venta on line. Para adaptarse, asesorada por su marido amplió la temática de la librería a narrativa, literatura infantil, ensayo, filosofía, y también a libros de temas y autores granadinos. Tiene claro que prefiere «trabajar en el día a día y en el trato personal del tú a tú».
Anécdotas
Anécdotas guarda un montón pues medio siglo de existencia da para mucho. Las primeras que acuden a su mente son la de un vecino mayor del barrio que venía muy despacito y le costaba subir las escaleras. Venía por unos sobres o un bolígrafo, pegamento, y le comentaba con pesar le gustaría comprarle más cosas pero no necesito nada más, a lo que ella le respondía: Yo le estoy muy agradecida porque todo lo que necesita, aunque sea poco, usted me lo compra a mí. También la de los típicos que vienen a comprarte un trozo de papel de regalo, o que no necesitan un folio entero o los primeros años los maestros que venían que a comprar un bolígrafo BIC o un lápiz o un cuadernillo Rubio y te pedían descuento.
Otro caso que recuerda es el de otro señor mayor que tras ver en el escaparate el libro ‘La historia criminal del cristianismo’ de Karlheinz Deschner, compuesto de varios volúmenes pues era una historia universal. Su marido ya le había avisado de que en Alemania apedrearon los escaparates donde lo expusieron. El caso es que entró un señor mayor con un tono bastante desabrido preguntando que qué hacía con ese libro que si fueran otros tiempos ya me habrían puesto una demanda o incendiado la librería. Pero ella se negó y estuvo meses y meses en el escaparate.
¿Hasta cuándo podrá resistir? No lo sabe pero allí sigue rodeada de novedades editoriales, barajas de cartas de Fournier, cartulinas de todos los colores, mapamundis, puzles, e incluso las genuinas muñecas Así.
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